La noticia en corto es que la asamblea nacional del Partido Liberación Nacional (PLN) se reunirá el 15 de mayo para decidir cuánto y cómo se elegirá al candidato presidencial, después de los señalamientos por el riesgo sanitario de celebrar la convención en la primera semana de junio sin que se haya atenuado la actual ola de COVID-19 en el país.
Los dilemas, sin embargo, aparecen detrás de la noticia y dependen del lente con que lo mire cada uno de los cinco precandidatos presidenciales en el partido al que la población ve mayores de triunfo en las elecciones del 2022, a pesar de las derrotas que aún arden del 2014 y el 2018.
La posibilidad de postergar la convención programada para el 6 de junio o buscar incluso una forma menos participativa de elegir al candidato puede afectar o beneficiar a los distintos precandidatos según sus circunstancias.
El expresidente José María Figueres, el más conocido por la población y el de mayor control de las estructuras territoriales del partido (uno de los factores en las posibilidades de triunfo), tuvo que salir a aclarar un primer mensaje que se interpretó como un llamado a que los asambleístas hicieran la elección de candidato de manera cerrada.
Esa posibilidad implicaría una ventaja para él y de inmediato la rechazaron los precandidatos Roberto Thompson, Carlos Ricardo Benavides y Rolando Araya, quienes señalaron una mayoría figuerista entre los 139 miembros integrantes de la Asamblea partidaria.
Esa forma de elección sería “antidemocrática y contraria a los postulados del partido”, según Thompson, el primero que se manifestó públicamente por la necesidad de posponer la convención y mantenerla de manera abierta, como se realizó en 2017, que atrajo a 430.000 votantes y que dejó a Figueres una derrota ante Antonio Álvarez Desanti, hoy aliados.
Ante esas inquietudes, el Comité Ejecutivo decidió el miércoles, por unanimidad, convocar la Asamblea Nacional, la máxima instancia del partido, para el sábado 15 de mayo, en acuerdo entre el Directorio Político y los precandidatos. Los equipos de estrategia de cada precandidato deben dejar sus planes en borrador. Los pocos financistas también se abstienen un poco, lamentó un proveedor.
En caso de que se posponga la convención para julio o incluso agosto, Thompson y Benavides (ambos diputados) tendrían más tiempo para recortar la diferente que en relación con Figueres las encuestas señalan en grado de conocimiento ante la población. A ambos los supera incluso el precandidato Rolando Araya, quien no ha ejercido cargos públicos en tiempos recientes.
La posible postergación de la convención también amplía las posibilidades de exposición de Figueres, a quien internamente se le ve como el rival a vencer, en caso de que tengan efecto insistentes cuestionamientos por su pasado político y por el equipo que le rodea, abundante en figuras habituales del PLN de los últimos 30 años.
La alianza con Álvarez Desanti, por ejemplo, provocó críticas y dudas en distintos sectores, incluidos algunos que simpatizan con Figueres, como dijeron dos dirigentes bajo condición de anonimato.
Este es el panorama de incertidumbre y tensión en la agrupación más grande del país que intenta evitar una tercera derrota consecutiva, algo que no ha sufrido nunca en sus 70 años de historia. Es el partido al que el 48% de la población le acredita probabilidad de victoria en la Presidencial, aunque solo el 5% se declare seguidor verdiblanco, de acuerdo con la última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de las UCR.
Este mismo centro de investigación explicó que la incertidumbre en los partidos hace imposible realizar encuestas precisas sobre intención de voto, incluso en el PLN, que es la agrupación que tiene más seguidores en medio del decrecimiento de simpatizantes que tienen los partidos, que en total suman solo un 13%.
