País

“PLN debe reconectarse con esencia socialdemócrata, o desaparecemos”

Ricardo Sancho, presidente del Partido Liberación Nacional, afirma que la agrupación debe rescatar vocación de su trayectoria, a la vez que renueva su pensamiento.

El politólogo y abogado Ricardo Sancho enfrenta un desafío contradictorio: como presidente del Partido Liberación Nacional (PLN), comanda la agrupación política con mayor recorrido histórico del país: es la única que ha participado en las 18 elecciones presidenciales desde 1953, de las cuales ganó la mitad.

Sin embargo, esa trayectoria pareciera representar también un lastre en las últimas contiendas, donde los votantes jóvenes cada vez lo asocian más con el pasado. Esto se refleja en un caudal erosionado en las urnas, en las que el partido pasó de un 40% del padrón nacional, a apenas rozar el 15% en los últimos comicios.

“(…) Le puedo garantizar que nadie cuestionado irá en ninguna papeleta del PLN”.

Sancho lanza ahora, desde la presidencia, una nueva cruzada por la renovación del partido. No es un llamado inédito, pero las cifras evidencian que, si no hay rectificación, la divisa verdiblanca corre el riesgo de agotarse.

El PLN es el único partido que ha participado en todas las elecciones desde 1953, pero también enfrenta el reto de que esa tradición dificulte captar votantes nuevos. ¿Cómo manejan esa situación de tradición versus modernización?

—Somos un partido sólido, muy estructurado. En las asambleas distritales no son menos de 500 mil personas las que participan. Tenemos un partido en todo el territorio.

Estamos ante una profunda reestructuración, una redefinición en el campo ideológico, a través de un congreso que pensamos realizar en los próximos 15 meses. Nos interesa fortalecer todos los mecanismos de fiscalización en la ética pública y una redefinición de nuestra base liberacionista, dándole una especial importancia a la clase media, a los sectores populares agrícolas, a los jóvenes urbanos, que es donde nacieron las bases del partido, debemos reconocer que dejamos de reconectar con esos sectores en los últimos años, entonces, estamos en una línea de reconexión con los sectores base, que podríamos encapsular en la clase media.

Pero ¿qué tanto de esa renovación es volver al PLN original, que se identificó con esos sectores? ¿Es volver hacia atrás o mirar hacia adelante?

—Yo diría que es volver hacia adelante, porque, cuando el partido nació, se identificó con esos sectores medios y populares, aunque no estaban los retos ambientales, que es un tema nuevo. En aquella época, la participación de la mujer es importante, fuimos pioneros en eso, pero ahora es más importante, tengo la aspiración de que seamos un partido feminista y más proclive a emprendedores.

Nos traemos la tradición, reinterpretándola con una reestructuración. La promesa mía y del Comité Ejecutivo actual es profundizar una redefinición del partido.

Menciona agendas de ambiente y mujer, pero la fracción del partido no votó el Acuerdo de Escazú y el 9 de marzo la mayoría votó en contra de poner más obligaciones a patronos para reducir brechas salariales de género. ¿Cómo lograr que estos temas permeen las actuaciones del partido?

—Estamos en esa sincronización; no es fácil. Tenemos pocos meses de estar en el mandato. El papel de la fracción es fundamental, la hemos apoyado en temas específicos, pero esa sincronización tenemos que lograrla.

Personalmente, me manifesté a favor de la prórroga para el Acuerdo de Escazú, me parece que era una oportunidad para discutirlo, creo que viene de una política coherente de información pública ambiental; sin embargo, pocos diputados apoyaron la moción.

Me manifesté a favor del Acuerdo de Escazú y también en contra de la Alianza del Pacífico. No hay que verlo como que estemos divididos, somos un partido tan grande que da oportunidad para diferentes posiciones. Al final, tratamos de respetar lo que se decida.

¿Cómo lograr que avance esta renovación? Cuando se dio la derrota en 2002 se mencionó, después la reelección archivó el tema, que regresó en 2010, y ahora otra vez, tras dos derrotas, ¿cómo lograr que se concrete?

—La renovación hay que verla de dos maneras: una renovación de nuevos liderazgos, que estamos promoviendo en las bases, vamos para una elección (municipal de 2024) en la que habrá 6.238 candidatos, queremos darles la oportunidad a nuevos liderazgos; y también está la renovación en el campo de las ideas.

¿Cómo puede convivir ese dar espacios a jóvenes con las tendencias en el partido?

—La única vacuna que tenemos para eso es la capacitación política, estamos arrancando un programa muy agresivo de capacitación con jóvenes, con dirigencias locales, inclusive, con gente no liberacionista que viene a acercarse para hablarles de liderazgo político, de comunicación política, de cómo funcionan los sistemas políticos en el mundo, de cómo funciona la negociación política. La capacitación es lo que nos puede ayudar a que el joven entre en una educación política, porque ya no es un problema de los partidos políticos, el problema es que hay un deterioro de los términos de referencia de la democracia, que las personas crean en la política.

¿Y PLN cómo trata de ganar esa confianza, porque tiene una juventud, pero cómo lograr ese vínculo, con una sociedad que cada vez es más indiferente a la política?

