País Inicia el 38vo. período de sesiones de la Cepal

Presidente Alvarado llama a crear un “Plan Marshall global” para la recuperación económica de la pandemia

Costa Rica asumió la presidencia del organismo por dos años.

El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, llamó a acordar un “Plan Marshall global” para la recuperación tras pandemia de Covid-19, el cual sería financiado con un monto equivalente “al menos” del 10% del Producto Interno Bruto Mundial (PIB), al inaugurar el 38o. período de sesiones de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).

El “Plan Marshall” es el nombre coloquial dado al European Recovery Program, presentado por el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, George Marshall, el cual fue una iniciativa de ese país entre 1948 y 1952 por la cual aportó US$12.000 millones de dólares de ese momento​ para la reconstrucción de los países europeos devastados por la Segunda Guerra Mundial.

“Es necesario aumentar el acceso a la liquidez y al financiamiento con el fin de extender las medidas de alivio a la deuda de los países de la región y los estragos producidos por la pandemia de la Covid-19. Es la tarea más dura que ha tenido América Latina”, enfatizó.

De este modo, Alvarado también asumió, en nombre de Costa Rica, la presidencia de la Cepal por dos años, que es el período de duración de cada período de sesión.

Por primera vez en su historia el evento reúne de manera virtual, del 26 al 28 de octubre, a los 46 países miembros y 14 miembros asociados de ese órgano regional del sistema de Naciones Unidas (ONU).

Además, de Alvarado, participaron en la inauguración, esta mañana, Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba, país a cargo del organismo en el pasado período de sesiones; Kristalina Georgieva, directora Gerenta del Fondo Monetario Internacional (FMI); António Guterres, secretario General de la ONU; Angel Gurría, secretario General de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE); y Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de la Cepal.

El presidente Alvarado, afirmó que la región de América Latina y El Caribe enfrenta “la mayor crisis económica y social en la historia de la región”, debido a la pandemia de Covid-19, “con afectación de los derechos especialmente de los más vulnerables”.

“Esta crisis ha expuesto las brechas que afectan a nuestras sociedades. Hemos quedado al desnudo en nuestros defectos estructurales”, agregó, al tiempo que las identificó como la desigualdad, la baja productividad regional y sus limitaciones para crear empleos formales, lo cual genera “desencanto intergeneracional, desconfianza social y produce distancia entre ciudadanos, instituciones y gobiernos”.

Alvarado también se refirió a la experiencia costarricense y a la necesidad de ampliar el diálogo a todos los sectores sociales.

“Las legítimas demandas ciudadanas se extienden y hace falta incluir a más actores en el diálogo. En Costa Rica hemos escuchado y seguimos escuchando, todos los sectores están llamados a contribuir”, dijo, a la vez que advirtió contra los efectos negativos de la desinformación y el populismo.

Además, enfatizó en que, para la recuperación de la región una vez superada la pandemia “no podemos regresar a la normalidad anterior, es necesario reconstruir con igualdad, haciendo frente a tres crisis estructurales: la de la desigualdad, la económica y la ambiental”.

El mandatario también reafirmó su compromiso con el multilateralismo. “No lograremos superar esta crisis si no lo hacemos en todos los lugares del planeta” y por eso llamó a apoyar las iniciativas promovidas por Costa Rica como el Fondo para el Alivio de Covid-19 (FACE), que busca reunir medio billón de dólares a pagar en un plazo de 50 años sin intereses o con intereses casi de cero, para prestar a los países de menores ingresos de modo que puedan hacer frente a los efectos sanitarios, económicos y financieros de la pandemia de Covid-19.

También se refirió a las iniciativas que buscan democratizar el acceso a las vacunas que eventualmente se desarrollen contra la Covid-19 y a la tecnología en tanto “bienes públicos locales”.

En la sesión inaugural, Kristalina Georgieva, directora Gerenta del FMI dijo, por su parte, que la actual crisis causada por la pandemia de Coid-19 “es una tragedia económica” para la región de América Latina y El Caribe, pues su economía decrecerá en 8,1 este año y “no se recuperará a los niveles pre pandemia hasta el año 2023”.

Enfatizó en que “contener la pandemia y apoyar a las poblaciones siguen siendo las prioridades, para lo cual es necesario mantener las políticas de apoyo hasta que la pandemia termine”, a la vez que recordó que el FMI estima que 200 millones de personas caerán en la pobreza.

Georgieva también afirmó que el FMI seguirá trabajando como “socio de la Cepal para construir un mundo más igual y equitativo, más verde y resiliente al cambio climático”.

Por su parte, Ángel Gurría, secretario general de la OCDE calificó a la crisis por la pendemia de Covid-19 como “una de las más graves de nuestra historia” y enfatizó en que “en América Latina y El Caribe el impacto está siendo mayor que cualquier otra región”.

Agregó que “se debe asegurar una recuperación sustentable e incluyente y aprovechar la crisis para renovar el pacto social de modo que tenga el bienestar como objetivo principal de las políticas públicas”.

Sobre los contenidos del nuevo pacto social lo caracterizó como inclusivo, que “baje los niveles de desigualdad tan altos, que hacen de la región la más desigual del mundo”.

Agregó que “la crisis golpea especialmente a las mujeres, los pueblos indígenas, las personas mayores, los migrantes, los jóvenes”.

“La crisis ha agravado los desafíos para la igualdad de género en la región, que se manifiesta en la informalidad y el bajo acceso a la protección social” y llamó a mejorar los servicios públicos de salud, educación, así como la infraestructura básica.

Recordó que “el 64% de ciudadanas de la región no confían en sus gobiernos”, por lo que “es necesario construir una cultura de integridad”.

Finalmente, Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de la Cepal, calificó la situación agravada por la pandemia como “la peor crisis de América Latina y El Caribe en 100 años” y dijo que debido al impacto de la Covid-19 y a la desigualdad, las condiciones existentes “se han vuelto insostenibles”.

Afirmó que el turismo “se ha desplomado en más del 50% especialmente en el Caribe”, estimó que la caída económica de la región llegará al 9,1% y al 11% en cuanto al comercio intrarregional y auguró “una década perdida para la región, de casi 15 años”, la cual aumentará en 45 millones de pobres más, causará un aumento del 28,5% en la extrema pobreza y la desigualdad subirá en 4,1% en 11 países de la región, todo lo cual afectará de un modo más severo a las mujeres.

Al mismo tiempo, consideró que “esta es una oportunidad para transformar el modelo de desarrollo de la región y resaltó las siete “propuestas concretas” que la Cepal está sugiriendo a los gobiernos: poner en efecto la Renta Básica Universal de US$ 120 al mes durante 12 meses para los sectores más vulnerables; establecer una moratoria en los pagos para las mipymes; crear una canasta básica digital; mantener políticas fiscales y monetarias expansivas; hacer efectiva la solidaridad internacional; realizar planes de para recuperar la inversión en sectores clave; y “cerrar brechas para alcanzar regímenes universales de salud y protección social”.

Bárcena agregó que la región se caracteriza por tener “sociedades en las que grupos concentran el poder político y económico, lo cual genera un caldo de cultivo para la protesta social. Es necesario sustituir la cultura del privilegio por una de la igualdad”.

Igualmente, llamó a construir un nuevo Estado de Bienestar y respaldó las iniciativas promovidas por Costa Rica.

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