País

Peñas Blancas recibe a más y más africanos y haitianos

El campamento en donde se acumulan los migrantes en la frontera norte no para de crecer y las condiciones sanitarias se deterioran a cada hora.

Peñas Blancas. Migrantes africanos y haitianos se acumulan por cientos en la zona fronteriza de Costa Rica con Nicaragua. Cada hora llegan más procedentes del sur y cada día que pasa crece la cantidad de ranchos en el campamento y se socava la esperanza de que Nicaragua los deje continuar su camino hacia Estados Unidos.

Algunos llevan aquí tres meses. Otros llegaron esta semana tras cruzar sin demasiadas dificultades la frontera sur de Costa Rica. Todos se van acomodando a orillas de la carretera, en espacios libres en el centro de La Cruz o en un deprimente campamento que no para de crecer a 300 metros de la guardarraya, sin agua ni sanitarios.

Mientras al otro lado de la frontera se mantiene firme la vigilancia militar de Nicaragua, que rechaza a cualquier migrante que intente entrar sin documentos en regla (como todos estos). En este lado del mundo los policías ticos intentan mantener la zona fronteriza en orden, custodiando por ejemplo la fila para acceder al único tubo con agua potable cercano al campamento que se formó en el antiguo estacionamiento de la empresa busera Deldú.

El Gobierno maneja una cifra oficial de 500 migrantes en esta zona, pero al ojo parecen mucho más. Uno de ellos sostiene que en el campamento había este miércoles por la tarde cerca de 2.000 almas acomodadas en tiendas de campaña o rudimentarios ranchos construidos con máskin y plásticos negros.

Nadie ve una solución encaminada para esta población proveniente de países como Haití, Camerún, Ghana, Congo, Senegal y Sudáfrica.

Los casi 3.000 que han entrado a Costa Rica desde los primeros atascos en Paso Canoas (marzo) no han podido seguir hacia el norte o han debido hacerlo pagando el servicio de los coyotes a precio de oro. Ya se sabe: a más dificultad, más costoso el servicio.

El Gobierno de Costa Rica ha optado por hacer un registro de ellos en suelo nacional, dada la imposibilidad de rechazarlos en la frontera de Panamá, cuyos policías más bien traen a los migrantes a las puertas de Costa Rica, según el relato de varios migrantes recogido hoy por este semanario en Peñas Blancas.

Se calcula que cada día llegan unos 150 más a suelo tico, sin que se abra ni un resquicio en la frontera con Nicaragua. Decenas de ellos merodean por la frontera en espera de algún “milagro” en la forma de un camionero generoso y arriesgado que quiera subirlos en la carreta e introducirlos a suelo nica a cambio de $500.

“No tenemos agua ni dinero ni suficiente comida, pero no queremos nada de eso; lo que queremos es que Nicaragua nos deje pasar o Costa Rica nos ayude como ayudó a los cubanos”, decía Abdhulla Nkeke, como se identificó un joven supuestamente congoleño.

El Gobierno tico no descarta más esfuerzos de diálogo con Nicaragua a pesar de la coyuntura tirante ambas partes, mientras prepara la colocación de letrinas y tubería de agua potable en el campamento.

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