—Yo diría que está dentro de las tres cosas que he venido planteando, que es esa reconexión. Estamos trabajando mucho con barrios, vamos a trabajar un programa con las universidades, con la enseñanza media, tratando de ver cuál es el semillero que hay de juventud. Y no hablando del partido, sino de la política y la democracia. No es convencerlos de que sean liberacionistas; queremos buscar a los jóvenes para convencerlos de que sean demócratas.

Y está el tema de la vocación de poder, creo que el PLN ha perdido su vocación histórica de ser un partido que hace grandes reformas, ese fue el partido que vivimos, ahora tenemos que ver eso en el siglo XXI, como volver a esa vocación histórica, de transformación de la sociedad costarricense.

¿El terreno municipal se ha vuelto como la última trinchera del PLN? Viene perdiendo terreno en la elección presidencial y diputadil. ¿Es esta la última trinchera del PLN y cómo lo enfrentan después del caso Diamante?

—Diría que es la primera trinchera, no la última. Somos un partido que tiene bases territoriales y definitivamente nos va a ir bien en este terreno, en eso sí tenemos mucho optimismo. De ahí podemos diseñar el modelo de ciudad, de barrio, de comunidad del siglo XXI, no es solo la oportunidad de elegir alcaldes, regidores y síndicos, sino diseñar el modelo de ciudad sostenible que queremos, con movilidad urbana, manejo de desechos, espacios para juventud y recreativos.

Sí estamos conscientes de este tema (Diamante), que internamente no se ha tratado, está en sede judicial, pero sí le puedo garantizar que nadie cuestionado irá en ninguna papeleta del PLN, y buscaremos una línea ética donde la trayectoria de cualquiera que aspire a un puesto público sea limpia.

Pero ¿no han valorado un posible efecto por el caso Diamante? Cuatro alcaldes del PLN salieron vinculados y habrá dirigentes que serán limitados por la reforma para restringir la reelección de alcaldes

—Hay varios mencionados, es una realidad, pero que cada palo aguante su vela, son personas, individuos que deben enfrentar esos procesos. Hasta ahora no ha habido sentencias. Lo que queremos es que, de aquí en adelante, las personas que vayan (en las papeletas) deben demostrar que están al día con la CCSS, que están al día con sus obligaciones tributarias y además no tengan ninguna sentencia judicial, penal.

El PLN ha logrado una base de alrededor de un 30% de la población, pero esto se debilitó, en la última fue apenas el 15% del padrón. ¿Tienen una meta para tratar de recuperar una base del PLN?

—Pensamos para esta elección municipal obtener la mitad de las alcaldías y un 40% de la votación, tenemos una fortaleza en los municipios, tenemos nuevos liderazgos en los casos en los que los alcaldes no se pueden elegir, hay vicealcaldesas que permiten ampliar la oportunidad para las mujeres. Estamos viendo cantones donde históricamente no nos ha ido bien, visualizamos nuevos liderazgos como Montes de Oca, como Moravia.

Parte importante tiene que ver con la credibilidad, y eso se cosecha por la actuación a nivel político. En la relación con el Gobierno, ¿el PLN está cumpliendo con el papel de oposición?

—Creo que sí. En la Asamblea Legislativa la oposición tiene dos brazos. Uno es la parte legislativa, otro es el control político. En la parte legislativa, vamos a apoyar proyectos que sirvan a la gente. Proyectos que ayudan a mejorar los servicios públicos, o que tienen que ver con estabilidad económica, como los eurobonos, son temas en los que no estamos aliados con el Gobierno, sino con los costarricenses.

Hay que diferenciar la parte legislativa y la parte de la oposición, que creo que se ha hecho una oposición muy contundente, como en el tema del financiamiento de partidos políticos.

Si veo que el Poder Ejecutivo no está entendiendo el contexto, lo que hemos visto hasta ahora son fuegos artificiales. No veo cambios, veo ataques a la prensa, ataques a los otros Poderes, conflictos a los que no estábamos acostumbrados.

¿En eso no ha faltado levantar la voz de la institucionalidad?  En el caso del PLN, el partido con más trayectoria, ¿no le ha faltado levantar más la voz?

—Creo que sí se ha hecho, sí se ha defendido. Posiblemente, tenemos que reforzar esto. Pero el llamado a sostener la democracia de Costa Rica es el PLN, principalmente, por su tamaño, por su trayectoria.

Esto no es que uno lo esté inventando, como politólogo he visto la realidad en Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, Panamá, Perú, Bolivia, Ecuador; es decir, la región latinoamericana está llena de casos. Somos una democracia consolidada, pero no estamos vacunados a ser eternamente democráticos, y si los actores políticos son los que están dañando al mismo sistema democrático, entonces, eso es muy grave, nunca lo había visto en toda mi trayectoria.

Se ha defendido, pero estoy de acuerdo en que hay que defender más los mecanismos de fortalecimiento del sistema político.

Con todo esto ¿es posible un PLN que se mueva hacia la socialdemocracia, que recupere esa esencia?

—Tenemos que hacerlo, o desaparecemos. La tarea nuestra es volver, aunque suena un poco contradictorio, a mantener una línea socialdemócrata, con un pensamiento renovado hacia las realidades que tiene el país.

 

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