País

Primer veto presidencial abre un “veremos” en las relaciones con el Congreso

El rechazo presidencial a la pesca de arrastre, de pronóstico reservado, deja bajo pregunta la dinámica del Ejecutivo con el liderazgo de Carlos Ricardo Benavides en PLN y con peso de Restauración Nacional.

Más allá del ambientalismo o las consideraciones de fondo para rechazar el plan de pesca de arrastre, el primer veto total que emite el mandatario Carlos Alvarado contra un proyecto de ley aprobado por la Asamblea Legislativa deja bajo sospecha la relación política, de por sí atribulada, con un sector de la oposición que domina el Congreso y, por tanto, en veremos la viabilidad de otras propuestas presidenciales en el futuro inmediato.

El veto presidencial frustró el proyecto gestado en cuna puntarenense por el diputado de Restauración Nacional Melvin Núñez Piña y defendido sin disimulos por Carlos Ricardo Benavides, uno de los diputados que desde su curul del Partido Liberación Nacional (PLN) ha resultado vital para distintas propuestas del Ejecutivo, al punto de un sector verdiblanco que no se cansa de criticarlo por considerar que es “cómplice” del Ejecutivo. O era.

Aunque lo votaron 28 diputados de distintos partidos, incluida la mayoría del bloque llamado Nueva República, disidente de Restauración Nacional, fueron Núñez y Benavides los que pusieron el pecho por el proyecto. Sin embargo, este último solo logró el apoyo de una parte de sus compañeros de bancada y más bien acabó con un enfrentamiento explícito con otros miembros de la fracción verdiblanca que acabaron firmando una carta a Alvarado para pedirle que vetara la iniciativa de ley.

“El Presidente pudo haber dado veto parcial y redefinir las reglas de la pesca de arrastre para asegurarse tener los estudios con plazos más largos, si así lo hubiera querido, pero bueno. Tengo mi posición y repetir mis argumentos ya no vale la pena. Ahora el resello no tiene ninguna viabilidad”. Carlos Ricardo Benavides, diputado PLN

En Puntarenas una parte de la población, empresarios camaroneros y las familias ligadas a este sector esperaban el refrendo a la ley, algo que se consideraba seguro, según el diputado Núñez citando palabras que habría pronunciado el presidente Alvarado en una reunión del 8 de octubre junto a empresarios pesqueros. En esa reunión participó también Benavides, aunque asegura que la ley de arrastre no fue el tema y que no es cierto que Alvarado hubiera expresado algo que descartara el veto. Este Semanario consultó a Presidencia, desde el viernes 23 de octubre, quiénes acudieron ese día, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

La dura realidad social y económica puntarenense, sin embargo, es solo un escenario más de la dinámica política mediante la cual se dio el último impulso al proyecto que se ha discutido ya por años. Fue justo una alianza entre Restauración Nacional, el liberacionismo dirigido por Benavides y el oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC) la que permitió el 1º de mayo pasado la elección del actual directorio legislativo, con la presidencia en manos de Eduardo Cruickshank, del PRN. El acuerdo se podía resumir en un “Carlos-Carlos-Carlos”, en alusión al mandatario, al diputado verdiblanco y al diputado y jefe de Restauración, Carlos Avendaño.

Solo horas antes de ese 1º de mayo se había dado la aprobación de una ley que exoneraba de la aplicación de la regla fiscal a las municipalidades, proyecto controversial que el entonces ministro de Hacienda, Rodrigo Chaves, pidió al mandatario vetar. Alvarado, sin embargo, decidió refrendar el proyecto y el ministro acabó yéndose del gabinete. Comenzaba la segunda mitad del gobierno, la pandemia habría agravado la crisis fiscal e iban a ser necesarios los puentes con una Asamblea Legislativa en donde lo que abundan son grupos opositores, aunque la Reforma Fiscal del 2018 había mostrado margen de maniobra, en buena medida de la mano de Benavides.

Así llegamos hasta el 22 de octubre, cuando se aprobó en segundo debate la ley de pesca de arrastre y, entonces sí, se activó una fuerte reacción de grupos ambientalistas, organizaciones particulares, una serie de municipalidades (incluso muchas en manos del PLN) y cámaras turísticas regionales que consideran inconveniente comprometer la imagen ambiental con la que el país atrae a los extranjeros. Se sumaron científicos, universidades y el ecosistema digital que ahora tiene también su peso. La ola de rechazo a la pesca de arrastre creció en pocos días hasta niveles que no estaban en las previsiones ni siquiera de los opositores a la pesca de arrastre.

“Sí creo que el Presidente tiene que haberse dado cuenta de que muchos ponemos por encima al país sobre otras consideraciones. Ahora vio que se deben armar los encuentros con distintos diputados, porque aquí hay de todo. No es aceptable decir que no habla con otros cuando ya cree tener  los votos”.   Karine Niño, diputada PLN

Era difícil preverlo, dice ahora Karine Niño, una de las diputadas del PLN que tomó la bandera contra ese proyecto y que se enfrentó públicamente con Benavides, quien ahora también admite que era fuerte la presión sobre el Presidente para que emitiera el veto. “Sinceramente creo que la presión provocó este veto. Esto demuestra que hasta que no haya presión, sea social o mediática, no hay reacción en Zapote”, dijo a este semanario antes de recordar que el programa de gobierno del PLN para las elecciones del 2018 fijaba una posición en contra de la pesca de arrastre (y el gerente de esa campaña era Benavides).

En declaraciones para esta información, Niño y Benavides sostienen que el enfrentamiento quedó ahí y nada debería cambiar en el futuro, que es una más de muchas diferencias en la bancada que ha cumplido una función bisagra en el Congreso, por su tamaño, diversidad y por la ubicación ideológica promedio. La lectura de analistas y de otros legisladores, por aparte, es distinta: hay un antes y un después de la discusión legislativa y el desenlace con veto.

“No podemos ser ingenuos; yo creo que eso va a dejar fracturas, sin duda alguna”, dijo de manera pública la diputada Silvia Hernández, liberacionista que ha acompañado en varios temas a Benavides y que lleva un liderazgo en la discusión de asuntos presupuestarios y fiscales que desvelan al Gobierno.

Para Niño, el mandatario debe entender que no bastan los diálogos con solo una parte de la Asamblea Legislativa y que las alianzas deben tejerse tema por tema. Un ejemplo: la negociación de la rebaja del impuesto de automóviles en el marchamo del 2021, que se negoció con Gobierno en paralelo a la expectativa por la pesca de arrastre y con el impulso de diputados ajenos a la influencia de Benavides, quien ni siquiera votó el proyecto en primer debate.

No podemos ser ingenuos; yo creo que eso va a dejar fracturas, sin duda alguna”.   Silvia Hernández, diputada PLN en Comisión de Hacendarios.

Lo que nadie se atreve a pronosticar ahora es cómo será ese reacomodo. Benavides pierde poder en la bancada y en Restauración sí se siente algo parecido a una traición de parte de la Presidencia. Contaban con la relación previa con Zapote, con el compromiso de no vetar que mencionaba Núñez Piña o al menos con lo que explícitamente decía Juan Ramón Rivera, presidente de Incop y delegado presidencial para la región del Pacífico Central, dos semana atrás: “esperemos que en próximos días se apruebe en segundo debate esa ley y que que permita nuevamente la pesca de camarón de forma sostenible”. Esas palabras de nada sirvieron en la noche del viernes 30 de octubre, cuando Alvarado comunicó el veto por el Twitter y quedó confirmado lo que una semana atrás no se veía probable.

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