País Polémica en torno a crédito para Costa Rica de $1.000 millones del FLAR

¿Préstamo necesario o selfie?

Expresidentes del Banco Central creen que el endeudamiento solicitado por la actual administración busca hacerla quedar bien en la “foto de fin de año”.

Expresidentes del Banco Central creen que el endeudamiento solicitado por la actual administración busca hacerla quedar bien en la “foto de fin de año”.

El comunicado de prensa del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) (ver: ¿Qué es el FLAR?), fue escueto. En su reunión del 2 de octubre pasado, su directorio aprobó la solicitud realizada por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), para que le otorgara un crédito “de apoyo de balanza de pagos” por US$ 1.000 millones.

Sin embargo, un mes antes, el anuncio realizado por la actual administración de que buscaría ese endeudamiento, era motivo de polémica por dos expresidentes de esa entidad, quienes cuestionaron tanto su necesidad como la posibilidad de que el FLAR lo otorgara.

Francisco de Paula Gutiérrez, presidente del Banco Central durante el segundo gobierno de Óscar Arias (2006-2010), fue el primero en sugerir que el BCCR recurría al préstamo del FLAR con un objetivo solamente “cosmético”; esto es, para poder mostrar una “fotografía” exitosa al acabarse el año y así dejar una buena imagen de la actual administración.

En un artículo titulado Una foto cara, publicado el 12 de agosto pasado, Gutiérrez escribió que, de obtenerse ese crédito, “el nivel de reservas al cierre del 2017 alcanzaría, según el Banco, $7.980 millones, monto superior al observado al cierre del 2016. Así, en la foto de fin de año se escondería la fuerte pérdida de reservas monetarias internacionales que tuvo el país durante el primer semestre” (http:// www.nacion.com/opinion/foros/foto- cara _ 0 _ 1651834820.html).

De seguido, y a pesar de resaltar el gasto de casi $1.100 millones que debió hacer el BCCR para estabilizar el tipo de cambio luego de las fuertes fluctuaciones registradas en el primer semestre de este año, el exfuncionario cuestionó que el país necesitara los US$ 1.000 millones del FLAR, dado el buen nivel de reservas que, a pesar de todo, existía ($6.865 millones al final de julio).

Gutiérrez también abogó para que, en vez de buscar un incremento ‘innecesario’ de las reservas en dólares del país, el BCCR flexibilizara la política cambiaria. “El préstamo solicitado por el Banco Central al FLAR es de apoyo a la balanza de pagos y, según los reglamentos vigentes al 2016 y publicados en Internet, “se requerirá que el país solicitante declare estar en situación de insuficiencia de reservas”.

Si no han cambiado los reglamentos, ¿estamos Polémica en torno a crédito para Costa Rica de $1.000 millones del FLAR en esa situación?

Aparte de los problemas de liquidez del Gobierno, ¿está el Banco Central en una condición de insuficiencia de reservas?

Para mí, la respuesta claramente es negativa”, escribió Gutiérrez. Por lo anterior, el Expresidente del BCCR sugirió que el verdadero motivo para que la entidad buscara ese préstamo podía ser que “se quieran utilizar los recursos para mantener una corriente indirecta de financia- miento al Gobierno”. “En otras palabras, la foto de fines del 2017 y mayo del 2018 saldría relativamente favorable, pero la película a partir de octubre del próximo año empezaría a deteriorarse conforme se vayan haciendo las amortizaciones”, acotó.

Finalmente, Gutiérrez también criticó el costo que pudiera tener el préstamo. “El monto total de intereses a pagar al FLAR en el primer año de vigencia del préstamo superaría $40 millones; su costo neto sería un tan- to menor porque algún rendimiento se obtendría por la inversión de las reservas, pero sigue siendo una foto muy cara”, concluyó.

Poco más de un mes después, Eduardo Lizano, quien dirigió el BCCR de 1984 a 1990, bajo las administraciones de los expresidentes Luis Alberto Monge y la primera de Óscar Arias y de 1998 al 2002, durante el gobierno de Miguel Ángel Rodríguez, retomó la idea de que el BCCR buscaba una buena ‘foto de fin de año’, si lograba el préstamo del FLAR.

