El presidente del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), Humberto Grant, considera que pausar por completo el traslado de los recursos del Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP) al modelo de administración mediante fondos generacionales “es posible e incluso, probable”.
En diciembre de 2023, el Conassif aprobó una reforma para modificar cómo se administran los fondos de pensiones, que hoy ascienden a unos ₡12,3 billones.
Actualmente, ese dinero está invertido sin distinción, es decir, todas las personas que tienen su ahorro en la misma operadora reciben los mismos beneficios o perjuicios —relativos a sus ahorros— de las inversiones que la operadora realiza.
A partir del 1 de abril, sin embargo, se implementará el modelo de fondos generacionales, con el que las operadoras deberán dividir su “bolsa” en cuatro fondos, que una se invertirá contemplando la cercanía del grupo poblacional a la pensión.
Esta transformación ha generado críticas pues, según expertos, la venta y compra de inversiones tan masivas podría desestabilizar el mercado bursátil y cambiario, con un impacto negativo en la economía local.
Para dar respuesta a las inquietudes, Grant sostuvo una entrevista con UNIVERSIDAD para donde abordó estas posibles consecuencias y aprovechó para explicar que el consejo está realizando una revisión de lo aprobado, con el fin de evaluar la realidad en relación con las expectativas que se tenían del modelo para realizar los ajustes correspondientes, lo que podría implicar tener que pausar por completo el proceso de implementación. A continuación un extracto de esa conversación.
¿Cómo está avanzando el proceso y qué etapas faltan para que se concrete el cambio de modelo?
—Luego de la aprobación de la reforma, en diciembre del 2023, se establece un periodo de 15 meses, que es lo que concluye ahora en abril. Ese periodo de 15 meses es para la planificación para la preparación tecnológica y, en aquel momento, me parece que se esperaba, además, que en esos 15 meses se ajustaran las carteras.
Más adelante, en setiembre del año pasado, la superintendencia tomó un acuerdo superintendente alargando eso, creando un espacio de 18 meses a partir de abril para hacer la transición, ahí sí la conversión de cartera.
¿Qué podemos esperar que suceda durante la transición? ¿Qué efectos puede tener?
—Las expectativas son difíciles de generar desde acá, pero le voy a contar cuáles son las posibles vías por las que esto puede afectar a la gente y la primera es el tipo de cambio.
Se habla de que los fondos en la transformación tienen que comprar activos fuera del país y que eso requiere que compren dólares para comprar esos activos y que eso va a generar una presión al alza sobre el tipo de cambio. Ese es un efecto.
Hay un efecto adicional: para tener los colones para vender, para comprar los dólares, para salir del país, hay que vender activos, hay que vender títulos emitidos localmente. Esa venta de títulos locales, por los montos que tienen que ser y todo eso, puede presionar los precios de esos títulos a la baja y eso lo que hace es subir las tasas de interés.
Entonces, una transición muy acelerada podría no solo subir el tipo de cambio, sino subir las tasas de interés y ahí hay efectos sobre los precios, sobre la economía; además de que los títulos que se vendan van a ser muchos y puede que haya que venderlos con descuento. Eso puede terminar incidiendo sobre el valor de las pensiones.
¿Vale la pena el riesgo?
—El riesgo se puede mitigar haciendo la transformación o el plazo para transformar más largo. Tenemos ahora 18 meses, pero puede que no sean suficientes, sobre eso no hay tanta seguridad, tanta certeza, pero entre más amplio sea ese tiempo menos probable es que nos enfrentemos a un choque.
¿Es posible alargar el plazo a medio camino si se presentan esos efectos negativos?
—Es factible y es totalmente legal. De hecho, el periodo de 18 meses fue una decisión administrativa, una decisión de la superintendencia. Entonces yo creo que no solo es posible, sino que es fácil.
¿Se pueden garantizar las bondades del nuevo modelo?
—Hay características del diseño que lo hacen muy beneficioso, pero nosotros ahorita estamos haciendo un estudio para ver si, ya estando al final del plazo prácticamente, tenemos información más real por parte de las operadoras. Ya sabemos las proyecciones que ellos tienen con el portafolio final y podemos valorar, a partir de eso, si estamos cumpliendo las expectativas tan elevadas que teníamos cuando se aprobó la reforma.
Ahorita me parece que no tenemos la certeza: con la información que tenemos no podemos decir que tenemos la certeza de que estamos cumpliendo las expectativas tan altas que teníamos al momento de la aprobación y, en parte, la intención del Conassif de retrasar un poco la entrada en vigencia viene del interés que tenemos por estar seguros de que esto va a salir y que, cuando salga, salga bien.
¿Qué pasa si, tras ese análisis, no llegan a tener certeza de que sea favorable? ¿Es posible detenerlo por completo?
—Yo creo que es posible. Necesitamos poner de acuerdo a mucha gente, pero es posible e incluso, probable.
Si eso pasara, ¿qué pasaría con todo el trabajo que se ha hecho en dirección a la implementación?
—Pues casi todo se mantiene y, aún si hiciéramos una pausa, yo quiero verlo como una pausa, es una pausa para hacer cambios menores, pero de alto impacto.
No vamos a cambiar, tal vez, la premisa base de que vamos a tener varios fondos que van a estar administrados con perfil de riesgo diferenciado, todo eso se mantendría. Lo que podría cambiar es menor: como los límites de inversión, las fechas en las que se ordenan las transformaciones de cartera, cosas de esas que para el trabajo que se ha hecho hasta ahora, que es el trabajo de planificación y de preparación de los sistemas, yo no veo que vaya a ser trabajo desperdiciado.
Volviendo al momento de la aprobación de la reforma, la Supen y, específicamente, Rocío Aguilar, presionó por el modelo e incluso, por acortar plazos que ahora se han tenido que alargar, ¿usted considera que hubo una dirección responsable por parte de la Superintendencia?
—Bueno, en primer lugar, yo no estaba ahí y ninguno de los compañeros que está hoy en el Consejo estaba ahí, con la excepción de don Roger y don Juan Manuel Cordero, que son casualmente los que estuvieron y votaron en contra.
Yo puedo, tal vez, pecar de cauto, pero yo pensaría que en temas de pensiones las dudas hay que tomárselas muy en serio y creo que hubo razón en lo que se pidió, prueba de eso son los 18 meses adicionales que tenemos hoy.
Lo que le puedo decir, yo no me puedo poner los zapatos de ellos, no sé qué información tenían que yo no tenga, tal vez, pero yo si tomara la decisión, yo nunca tomaría una decisión de hacer esto con un plazo tan reducido y menos con la transformación de cartera.