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Oxfam confirmó condiciones de esclavitud moderna en agro costarricense

Investigadores señalaron que existe preocupación por la violación de derechos humanos y alertaron que una nueva legislación aprobada en Alemania exigirá a los grandes supermercados a velar porque sus cadenas de suministros cumplan con la debida diligencia

Flor Mora trabajaba en una plantación de banano hasta hace cinco meses, cuando fue despedida por lo que ella denominó discriminación sindical y por temas de salud.

“Luego de realizar labores repetitivas que me afectaban mi salud, de llevar cartas médicas en las que se indicaban mi condición y después de solicitar muchas veces que me cambiaran las labores, me despidieron aduciendo que había baja producción; pero lo cierto, es que en el mismo momento que me despidieron a mí, la empresa contrató otras 15 personas”, contó Mora.

La extrabajadora de la bananera contó que ser afiliada a un sindicato es un tema que genera mucha discriminación, y que muchas personas temen defender sus derechos.

Pero el simple hecho de ser mujeres ya es un factor de exclusión y discriminación en las bananeras, pues se enfrentan a una baja en la contratación, salarios menores, oposición a brindarles permisos en caso de emergencia y se les pide hacer acciones repetitivas hasta por 14 horas al día.

La historia de Flor no es la única y muchas de las personas, hombres y mujeres, que trabajan en la agroindustria costarricense deben enfrentarse a condiciones laborales que rayan en la esclavitud y la explotación.

Así lo confirmó, la organización no gubernamental (ONG) Oxfam Alemania, la cual realizó una investigación sobre las condiciones obrero-laborales en plantaciones de piña y banano en Costa Rica y Ecuador, en una conferencia de prensa organizada por la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP).

Como parte del trabajo investigativo que llevó adelante Oxfam indicó que publicarán un informe sobre los incumplimientos que encontraron en ambas naciones, entre las que resaltaron explotación laboral, salarios que están por debajo de una remuneración digna, problemas de contaminación con químicos, represalias contra los trabajadores que deciden sindicalizarse o exigir sus derechos.

Tim Zahn, asesor político de Oxfam Alemania indicó que la situación no es nueva, pues en el pasado han realizado este tipo de investigaciones y se mantienen las mismas irregularidades, y aunque los resultados no los toman por sorpresa, consideran que existe un doble discurso, cuando la industria asegura que cumple con una política de responsabilidad social empresarial, que incluye el respeto al medio ambiente y los derechos laborales, pero que en la práctica no es así.

El asunto es si los consumidores alemanes saben que el banano y la piña que consumen es producto de explotación laboral. Los investigadores de Oxfam, señalaron que las empresas que venden en Alemania estos productos cuentan con certificaciones de cumplimiento y respeto de los derechos humanos (un tema muy cuestionado), y que deberían saber que entrará en vigor una nueva ley que exige a los grandes supermercados respetar los derechos humanos y laborales.

Steffen Vogel asesor de política de Oxfam Alemania fue enfático en que hay problemas con la certificación, pues estas compañías cuentan con un sello que le dice al consumidor alemán que puede seguir consumiendo estos productos con la certeza de que no hay abusos laborales o ambientales.

“Muchos trabajadores nos han indicado que no se animan a contar la verdad, por temor a ser despedidos, pero también porque sus demandas nunca son atendidas, cuando se hacen las visitas de las certificadoras, las personas que laboran bajo la sombrilla de contratistas no asisten a trabajar ese día, los agroquímicos son trasladados a otros lugares”, detalló Vogel.

Una ley que pondrá en jaque a exportadoras

De acuerdo con Tim Zahn de Oxfam, tiempo atrás se aprobó en Alemania una ley de debida diligencia que exigirá a todos los supermercados exigir a sus cadenas de suministros que las producciones se den en condiciones de respeto a los derechos laborales y humanos.

Esto significa que cualquier proveedor de productos, como la piña y el banano costarricense, deberán erradicar cualquier práctica que violente estos derechos, de lo contrario, no podrán vender sus productos en las cadenas alemanas.

“Esta ley incluye tanto a las empresas que contratan directamente a las personas trabajadoras, como a los contratistas fantasmas, que es una práctica común a la que acuden las compañías para establecer contratos cortos y menos derechos. Llevaremos este informe a los grandes supermercados de Alemania para que exijan a sus proveedores cumplir con los derechos laborales”, añadió Zahn.

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