País Estudio del Ministerio de Economía

Prácticas comerciales encarecen precio de las medicinas

Historial indica que la compra de farmacias La Bomba por farmacias Fischel sería aprobada.

A pesar de que un diagnóstico del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) ha determinado que los precios de los medicamentos para el consumidor se encarecen debido a varias prácticas comerciales, hasta el momento la Comisión para Promover la Competencia (Coprocom) no ha impedido ninguna fusión o compra de grupos de farmacias por sus competidores.

La Coprocom es un órgano de desconcentración máxima adscrito al MEIC, que tiene como responsabilidad tutelar y promover el proceso de competencia y libre concurrencia, a través de la investigación y sanción de las prácticas monopólicas y otras restricciones al funcionamiento del mercado.

Hasta la fecha, esa entidad ha autorizado cuatro fusiones, luego de que las partes interesadas plantearon la respectiva solicitud para que su concentración del mercado fuese autorizada (ver: “Las fusiones o compras de farmacias ya aprobadas”.

Los criterios por los que la Coprocom debe guiarse para autorizar o no esos movimientos son los artículos 16 y 17 de Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor Nº 7472.

El primero, define las concentraciones como “la adquisición del control o cualquier otro acto en virtud del cual se concentren las sociedades, las asociaciones, las acciones, el capital social, los fideicomisos o los activos en general, con el objeto o efecto de disminuir, dañar o impedir la competencia o la libre concurrencia, respecto de bienes o servicios iguales, similares o sustancialmente relacionados.” El segundo, establece que lo anteriormente debe determinarse midiendo “el poder sustancial en el mercado relevante”.

Sin embargo, el estudio “Diagnóstico del mercado de medicamentos”, del 30 de junio del 2015, elaborado por Departamento de Investigaciones Económicas y de Mercados (DIEM) del MEIC, y revisado por su director, Erick Jara Tenorio, determinó que no existe información suficiente para conocer el poder real de cada actor del mercado de las medicinas, e identificó varias prácticas comerciales que encarecen sus precios para el público consumidor.

Mercado “por la libre”

El primer punto tiene que ver con el hecho de que este mercado está integrado verticalmente. Es decir, existe una la relación estrecha entre los laboratorios productores en el exterior, las droguerías que importan las medicinas y ciertas farmacias que las venden al público.

“Los laboratorios, quienes tienen la mayor información sobre las características de los fármacos (debido a que estos los producen) en ocasiones ocultan las posibilidades de sustitución de tales medicamentos, para concentrar el poder monopólico en el sub-mercado determinado por dicho fármaco”, dice el documento.

Las droguerías, que forman el segundo eslabón de la cadena que lleva las medicinas al público consumidor, “poseen una posición privilegiada debido a que son los únicos establecimientos autorizados para importar medicamentos y materias primas, lo cual permite que establezcan contratos de exclusividad con laboratorios en el extranjero y obtengan descuentos por volumen, que les permiten mantener sus márgenes de ganancia altos”.

La concentración del mercado se ilustra por el hecho de que las cuatro droguerías más grandes manejan el 40% del catálogo de medicamentos registrados en el país y que más del 80% de esos medicamentos “son tutelados por un único laboratorio y distribuidos por una única droguería”.

En la actualidad, existen 219 droguerías autorizadas, según información del Colegio de Farmacéuticos al 9 de enero de 2017.

Sobre este punto, se recomienda “regular contratos entre droguerías y laboratorios extranjeros para evitar contratos de exclusividad que eliminen los incentivos a realizar importación paralela de medicamentos, como sucede con unos pocos medicamentos; esto debe ser tutelado por el Ministerio de Salud”.

Un factor adicional consiste en que la posición privilegiada de los laboratorios, las droguerías y las farmacias vinculadas entre sí, les permite ofrecer “regalías para los profesionales del mercado, en busca de que se venda su producto preferentemente”.

Se trata de la práctica del push money, de la cual el documento afirma:

“Es un secreto a voces que es muy utilizada por las casas farmacéuticas para colocar determinados nombres comerciales en el mercado, mediante el ofrecimiento de diferentes tipos de regalías a diferentes agentes del mercado que inciden y dirigen en el consumo de medicamentos (por ejemplo, médicos y farmacias), donde se vende un producto simplemente por obtener una recompensa económica, atentando con la salud pública”.

Los costos adicionales que implican el push-money y los descuentos que se ofrecen –explica– son trasladados al precio final “como si se tratara de cualquier de producto de consumo masivo, sin serlo”. Para hacer frente a estas prácticas, el documento del MEIC recomienda “aplicar la Ley General de Salud de Costa Rica y fortalecer los mecanismos de vigilancia y fiscalización del mercado por parte del Ministerio de Salud (Minsa)”.

