Durante una conferencia de prensa el día de hoy, junto a los diputados Marvin Atencio y José Alberto Alfaro, Saray Soto y Mauricio Liscano abogaron ante la prensa por que se apruebe el proyecto de ley 19.256, que abre la puerta al uso del cannabis medicinal en el país.
Soto es madre de un niño que padece epilepsia y síndrome de Dravet, mientras que Liscano convive con un daño cerebral que le provoca una parálisis parcial en el lado izquierdo de su cuerpo.
Durante la conferencia de prensa, Atencio subrayó la importancia de que Costa Rica tenga una producción propia de medicamentos a base de cannabis, con lo cual se pueda mejorar sustancialmente la vida de personas que padecen condiciones muy severas que ya se ha demostrado mejoran sustancialmente con estos productos.
Al ser abordado por UNIVERSIDAD, el legislador del oficialista Acción Ciudadana (PAC) dijo que el proyecto denominado “Ley para la investigación, regulación y control de las plantas cannabis y cáñamo para uso medicinal, alimentario e industrial” está listo para ser dictaminado mañana martes en la Comisión de Asuntos Jurídicos de la Asamblea Legislativo.
“Muchos pacientes viajan fuera del país para ver especialistas, pudiendo Costa Rica producir los medicamentos y verse con médicos especialistas como el Dr. Isaías Salas de la Clínica del Dolor, Dr. Landaverde, jefe de oncología del Hospital México”, indicó.
“EL GRAN NEGOCIO”
Otro diputado que se hizo presente para abordar a la prensa luego del evento fue el evangélico Abelino Esquivel, quien se opone al proyecto y aseveró que “el gran negocio de la cannabis no está en la medicinal, está en lo recreativo y creo que primero quieren pasar por el tema de sensibilizar a las personas haciéndole ver que la cannabis va a ayudar a pacientes que están sufriendo situaciones graves de enfermedad para luego pasar a lo recreativo”.
Dijo que visitó Colorado, Estados Unidos –donde el uso medicinal fue aprobado hace tiempo y recién se aprobó el uso recreativo- y aseveró que ocho de cada diez personas que llegan a los centros de expendio de cannabis, buscan el uso recreativo.
Ante pregunta de UIVERSIDAD reconoció que hizo una observación de diez personas durante dos horas en uno sólo de tales sitios.
Este Semanario también interpeló al legislador cristiano en el sentido de que por mantener la prohibición, condena a las personas a que arrastren sus padecimientos, a lo cual respondió que su posición “es en favor de las nuevas generaciones y me parece que legalizar el uso de la marihuana es un mal mensaje para las nuevas generaciones”.
ESPERANZA
Durante la conferencia de prensa, Mauricio Liscano describió como a través del uso de cannabis ha experimentado una mejoría en su condición, pero enfatizó que bajo el marco legal actual, se ve obligado a acudir al mercado negro para conseguir marihuana.
“Le pido a los diputados que por favor consideren el proyecto de ley”, expresó
Saray Soto explicó a UNIVERSIDAD que su hijo Carlos presentó los primeros con síntomas de su enfermedad a los dos meses de nacido, cuando se dieron convulsiones que duraban hasta dos horas.
Añadió que a los tres años estuvo en coma y despertó “como un vegetal”.
Explicó que buscó el cannabis porque los medicamentos que toma le dañan el hígado y los riñones y le bajan las plaquetas y defensas. “Le daña todo y pensé “voy a matar a mi hijo si le sigo dando estos medicamentos”, los cuales incluyen la benzodiacepina, un psicotrópico depresor del sistema nervioso que genera adicción.
“En mi desesperación de mamá y viendo casos ya vivos en otros países dije “necesito tener acceso al aceite” y fue cuando busqué”, relató. Según dijo, debió viajar a Colombia, donde na dotora especilista trató a su hijo y le recetó el aceite de cannabis, el cual toma desde agosto.
Así, dijo estar “realizada, contenta con los cambios en tan poco tiempo”, pues Carlos gradualmente se libera de los fuertes medicamentos que ha tomado toda su vida, ya que pasó de tomar 124 pastillas a 30 al mes.
Pero además dijo ser ahora “una mamá realizada, feliz de ver a mi hijo correr, jugar, disfrutar, vivir, tener amigos, no estar tirado en una cama, no tengo palabras para explicar lo que puedo sentir cuando llego a la escuela y lo veo disfrutar”.
Soto añadió que su hijo ahora lleva una vida “lo más normal posible, no busco milagros porque tengo muy claro la condición de mi hijo, sólo quiero que el tiempo que esté conmigo esté tranquilo, tenga calidad y sea feliz. Eso es lo que quiero”.