“La fotografía a mayo de 2018 mostraría a los jerarcas con una amplia sonrisa”, escribió en un artículo titu- lado Dos Pilares (https://www.crhoy. com/opinion/dos-pilares/), publicado el 8 de setiembre pasado.

La sonrisa triunfadora se debería a que “la disponibilidad de dólares aumentaría y el BCCR podría mantener la estabilidad del tipo de cambio; no tendría que hacer mayor uso de sus Reservas Monetarias Internacionales; el Ministerio de Hacienda y el BCCR mantendrían la tasa de interés sin aumentos significativos; la inflación fluctuaría dentro de los márgenes (3%- 4%) establecidos por el BCCR”.

Sin embargo, lejos de tratarse de un reconocimiento a la pertinencia de la solicitud del préstamo, Lizano desarrolló su análisis con una crítica similar a la de Gutiérrez.

Consideró que “obtener los primeros 400 millones de dólares no presenta mayor dificultad. Este monto equivale al aporte hecho por el BCCR al capital del FLAR”.

Sin embargo, anticipó que “la obtención del resto, el verdadero préstamo del FLAR, depende de la aceptación del BCCR de la condicionalidad que dicha institución establezca para concederle el préstamo”.

Luego, argumentó que la actual ad- ministración solo elude la solución de los problemas de fondo de la economía.

“En síntesis, la política del Ministerio de Hacienda y del BCCR consiste en endeudar más al país en el extranjero, sin por ello resolver los principales problemas.

Se trata, una vez más, de “patear la bola para adelante”. Por eso quienes no están en la foto, no tendrán nada de qué sonreír, más bien, su ceño estará bien fruncido.

En efecto, la historia del país no termina en mayo del 2018. Sin duda, quienes lleguen a la Casa Presidencial y a la Asamblea Legislativa, independiente de su color político, tendrán una ardua tarea para sacar la carreta de la economía nacional del atascadero y echarla para adelante. ¡Se necesitará no una yunta de bueyes, sino al menos dos!”, escribió.

SONRISAS EN EL BCCR

Para el BCCR, la aprobación del préstamo por parte del FLAR, efectivamente, solo generó sonrisas, pues es interpretada como un ‘espaldarazo’ de expertos internacionales a su política monetaria, en general, y a su política cambiaria, en particular.

Eduardo Prado, gerente del Banco, afirmó que, al valorar la solicitud del préstamo, el FLAR consideró “el efecto positivo de esos recursos sobre la credibilidad de las acciones del Banco Central, así como su disposición a tomar medidas que garanticen una situación cambiaria y monetaria coherente con el comportamiento de las variables fundamentales de la eco- nomía costarricense”.

Contrariamente a la sugerencia de Gutiérrez, de “flexibilizar la política cambiaria”, consideró que en la decisión favorable del FLAR “puede observarse que eso precisamente es lo que el BCCR ha sostenido reiteradamente, en el sentido de permitir que se expresen las fuerzas de oferta y demanda en la determinación del tipo de cambio, eso sí, reservándose la posibilidad de intervenir para mitigar movimientos violentos en este, pero sin contradecir la tendencia, cuando la evolución de dicho macro precio no sea congruente con las variables macroeconómicas que lo determinan en el mediano y largo plazo”.

El Gerente del BCCR también re- saltó las condiciones favorables del préstamo: a un plazo de tres años, con uno de gracia, para la amortización del principal; una tasa de interés que no llegaría al 5%; y sin costos financieros asociados a la formalización para el BCCR.

UNIVERSIDAD buscó actualizar las opiniones de Gutiérrez y Lizano, luego de que el préstamo fuera aprobado. Sin embargo, mediante sus respectivas secretarias, comunicaron que no opinarían.

También quisimos obtener la posición del actual Secretario General del FLAR y expresidente del Banco Central durante la administración de Laura Chinchilla, el costarricense Rodrigo Bolaños, pero respondió que no podía opinar debido a la posición que ocupa en el organismo. Sea como sea, Prado informó que los recursos del préstamo llegarán al país mediante un único desembolso, probablemente en noviembre. Apenas para un buen selfie.



 

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