Agosto es el quinto mes consecutivo en el que el índice de precios de los alimentos de la FAO registra una caída desde que alcanzó máximos históricos a inicios de año, sin embargo, aún está un 8% por encima del valor de hace un año.
Los cinco subíndices contribuyeron al descenso que fue de un 1,9%: los aceites vegetales cayeron un 3,3% “alcanzando un nivel ligeramente inferior al de agosto de 2021”, los cereales disminuyeron 1,4%, los lácteos un 2,0%, la carne 1,5% y el azúcar un 2,1%.
La mejora responde a mejores perspectivas en los cultivos de cereales en Canadá, Estados Unidos y Rusia y una mayor disponibilidad de los cereales y algunos aceites por el descenso de demanda, entre otras razones.
Costa Rica ha sufrido alzas históricas en los precios desde inicio de año en el Índice de Precios del Consumidor (IPC) siendo los últimos datos disponibles una inflación del 11,48% en julio, principalmente por el aumento de precios en alimentos, bebidas no alcohólicas y el transporte.
El ex Ministro de agricultura, Luis Felipe Arauz, explicó que esto responde a que los precios internacionales tienen una alta volatilidad desde el 2008 y el Costa Rica tiene una alta dependencia a las importaciones.
En el último año, explicó Arauz, la pandemia tuvo un impacto “muy importante” porque algunos países priorizaron alimentar “a su gente” frente a la posibilidad de desabastecimiento y paralelamente impactó la cadena de suministros o crisis de contenedores agravada por los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania.
“Esto nos plantea la necesidad de favorecer la producción local para no estar expuestos a esas subidas y bajadas por las situaciones internacionales” agregó.
El caso del frijol y el maíz
Arauz también dijo que la experiencia local lo lleva a aclarar que aunque los precios internacionales bajan esto no siempre llega al consumidor costarricense, ya que es un país con alta concentración en cadenas de supermercados y prácticamente ninguna regulación de márgenes de ganancia (la única es la del arroz y se eliminó por decreto por el Gobierno recientemente).
“Lo que vemos es que los precios suben con la inflación, pero luego no bajan porque el mercado, que es relativamente pequeño y oligopólico, lo facilita” explicó.
El pasado 23 de agosto el Consejo Nacional de Producción (CNP) emitió la declaración de desabasto de frijol para importar 5.231 toneladas métricas de frijol, un aumento del 37% en comparación al año pasado.
Este es uno de los productos que una vez fueron producidos localmente, pero que en la actualidad es mayoritariamente importado por lo que ante el alza de precios sufrió un aumento del 20,82% entre enero y junio de este año, según datos del índice de Precios al Consumidor del Instituto Nacional de Estadística y Censos.
En el largo plazo también puede percibirse este aumento: entre 1995 y 2021, conforme la producción local de frijol se perdió en el país por su liberalización, el precio real del frijol (sin tomar en cuenta el impacto de la inflación) aumentó un 42% pasando de ₡1.251 a ₡1.778, según una investigación del Centro de Investigación en Economía Agrícola y Desarrollo Agroempresarial (CIEDA) basada en datos de la FAO y el INEC.
Este también es el caso del maíz, otro grano liberalizado, que pasó de 115% al pasar de ₡749 a ₡1.616 colones y que tiene alto impacto en la cadena de suministros porque aunque los costarricenses no incorporamos “la mazorca” en nuestra dieta diaria este sí forma parte de los concentrados de engorde y por lo tanto se refleja en el precio del pollo, huevos y otros derivados de esta actividad.
Ucrania, actualmente en medio de la guerra, es uno de los principales exportadores de maíz en el mundo y el exportador «relativo» más grande del mundo en ese cultivo (en proporción de producción local/consumo).
