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Nuevas variantes de COVID-19 ponen a prueba la eficacia de la vacuna

De acuerdo con especialistas costarricenses consultados, es importante reducir la tasa de contagio para así intentar que se produzcan menos variantes del virus.

El 2021 marca el año de la vacunación contra el COVID-19 en el mundo. Sin embargo, la aparición de nuevas variantes del virus pone a prueba la eficacia de las vacunas, cuya efectividad depende de qué tan rápido se den las mutaciones, es decir, los cambios en el material genético del agente infeccioso.

Las variantes del coronavirus inicial aparecen con el tiempo, a medida que se dan mutaciones en el virus. Hasta el momento se tiene conocimiento de múltiples mutaciones del SARS-CoV-2, la mayoría sin relevancia. No obstante, existen algunas que, por ejemplo, aumentan el nivel de contagio, o incluso disminuyen la neutralización que ejercen los anticuerpos.

Variantes como las que aparecieron en Reino Unido, Sudáfrica, Brasil y Japón, tienen en común una mutación llamada N501Y, que explicaría su mayor transmisibilidad. Esta mutación se sitúa en la proteína spike del coronavirus,la cual le permite penetrar en las células.

“La única manera para intentar que hayan menos variantes sería bajar el número de reproducción, o por lo menos controlar que no se produzcan estas variantes, pero es complicado y ningún país lo está logrando en este momento, además de Australia y Nueva Zelanda que son islas.Tendría que haber una tasa de contagio por debajo de uno”, virólogo Andrés Moreira.

BioNTech y Pfizer, fabricantes de la principal vacuna administrada en el mundo, aseguraron el pasado 8 de enero que esta es eficaz contra la mutación N501Y, según información publicada por Agencia France-Press (AFP).

No obstante, la aparición de la mutación de E484K evidenciable en la variante de Brasil parece preocupar a los científicos, quienes la creen capaz de volver menos eficaces las vacunas actuales. Con esta mutación el organismo parece reconocer menos el virus, por tanto disminuye su neutralización por parte de los anticuerpos, señalan científicos costarricenses consultados.

De acuerdo con AFP, hasta ahora los fabricantes BioNTech y Pfizer, no han realizado un análisis sobre la eficacia de la vacuna contra la mutación E484K, por lo que persisten las dudas sobre este punto.

Pfizer ha señalado que la vacuna producida junto a BioNTech, tiene una efectividad de alrededor del 95% después de la segunda dosis.

Expertos costarricenses coinciden en que aún no hay suficiente información para afirmar que, ante estas variantes, disminuye la eficacia de las vacunas. Además, señalan que la única forma de disminuir la aparición de nuevas variantes es a través de la baja en la tasa de contagio.

E484K: la más preocupante

Para la viróloga de la Universidad de Costa Rica (UCR), Eugenia Corrales, pese a la aparición de nuevas variantes en el mundo, ninguna de sus mutaciones le ha dado al virus una característica distinta. Sin embargo, la mutación E484K es “la más preocupante”.

“De todas las variantes que han salido, la mutación E484K es la que más ha preocupado, ya que por modelos matemáticos y por exámenes en laboratorio, es la que se ve que puede escapar un poco de los anticuerpos, o sea que baja la efectividad de estos, pero no se vuelve nula”, destacó Corrales.

De acuerdo con Corrales, las mutaciones son algo normal en los virus, pero el comportamiento de la población influye en la acumulación acelerada de estas.

“Lo que pasa ahora es que hay tanta gente que se está infectando, que le estamos dando espacio al virus para que haga lo que quiera. Se están acumulando muchas mutaciones. Estamos viendo lo que sucede en uno o dos años por Influenza, pero aquí lo vemos en cuestión de meses con el coronavirus. Eso es lo que está asustando, pero no es que el virus vaya rápido, sino que nosotros no hacemos caso”, señaló.

“Todavía no se sabe cada cuanto haya que vacunar, eso no se sabe, pues depende del comportamiento humano. Si el virus se sigue transmitiendo de una manera descontrolada, va a ser más pronto que tarde”, agregó.

Indicó también que “perfectamente en el país podría estar circulando alguna de las variantes” del virus.

Reducir la tasa de contagio

En la misma línea, el virólogo costarricense Andrés Moreira, destacó que aún no existe información de que las vacunas disminuyan la eficacia contra estas nuevas variantes.

“Es el curso normal de los virus mutar y crear linajes evolutivos para seguir transmitiéndose en los hospederos, no significa que sea el apocalipsis, es normal en la historia evolutiva de los virus”, señaló Moreira, quien trabaja en el Hospital Charité de Alemania.

El virólogo insistió también en la importancia de reducir la tasa de contagio para así intentar que se produzcan menos variantes del virus.

“Lo que pasa ahora es que hay tanta gente que se está infectando, que le estamos dando espacio al virus para que haga lo que quiera. Se están acumulando muchas mutaciones. Estamos viendo lo que sucede en uno o dos años por Influenza, pero aquí lo vemos en cuestión de meses con el coronavirus. Eso es lo que está asustando, pero no es que el virus vaya rápido, sino que nosotros no hacemos caso”, señaló la viróloga Eugenia Corrales

“La única manera para intentar que hayan menos variantes sería bajar el número de reproducción, o por lo menos controlar que no se produzcan estas variantes, pero es complicado y ningún país lo está logrando en este momento, además de Australia y Nueva Zelanda que son islas. Tendría que estar por debajo de uno”, apuntó.