Además, el diagnóstico establece que “no se puede determinar con certeza el poder con que cuentan en el mercado los laboratorios y las droguerías”.

No obstante, sí encontraron que “existe una alta concentración en la venta de fórmula para bebes o leche en tarro”.

De allí deriva la recomendación de “analizar la concentración de las ventas de cada droguería y de cada laboratorio en el mercado nacional, para poder determinar el poder de mercado de cada uno de estos agentes”.

También establece que todas las distorsiones de costos derivadas del poder de negociación de los laboratorios, las droguerías y las farmacias, se transmite al precio al consumidor, lo cual se traslada “a la mayoría de las farmacias que no tienen estas negociaciones y promociones”.

Las más afectadas –agrega– son las farmacias cantonales “debido a que obtienen los medicamentos a precios altos de las droguerías (pues no están en cadena ni tienen acceso a compras de volumen). Además, esta clase de farmacias ‘de barrio’ tiende a desaparecer en las cabeceras de provincia, ante el poder de la competencia”.

“Contrario a otros mercados –concluye el documento del MEIC– en el de medicamentos la oferta determina la demanda, debido a que el consumidor carece de toda la información relevante para realizar por su cuenta un análisis de costo-beneficio que le permita comparar las ventajas y desventajas de los distintos fármacos ofrecidos; dependen de un médico, y no se le permite al farmacéutico hacer cambios por medicamentos de menor precio”.

Por todo lo anterior, la recomendación final es “evaluar otras acciones que permitan mejorar la competencia en el mercado de medicamentos, por ejemplo, mediante la prescripción por principio activo y no por nombre comercial, lo cual generaría que disminuyan prácticas como las bonificaciones de producto, descuentos y premios”.

“En estudio”

UNIVERSIDAD buscó las reacciones de la Coprocom, del propio MEIC y del Ministerio de Salud a este diagnóstico, ante el hecho de que la segunda debe autorizar o no la anunciada compra de farmacias La Bomba por el grupo propietario de farmacias Fischel, lo cual agregará más concentración en el mercado.

Errol Solís, Director de Competencia de esa entidad, confirmó que la solicitud de compra “se encuentra bajo análisis por parte de la Coprocom; actualmente se está recabando información básica para dicho análisis”.

Sin embargo, reconoció desconocer el diagnóstico sobre el mercado de medicamentos del MEIC, y afirmó que, debido a la condición de órgano de desconcentración máxima del Ministerio, la Coprocom “puede o no utilizarlo, siendo ese un análisis que en su momento procesal oportuno puede realizar”.

Sobre la práctica del push money se limitó a responder que “la Coprocom no tiene actualmente ninguna consulta, opinión, investigación ni procedimiento abierto”.

En cuanto al MEIC, Erick Jara, director de la unidad que realizó el diagnóstico, y revisor del mismo, dijo que “las farmacias tienen acceso directo a los medicamentos”, pero que “la importación es un proceso muy oneroso y de muchos requisitos legales, lo que limita a las farmacias a importar medicamentos”.

Aseguró que “el Ministerio de Salud está en el análisis” de la recomendación del MEIC para regular los contratos entre droguerías y laboratorios extranjeros para evitar contratos de exclusividad.

Consultado sobre el margen de ganancia que aplican las farmacias respondió que “no hay precios o márgenes de utilidad fijados para los medicamentos, por lo que no se tiene conocimiento de con cuál operan las farmacias”.

La Fiscala General del Colegio de Farmacéuticos, Olga Esquivel, explicó que ese colegio no regula el margen de ganancia que se aplica a las medicinas, por lo que desconocen la información.

La Fiscala General del Colegio de Farmacéuticos, Olga Esquivel, explicó que ese colegio no regula el margen de ganancia que se aplica a las medicinas, por lo que desconocen la información.

En cuanto a la absorción de farmacias La Bomba por farmacias Fischel, respondió que “a esta fiscalía le corresponde verificar el correcto ejercicio profesional de sus agremiados y el cumplimiento de la normativa vigente de los establecimientos farmacéuticos; la compra-venta de farmacias es un tema comercial”.

Además, dijo que la práctica del push money era legal, pues estaba regulada por el artículo 140 de la Ley General de Salud.

Por su parte, el Ministro de Salud, Fernando Llorca, prefirió no referirse al conjunto del tema hasta que se pronunciara la Coprocom.





 

 

 

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