País Costa Rica:

Personas hipertensas son las que más fallecen por COVID-19 en hospitales de la Caja

De acuerdo con la Encuesta de Factores de Riesgo Cardiovascular de la CCSS (2018) un 37,2% de la población padece de hipertensión.

“Yo tengo diabetes e hipertensión, las tengo controladas, pero me dio COVID-19 y me descompensé. Me sacaron en ambulancia de la casa. Dicen que hasta me dieron dos paros cardiorrespiratorios, pero la verdad yo no recuerdo nada. Los doctores me dijeron que era un milagro, no podían creer que yo saliera del hospital. Mi pronóstico era reservado, yo estaba muy grave. Decían que no salía, y que si salía quedaba como un vegetal”, así describió Cecilia Madrigal la situación que vivió hace seis meses, cuando fue internada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital México tras ser contagiada.

Esta trabajadora doméstica vecina de Concepción de Alajuelita, de 56 años, es una de las 11.086 personas que estuvo internada en la seguridad social por COVID-19. Ella aún está recuperándose de las secuelas que dejó la enfermedad en su organismo; sin embargo, otros pacientes con comorbilidades, como la hipertensión arterial y diabetes mellitus, no tuvieron tanta suerte y perdieron la batalla.

Según datos del Área de Estadística de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), la hipertensión arterial es la comorbilidad más presente en los pacientes fallecidos por causas relacionadas al COVID-19 en el país; dos de cada tres personas que murieron en los hospitales públicos, presentaban este factor de riesgo.

“A mi me da mucho miedo. Me pone muy triste pensar que es un factor que está asociado a ingresos económicos, estrés, alimentación, y por lo tanto pobreza. No me dan ganas de salir de mi casa, y me siento privilegiada de no tener que hacerlo”, Daniela Muñoz, vecina de Montes de Oca.

Hasta el 7 de febrero anterior, 2.350 personas fallecieron en hospitales de la seguridad social, de los cuales, 1.572 padecían de hipertensión arterial; es decir, un 66,89%.

De ese total, 950 pacientes eran hombres; mientras que 622 mujeres. Esto muestra también que los hombres hospitalizados con hipertensión arterial tienen más riesgo de morir por causas relacionadas al COVID-19 que las mujeres, pues un 12% más perdieron la vida en estas condiciones.

Esto va de la mano con la Encuesta de Factores de Riesgo Cardiovascular de la CCSS (2018) la cual señala que el padecimiento crónico no infeccioso más frecuente en la población costarricense es la hipertensión arterial.

Según la encuesta, un 37,2% de la población encuestada padecía de hipertensión arterial. Del total, 32,4% la tenían diagnosticada, mientras que un 4,8% desconocía que poseía la enfermedad.

“Cerca del 40% de las personas con más de 40 años son hipertensas, y alrededor del 70% de las personas mayores de 65 años son hipertensas”, explicó el epidemiólogo de la Universidad Nacional (UNA), Juan José Romero.

“Una hipótesis probable es que la mayoría de los fallecidos son hombres dado que la enzima convertidora de la angiotensina, que tiene una relación directa con la hipertensión, está más presente en los hombres, y que el SARS-CoV-2 utiliza esa enzima convertidora de la angiotensina como la cerradura para entrar a las células donde va a ir a causar la infección. De ahí viene buena parte de toda esa relación causal. Sin embargo, estos son datos agrupados que no dejan ver la coexistencia de la hipertensión arterial con otras comorbilidades, por lo que la relación causal, en este caso, es incompleta”, añadió.

Otras comorbilidades

Las estadísticas también indican que el segundo factor de riesgo que más se repite entre los fallecidos por causas relacionadas al COVID-19 es la diabetes mellitus. De las 2.350 personas que murieron en la CCSS, 1.017 padecían de esta enfermedad crónica; es decir, un 43,28%.

De ese total, 597 de las muertes en hospitales corresponden a hombres, mientras que 429 son mujeres. Esto quiere decir que de los hombres hospitalizados con diabetes mellitus, falleció un 6% más por causas relacionadas con COVID-19 que en mujeres.

Según datos de la Encuesta de Factores de Riesgo Cardiovascular de la CCSS (2018), un 14,8% de los encuestados presentaba diabetes mellitus. Del total, 10,9% de la población tenía diagnosticada la enfermedad y un 3,9% ni siquiera sabía que la padecía.

El tercer factor de riesgo más común entre los fallecidos por causas relacionadas al COVID-19 es la obesidad, con 466 personas. La lista la completan el tabaquismo con 463, dislipidemia con 364, cáncer con 191, asma con 161, y tabaquismo activo con 48.

En algunos de los casos, los fallecidos por causas asociadas al coronavirus presentaban más de una comorbilidad, afirman las autoridades de la CCSS.

“¿Cuál es el problema de las enfermedades crónicas? No es solo el hecho de padecerla, sino que una enfermedad crónica descompensada provoca un daño en los vasos sanguíneos y en los órganos que va lesionando. Cuando el virus ataca, como tiene un poder proinflamatorio, y los encuentra en una situación de lesionados, tiene un efecto que barre”, señaló la epidemióloga de la Caja, Guiselle Guzmán.

“Si yo padezco de diabetes y la tengo controlada, pues no estoy lesionando mis órganos, pero si no la tengo controlada, y además soy hipertenso, estoy inflamado de por sí, entonces viene COVID-19 y hace un daño en todos los sistemas”, añadió.

