En medio de olas de calor en Centroamérica y el mundo, Costa Rica registra los primeros 9 casos de Enfermedad Renal Crónica No Tradicional (ERCnt), relacionada con estrés térmico en el trabajo.
Estos casos fueron diagnosticados por el Instituto Nacional de Seguros (INS), en atención del Seguro de Riesgos de Trabajo (SRT) que cobija a miles de trabajadores.
Se trata específicamente de hombres, con una edad promedio de 35 años y en edad productiva, que se dedican a labores agrícolas en cultivos como piña y caña de azúcar en la región Pacífico del país. El 62% son nacionales, mientras que un 37% extranjeros

“Esta enfermedad renal crónica es un diagnóstico al que se tiene que llegar después de descartar varias opciones (patologías) y varios pases de procedimientos, porque es prácticamente la única enfermedad renal crónica que nosotros atendemos”, mencionó el director de la Red de Servicios de Salud del INS, Kenneth Rojas.
Para diagnosticar esta enfermedad, por ejemplo, el INS debe descartar que el paciente no tenga hipertensión, diabetes o lupus, o algún otro factor que le esté pudiendo causar este mal renal.
“Ocupamos primero la condición del paciente, y la segunda parte es que el patrono diga: ‘sí, a este paciente trabajando se le causó esta lesión y por eso lo debemos de atender’. Actualmente, tenemos nueve pacientes con ese diagnóstico en el INS”, mencionó.
Ningún paciente indemnizado
Actualmente, ninguno de estos nueve pacientes se encuentra indemnizado; sin embargo, esto no significa que el INS “no invierta en ellos”, pues periódicamente reciben atención médica.
“Si un paciente tiene esta enfermedad renal crónica, puede estar en diferentes estadíos y nosotros tenemos que darle la atención médica. La enfermedad renal crónica va desde un paciente que puede tener un seguimiento cada seis meses o un año en los estadios iniciales e, incluso, llegar hasta pacientes que requieren hemodiálisis dos veces a la semana o la necesidad de, eventualmente, un trasplante de riñón”, mencionó Rojas.
En el caso de estos últimos, por ejemplo, el INS les incapacitaría y, después de un tiempo, se les podría definir una incapacidad permanente.
“Ahí es donde sí se le da una indemnización. Se hace un cálculo de su salario y algunas metodologías que tienen ahí y se le da una renta mensual que incluso puede ser vitalicia, es decir, de por vida. Esa renta no es una indemnización, es una renta. Eso significa que el INS, además de darle un dinero, le sigue prestando toda la atención en salud por lo que resta de su vida”, destacó.
“Ninguno de estos pacientes ha llegado a estos estadíos (hemodiálisis y diálisis peritoneal), y esa es la importancia de tenerlos en buen control, porque si los tenemos en buen control y, sobre todo, si los diagnosticamos temprano, podemos evitar que (esta enfermedad) progrese”, añadió.
Sobre esto último, el director de la Red de Servicios de Salud mencionó, también, que el INS realiza ciertas recomendaciones a los patronos para prevenir el avance de esta enfermedad.
Por esa razón, muchos de estos trabajadores laboran con medidas de hidratación, mientras que a otros se les recomienda no laborar más en el campo y que sean reubicados.
ERCnt: una epidemia en Centroamérica
Para la epidemióloga Catharina Wesseling, miembro de la Academia Nacional de Ciencias y directora de investigación de La Isla Network, la Enfermedad Renal Crónica no Tradicional en Centroamérica es una epidemia al grado que ha colapsado servicios de nefrología en hospitales en varios países.
El mayor impulsor de esta enfermedad relacionada con el trabajo es el estrés térmico lo cual ha sido demostrado en muchas investigaciones.
“Está completamente comprobado que la epidemia de ERCnt está asociada a exposición a estrés térmico durante el trabajo físicamente duro en clima muy caliente. Calor externo por el ambiente y calor interno por el esfuerzo físico juntos producen una hipertermia dentro del cuerpo lo cual provoca cambios renales en forma aguda. (…) Si esto ocurre todos los días, esto lleva a daño renal crónico o ERC”, mencionó la investigadora.
“(…) Esto se ha estudiado en Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala y en México. Nosotros vemos el mismo patrón de enfermedad renal en trabajadores de la caña. Sin embargo, la ERCnt no es una enfermedad de la caña de azúcar, está relacionado con ‘trabajo caliente’, porque también se ve también en construcción, en quienes fabrican ladrillos, en minería, en pesca (…)”, añadió.
La investigadora agregó que lo más importante para disminuir la incidencia de esta enfermedad en Costa Rica es lograr la prevención en los lugares de trabajo mediante programas bien implementados de descanso, sombra y agua basados en protocolos efectivos y evaluables.
“El tratamiento para la enfermedad renal crónica es importante pero una vez que las personas necesitan trasplante o diálisis, su calidad de vida disminuye. Eso no son soluciones. La solución está en la prevención. (…) Debe haber conciencia de que el problema no se va a acabar a menos de que se implementen las medidas como debe de ser mientras se evalúe constantemente que se sigue controlando el problema y se haga los ajustes. Para lograr eso se necesita que colaboren todos las instituciones gubernamentales pertinentes junto al sector privado y el sector trabajador”, finalizó.
Hidratación, sombra y descanso en ingenio azucarero de Nicaragua disminuyeron incidencia de lesiones renales en trabajadores
De acuerdo con un proyecto realizado en el país centroamericano, estas medidas también provocaron una mejora en la productividad de los cortadores de caña que pasaron de producir en promedio 4,75 toneladas de caña por día a 6,2 toneladas.