“Estamos viendo que las tasas de infección en Latinoamérica están subiendo, por ejemplo, en Manaos en Brasil y en Guayaquil en Ecuador. Aún no se sabe, pero hay que descartar la posibilidad de que estas variantes, por su alta tasa de transmisibilidad, esten generando una gran cantidad de infecciones, es una probabilidad”, añadió.

Moreira mencionó también que en caso de que los análisis indicaran una reducción de la efectividad de las vacunas ante las nuevas variantes, los fabricantes pueden hacer los cambios.

“Si se viera que estas variantes van a reducir también de alguna manera la respuesta del sistema inmune o la eficacia de las vacunas, se van a ir haciendo cambios en las vacunas. Es impresionante la respuesta que se ha dado a nivel mundial por las mismas. Esto no significa que la gente no tenga que vacunarse, esto es sumamente importante a pesar de que las variantes existan”, resaltó.

Además, hizo hincapié en que luego de que se realice la vacunación, se debe hacer un seguimiento de los pacientes para ver cómo están sus anticuerpos, y cuál es el nivel protectivo de estos.

“Eso es muy individual, cada persona reacciona diferente a la vacuna en cuanto a la producción de anticuerpos. Hay personas que pese a las dos dosis les va a costar montar una respuesta inmune. Es muy individual. Hay personas que con solo una dosis van a tener suficientes anticuerpos protectivos, pero no sabemos cuánto van a durar esos anticuerpos en el cuerpo. Al respecto, se están haciendo los estudios para ver cuánto duran estos anticuerpos protectivos y cuál es la dosis protectiva”, mencionó.

 “Se necesita más información”

Por su parte, la epidemióloga Ana Morice destacó que existe un consenso en cuanto a que el mecanismo de acción de la vacuna no se ve afectado por las mutaciones que han salido a la luz, sin embargo, “se necesita más información”.

“En cuanto a la mutación E484K lo que sé es que redujo la producción de anticuerpos neutralizantes pero no hay mucha información hasta ahora sobre estas mutaciones. Yo pienso que podemos seguir vacunando sin ningún problema”, mencionó Morice.

La aplicación de las primeras dosis de la vacuna contra el COVID-19 inició en el país el pasado 24 de diciembre. (Foto: Casa Presidencial)

Expertos internacionales opinan

El profesor de microbiología de la Universidad de Cambridge, Ravi Gupta, dijo el pasado 13 de enero a la AFP, que la mutación E484K “es la más preocupante de todas” respecto a su impacto en la respuesta inmunitaria.

Para este experto, la mutación E484K “podría ser el principio de los problemas” para las vacunas.

De acuerdo con Gupta, por ahora, todas las vacunas deberían ser eficaces, pero lo que le preocupa es la perspectiva de futuras mutaciones que se sumarían a las ya existentes.

Por su parte, Vincent Enouf, del Centro Nacional de Referencia de Virus Respiratorios del Instituto Pasteur de París destacó a la AFP que “incluso si se pierde en eficacia, normalmente seguirá habiendo una neutralización del virus”.

El inmunólogo, investigador y responsable científico del farmacéutico GlaxoSmithKline (GSK), Rino Rappuoli, indicó también a la agencia de noticias que no cree “ que esta mutación por sí sola sea problemática para las vacunas”.

Vacuna podría ser estacional

El surgimiento de nuevas variantes genera preocupación sobre si los países constantemente tendrán que invertir dinero constantemente en la compra de vacunas que sean efectivas.

“Eso lo tenemos que ver con el paso del tiempo. Podría ser que la vacunación tenga que ser estacional como la de Influenza, que sea año a año. Todavía no lo sabemos. Se tendría que incorporar al esquema de vacunación como se hizo con la Influenza en su momento”, señaló el viceministro de Salud, Pedro González.

“El tema de la pandemia ha sido una evolución constante y un aprendizaje permanente. En este momento estamos adquiriendo un medicamento que hoy es efectivo y que tiene muchas bondades desde el punto de vista de seguridad y eficacia”, agregó.

El secretario técnico de la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología, Roberto Arroba, destacó también que el país podría generar este año la inmunidad de rebaño; sin embargo, esto no ocurriría así a nivel mundial.

“La recomendación de epidemiólogos y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que para que haya una inmunidad de rebaño se tendría que vacunar a un 60 o 70% de la población. Acá podríamos decir que en la población del país si se estaría alcanzando inmunidad de rebaño a lo largo del año”, destacó Arroba.

“No pensamos que este año se logre esa cantidad de vacunación a nivel mundial”, añadió.

Hasta el lunes 18 de enero, el país contabilizó un total de 87.750 dosis de la vacuna para el COVID-19 en territorio nacional, todas elaboradas por Pfizer y BioNTech.  Del total, 29.389 dosis han sido aplicadas a la población.

La aplicación de las primeras dosis de la vacuna contra el COVID-19 en el país inició el pasado 24 de diciembre.

“En este momento Costa Rica está recibiendo 33 mil dosis por semana. La Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) tiene una distribución muy bien planteada. Resulta que llegaron 33 mil dosis, se sacan 16 mil y quedan 16 mil. Por stock, se deja para no provocar un desabastecimiento en áreas de salud que ya estaban vacunando. La gente dice que va muy lento, pero no es tan cierto si lo vemos desde esta lógica de guardar vacunas para no quedarnos sin estas en las próximas semanas”, finalizó Arroba.

Las autoridades del Ministerio de Salud prevén que las vacunas de AstraZeneca lleguen al país en el mes de marzo.

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