Guzmán indicó también que de los hospitalizados en el 2020, un 35% de la población económicamente activa no tenía seguro social, o sea, no tenía acceso a un trabajo formal, y con esto tampoco tenía control de sus enfermedades crónicas.

El año anterior, de los hospitalizados por COVID-19, un 43% de los hipertensos eran inactivos laboralmente, mientras que en los diabéticos esa cifra subió a un 44%.

En esta misma condición se encontraban un 44,8% de los pacientes internados con asma y un 46,1% de los que padecían obesidad.

Más riesgo de muerte en hombres

 Para el epidemiólogo de la Universidad Nacional, Juan José Romero, al analizar las estadísticas de fallecidos por comorbilidades como tabaquismo, hipertensión arterial, dislipidemia, diabetes mellitus, cáncer, obesidad y asma, es posible concluir también que un 9% de los hombres hospitalizados con factores de riesgo presenta más probabilidades de fallecer por causas relacionadas al COVID-19 que las mujeres.

A nivel nacional, las estadísticas señalan que para el 7 de febrero de este año, 1.677 de las muertes correspondían a hombres, mientras que 1.010 eran mujeres. “Esto quiere decir que en Costa Rica los hombres van muriendo por COVID-19 un 66% más que las mujeres”, señaló Romero.

De acuerdo con la epidemióloga de la CCSS, Guiselle Guzmán, un factor que influye en la diferencia de fallecimientos entre mujeres y hombres es que, estos últimos, tienden a consultar menos o tardíamente. También hay estudios que demuestran que existe un componente genético en el hombre que puede responder de forma diferente al virus.

Las estadísticas revelan que en edades entre los 10 y 35 años hay más mujeres que hombres diagnosticados por COVID-19.

“Consultan más mujeres que hombres.Yo diría que entre los 15 y 35 años hay una subestimación en la cantidad de casos confirmados de hombres, porque muchos de ellos se enferman, pero no pueden dejar de trabajar. Ahí está el grueso de la población económicamente activa”, apuntó el epidemiólogo Romero.

“Me la diagnosticaron hace cuatro años. Me asusta, uno se cuida, pero nos hemos dado cuenta de gente que se ha cuidado y de un pronto a otro está pegado. Yo la tengo controlada, pero no sé si los que murieron la tenían controlada o no. Es una enfermedad silenciosa, probablemente muchos no sabían que tenían hipertensión. Yo trato de salir lo menos posible y si salgo trato de tener los cuidados necesarios. También tengo diabetes”, Róger González, vecino de Curridabat.

Cuanta más edad, mayor riesgo

En cuanto a grupo etario, las estadísticas muestran que conforme aumenta la edad, el riesgo de ser hospitalizado o incluso morir crece de manera exponencial.

“Este crecimiento se observa principalmente arriba de los 50 años. Pasados los 50 años es cuando usted tiene más chance de caer al hospital, y arriba de los 55 años el riesgo de morir aumenta”, señaló el epidemiólogo de la UNA, Juan José Romero.

Este grupo etario es distinto del que se contagia más por COVID-19. “Los reportes de diagnóstico tienen a más población económicamente activa, de los 15 a los 65 años”, añadió.

Más de 11 mil hospitalizados

Según estadísticas de la CCSS, desde el 6 de marzo 2020 y hasta el 7 de febrero 2021, 11.060 personas fueron hospitalizadas en la seguridad social por COVID-19.  De ese total, 8.346 pacientes egresaron, 364 se encontraban internados, y 2.350 murieron en algún centro médico.

Para esa misma fecha, a nivel país, las muertes asociadas al COVID-19 llegaron a 2.687. Esto quiere decir, que 337 muertes se produjeron en hogares de larga estancia o casas de habitación, señalan las autoridades.

De las muertes en hospitales de la Caja, 1.285 requirieron de una UCI, mientras que 1.065 fallecieron en salón, muchos de ellos en camas de severos, aclararon las autoridades; es decir, utilizaron respiradores y otros equipos médicos más especializados.

Un dato relevante, a nivel nacional, es que un 5,62% de los contagiados por COVID-19 requirieron hospitalización, y solo un 1,96% necesitó de una UCI.

Esto difiere de los datos a nivel internacional, donde cerca de un 15% de los diagnosticados son hospitalizados.

“Yo creo que una de las cosas que influye es el sistema de salud, el acceso que tiene la gente. En otros países, lo que pasaba es que la gente definitivamente no tenía la forma de acceder a ningún servicio de forma ambulatoria, y tenían esas complicaciones severas, entonces se hospitaliza y fallece mucha gente”, comentó Guzmán.

Cecilia Madrigal, de 56 años, pasó 15 días internada en la UCI del Hospital México luego de ser contagiada por COVID-19. (Cortesía Cecilia Madrigal)

“Lo vemos en Suramérica donde hay mucha población indígena como en Perú, Bolivia, e incluso Brasil. Pero nosotros tenemos la facilidad de que somos tan pequeños, que la distancia es corta y el acceso a los servicios para COVID-19 es gratis”, acotó la funcionaria de la CCSS. .

La epidemióloga agregó que otro aspecto que influye en este dato positivo es que la población costarricense es más educada, pues tiene más acceso a la información proporcionada por los medios de comunicación.

 

 

 

 

 

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