El Partido Liberación Nacional (PLN) resolvió no sin apuros uno de los muchos dilemas que aloja en su afán por evitar una mayor erosión de apoyo ciudadano: la definición de la candidatura presidencial para el 2026 se hará mediante una convención abierta que permitirá a cualquier costarricense iniciar en el abanderado verdiblanco en cuyos hombros llevará buena parte de las posibilidades de vigencia de la agrupación más tradicional del país.
En una disputada discusión interna que se saldó con votación de 47 votos contra 43 se impuso la visión de un grupo de partidarios que abogan por dar señales de apertura en lugar de tomar decisiones enclaustradas bajo liderazgos internos que han demostrado alto rechazo popular, según las últimas elecciones presidenciales.
En busca de oxígeno ciudadano para revitalizar al partido, los asambleístas del PLN reunidos el sábado lograron zanjar un debate que les llevó meses, alimentado por posiciones internas y rivalidades que explican lo trabajoso del proceso de renovación que intentan los verdiblancos, al menos de palabra.
Dirigentes de tendencia afín a José María Figueres, expresidente y candidato en la dura derrota de 2022 ante Rodrigo Chaves, impulsaban una elección cerrada sólo entre militantes, pero se impuso el criterio de quienes abogaban por “abrir las ventanas” para otros ciudadanos de cualquier filiación política o sin ella, pues menos de 5% de los costarricenses expresan respaldo al PLN, según la encuesta CIEP-UCR de septiembre.
Más allá del resultado de una convención abierta, la casa liberacionista evidencia posiciones polarizadas y divergencias persistentes que comprometen las intenciones de mostrarse ante la ciudadanía como una opción política viable. De ahí decisiones que eliminar el carácter vitalicio de los puestos que tienen expresidentes y excandidatos en el seno del directorio verdiblanco.
Pese a tener la bancada legislativa más grande, los verdiblancos reconocen la dificultad de atraer a la población en un entorno nacional por demás complejo y polarizado entre ciudadanía que apoya al gobierno de Chaves y otro bloque que lo rechaza, pero que tampoco respalda a los partidos tradicionales.
