País Tasas de participación laboral femeninas aumentan pero con mucha informalidad

País requiere avanzar en política bancaria con enfoque de género

Encuentro organizado por Inamu impulsó la incorporación de 21 nuevas organizaciones para adquirir certificación Sello Igualdad de Género.

Costa Rica necesita avanzar en la construcción de una estrategia nacional de inclusión financiera de las mujeres que cuente con el apoyo de instituciones reguladoras y supervisoras de las entidades financieras, así como de los mismos bancos, para garantizar un acceso real y el empoderamiento económico femenino.

Esta fue una de las conclusiones más importantes del Encuentro sobre Políticas Financieras y Género, realizada el pasado 14 de julio por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) y que tuvo el objetivo de analizar el avance que tiene el país en esta materia y ver alternativas que se puedan replicar de otras naciones que han sido más exitosas en este tipo de iniciativas.

Durante el evento se evidenciaron datos que demuestran que muchas mujeres requieren no solo de acceso al financiamiento, sino que se debe comenzar por abrirles una cuenta de ahorro, pero que es urgente impulsar a su vez un portafolio de productos complementarios y sensibilizados sobre las condiciones específicas que tienen las mujeres, para que estos les generen valor agregado.

Según datos del Banco Mundial, en Costa Rica, las mujeres tienen un 15% menos de acceso a cuentas bancarias en relación con los hombres, lo que se repite en todos los grupos de ingresos al interior del país y en sus distintas regiones.

Para el 2016, un total del 14,5% de los hombres accedió a créditos de alguna institución bancaria, mientras que solamente el 10,9% de mujeres obtuvo un préstamo. Además, los hombres utilizaron con más frecuencia su cuenta bancaria o recibieron pagos digitales, con un 57,9%, frente a un 47,5% de mujeres. Un 26,9% de hombres ahorraron en una entidad financiera, frente un 21,6% de las mujeres que lo hicieron en el mismo período.

“El sector financiero ha generado acciones dirigidas a las mujeres, pero se debe repensar la oferta, crear avales diferenciados, analizar el riesgo no solo soportado en un bien inmueble, porque muchas mujeres no tienen a su nombre las casas. Está demostrado que la mujer reparte de forma distinta los recursos, piensa siempre en la mejora de las condiciones de la familia y, por ello, genera una mayor responsabilidad a la hora de asumir sus deudas; de hecho, son las menos morosas en cuanto a créditos”, explicó Alejandra Mora, Presidenta Ejecutiva del Inamu.

Será necesario generar créditos productivos, para capital de trabajo y de vivienda, ahorro a la vista, pensiones, seguros, entre otros productos.

Además, la inclusión financiera debe estar acompañada de la protección de las usuarias en la utilización de dichos servicios; por ello, la política pública deberá incorporar un proceso de educación, acompañamiento, mentorías y fortalecimiento de los planes de trabajo para que puedan elegir el financiamiento adecuado para su actividad económica.

Para este fin, los funcionarios y ejecutivos bancarios deben ser sensibilizados y dotados de los conocimientos para atender de manera correcta a las mujeres que buscan acceso a los servicios y productos financieros.

Todo esto tendrá un efecto en el empoderamiento de las mujeres para desarrollar sus propios negocios y fortalecer las relaciones familiares y sociales, por ende, será posible emprender un nuevo flanco para luchar contra la pobreza y generar mayor independencia y autonomía en este sector de la población.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, este año el 40% de la población del país está formado por jefas de hogar, mujeres que tienen sobre sus hombros la responsabilidad de velar por el bienestar de sus familias y que deben sortear día a día obstáculos financieros por su condición de género.

“El empoderamiento económico de las mujeres significa asegurar su ingreso económico y la capacidad para gestionar y tomar decisiones sobre los recursos financieros, de titulación y conducción de sus vidas de forma autónoma y libre de violencia”, manifestó Mora.

Incorporación al mercado laboral

Costa Rica ha tenido mejoras importantes en cuanto a la incorporación femenina en el mercado laboral, sobre todo si se compara con otras naciones centroamericanas con menores tasas de desempleo, pero con una fuerte participación en el sector informal, lo que genera una desprotección.

Benedicte de la Briere, jefa del Equipo Económico de la Unidad de Género del Banco Mundial explicó durante el evento que a nivel mundial la participación de las mujeres se estanca, pero en América Latina ha ido mejorando.

“El problema es que muchas veces las mujeres se concentran en sectores productivos que no son tan bien remunerados, por ello es vital que se logren incorporar en carreras relacionadas con las tecnologías digitales y empresariales. Pero se requiere de una serie de cambios estructurales para que se dé una mayor incorporación femenina en los negocios”, detalló la representante del BID.

Lo esencial es la redistribución del trabajo no remunerado, que sigue siendo una de las mayores trabas para las mujeres a la hora de competir por un puesto de trabajo o en la incorporación al mercado laboral.

Pero esto debe pasar por la intervención no solo de las familias, sino de los sectores públicos y privados, y tanto empresas como gobiernos deben entender que es un buen negocio, porque si los niños están bien cuidados y formados se garantizan una fuerza de trabajo futura en condiciones adecuadas.

Lucía Scuro, oficial de Asuntos Sociales de la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), coincide con este criterio y enfatizó en que se deben intensificar los esfuerzos por contar con una red de cuido, tanto de menores como de adultos mayores que permitan el bienestar familiar.

“Se debe tomar en cuenta que Costa Rica es uno de los países de la región centroamericana que más está experimentando el bono demográfico con una alta expectativa de vida y sabemos que normalmente el cuido recae sobre las mujeres”, argumentó la experta.

Sello de Género

Durante el evento organizado por el Inamu, un total de 21 nuevas organizaciones se comprometieron a iniciar el proceso para certificarse con el Sello Igualdad de Género que otorga el ECA (Centro de Acreditación Nacional) y que tiene como finalidad revisar la cultura de género en las instituciones y empresas instaladas en el país. Un total de 41 empresas ya cuentan con el sello.

Esta certificación permite desarrollar un diagnóstico de la cultura de género institucional, las licencias especiales para las mujeres, las políticas de cuido de menores, el acceso a la capacitación y promoción en puestos de decisión.

“Luego de dicho diagnóstico se recomiendan las acciones a seguir para alcanzar una sana cultura de género y al cumplirse se entrega el sello. Pero este sello es una comunidad internacional que está en toda América Latina y hemos logrado demostrar que luego de entregar el sello de calidad, las empresas han crecido enormemente”, concluyó Alejandra Mora.

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