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OIT: Costa Rica duplica promedio de desocupación juvenil de 13 países de América Latina

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, del total de personas desempleadas en el país, el 32,4% tienen entre 15 y 24 años.

Las condiciones laborales de los jóvenes en 13 países de América Latina y el Caribe presentan enormes desafíos para las economías de la región, a pesar de una leve mejora en el año 2024, la tasa promedio de desocupación fue del 13,8%, que es casi el triple que la de los adultos, según el más reciente informe Panorama Laboral de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Precisamente, las oportunidades para los jóvenes de entre 15 y 24 años continúan siendo muy limitadas, enmarcadas en altos niveles de informalidad e insuficiente creación de empleos.

Costa Rica no está exenta de esta realidad, es más, representa uno de los porcentajes más elevados de desocupación entre los jóvenes de 15 a 24 años, con un 23,3% para el segundo trimestre del 2024 (período de análisis del informe de OIT), solamente superado por Uruguay, que presentó un 28,1%.

Además, cifras de la Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) muestran que, para el cuarto trimestre del 2024, es decir, más actualizado que el estudio de OIT, el 32,4% de todas las personas desempleadas se ubicaba en el rango de edad entre los 15 a 24 años y, cuando se amplía el panorama, al incluir a quienes están entre los 25 y 34 años alcanza el 60,5% de los desempleados.

Gerson Martínez, especialista regional en economía laboral de la OIT y autor principal del informe, explicó que en América Latina la falta de empleo estable y remunerado para las personas jóvenes sigue siendo una de las mayores preocupaciones para el futuro laboral de la región.

“La alta informalidad, la baja productividad de las economías y los bajos salarios son factores que continúan limitando las perspectivas laborales de este grupo. De allí la necesidad de que los países desarrollen políticas que integren de manera efectiva a las personas jóvenes en el mercado de trabajo formal, lo cual implica promover la educación técnica y profesional, así como desarrollar sistemas nacionales de cuidado que faciliten el acceso de las mujeres jóvenes”, concretó Martínez.

Según la OIT, la tasa de ocupación regional (12 países, incluyendo Costa Rica) de los jóvenes en el segundo trimestre de 2024 fue del 41,4%, mientras que la de los adultos fue del 62,8%.

Greivin Salazar economista del Observatorio Económico y Social (OES) de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional confirmó que, así como en el resto de la región, en Costa Rica, el desempleo de jóvenes también triplica el promedio nacional e indicó que este tema es una alerta, pues podría convertirse en un incentivo para salir del mercado laboral, es decir, que dejen de buscar empleo.

“Esto es un riesgo porque se podrían convertir en jóvenes que ni estudian, ni trabajan (ninis). En la última Encuesta Continua de Empleo que se publicó a inicios de febrero, un 18,2% de los jóvenes entre 15 a 24 años ni estudian, ni trabajan, estamos hablando de 131.000 personas, que en lo peor de la crisis de la pandemia llegamos a un 25%”, recalcó Salazar.

Los ninis son un elemento de preocupación porque eventualmente podrían ser caldo de cultivo para que se dediquen a actividades delictivas y no es de extrañarse que cuando se revisan los grupos de edades de quienes cometen homicidios rondan los 15 a 24 años.

Desde la perspectiva de género, también hay que poner atención, pues las jóvenes que no estudian, ni trabajan, lo hacen por la reproducción social, lo que significa que se dedican a actividades domésticas o bien de cuido, ya sea de hermanos menores o adultos mayores.

Razones estructurales

Otro estudio del organismo de Naciones Unidas, presentado semanas atrás, denominado “Juventud en cambio: desafíos y oportunidades en el mercado laboral de América Latina y el Caribe” sostiene que hay una creciente brecha entre las competencias adquiridas en el sistema educativo y las demandas del mercado laboral.

A pesar de valorar la educación como un medio para mejorar su empleabilidad, muchas personas jóvenes enfrentan dificultades para acceder a empleos acordes con su formación, lo que se agrava con la expansión de nuevas formas de empleo, como el trabajo en plataformas digitales, que, si bien ofrecen flexibilidad, suelen estar marcadas por la precariedad.

Para el economista Luis Carlos Olivares, la baja participación de las personas jóvenes en el mercado laboral está marcada por tres factores esenciales, una que es determinante está relacionada con la poca capacidad adquisitiva de muchos hogares, sobre todo los monoparentales con jefaturas femeninas, en los que hay que decidir quiénes de la familia pueden estudiar y cuáles deben apoyar en labores de cuido o del hogar.

Esta situación que toca a miles de hogares costarricenses va en detrimento de la formación de capacidades en el mediano plazo, sumado a que muchas oportunidades de empleo piden conocimiento práctico y los jóvenes no están teniendo espacio para la educación que los aproxime a la experiencia.

En este sentido, Greivin Salazar indicó que cuando se toman a todas las personas desempleadas, de cada 100, 13 no tienen ninguna experiencia, pero entre los jóvenes de 15 a 24 años, de cada 100 un total de 30 se encuentran en esa situación.

Por ello, acotó el experto, hay que facilitar el vínculo de las entidades encargadas de la formación para que exista una mayor inserción al sector productivo, a través de prácticas profesionales.

“Además, hay una razón esencial por la que muchos jóvenes no se logran incorporar a la participación laboral: la educativa. Desde hace mucho tiempo venimos con fuertes deterioros en el sistema educativo y cada vez son más profundos, por ejemplo, en primaria no tenemos indicadores de logro medidos por capacidades de la primera infancia, y esas condiciones se arrastran en la secundaria, sobre todo cuando se trata de habilidades técnicas, como el bilingüismo”, indicó Olivares.

Otro factor que incide es que la empleabilidad ha experimentado variaciones, los esquemas de producción han cambiado drásticamente en los últimos años, lo cual es reflejo de la transformación de la economía nacional, hay una incursión en industrias como el Internet de las cosas, la programación y capacidades para ofrecer servicios adyacentes a empresas internacionales.

Entonces, agregó el experto, el país cuenta con una juventud con baja calificación laboral, con habilidades cualitativas limitadas lo que les impide introducirse en estos esquemas de empleabilidad.

Coincidente con este criterio, Leiner Vargas, economista y catedrático, indicó que para los jóvenes hay una enorme dificultad de encontrar el primer empleo, en especial para los que no cuentan con estudios universitarios, pero también para los que sí cuentan con esta formación, quienes tardan en ubicarse laboralmente. Una barrera de gran peso es el manejo de idiomas.

“Ante las nuevas tendencias de la empleabilidad, los jóvenes tienden a rotar mucho en los trabajos, son más inestables por las características propias de la juventud actual, que tienen menos apego a las empresas, tienen una mayor lealtad a sí mismos, y buscan en función de la flexibilidad, con posibilidades de teletrabajar”, señaló Vargas.


Costa Rica casi lidera desocupación en jóvenes

De acuerdo con el Panorama laboral para América Latina y el Caribe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Costa Rica presenta una de las tasas de desocupación más altas, en relación con otras naciones de la región, de hecho, es superada únicamente por Uruguay.

Fuente: Panorama Laboral OIT 2024.


 

 

 

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