País

Nuevas bancadas opositoras dan aire inicial al gobierno de Rodrigo Chaves

Mayoría opositora concretó dominio en elección de Directorio, pero abrió un espacio para el oficialismo que podría ser útil a ambas partes durante los tres meses en que el Ejecutivo controlará la agenda de proyectos.

Cuatro bancadas legislativas que comenzaron funciones este 1° de mayo pudieron haberse puesto de acuerdo en dejar del todo afuera al oficialista Partido Progreso Social Democrático (PPSD) con su pequeña fracción de 10 diputados. Tenían unos 40 votos, de sobra suficientes para hacer aún menos grato el inicio del cuatrienio al gobierno de Rodrigo Chaves a partir del 8 de mayo. Era solo de repartirse los puestos después de la previsible elección de Rodrigo Arias como presidente del Congreso, y listo. Estaba en el escenario esa opción para Liberación Nacional (PLN), Unidad Social Cristiana (PUSC), Nueva República (NR) y Liberal Progresista (PLP), que desde días atrás conversaban al margen de Frente Amplio y del oficialismo.

Pero no. El mensaje de inclusividad y constructividad tiene un valor en el inicio de la legislatura y de una administración en contexto de crisis política, además de otra consideración de impacto mucho más directo: dentro o fuera del Directorio, el gobierno de Chaves tendrá sí o sí el control de la agenda legislativa durante mayo, junio y julio. A fin de cuentas, del PPSD dependerá que se muevan los proyectos deseados por las bancadas en sus primeras semanas, y eso importa.

Los oficialistas querían la primera secretaría y esa ya estaba reservada para el PUSC, pero la opción de la segunda secretaría sí parecía plausible y así entró el PPSD en un Directorio de claro dominio opositor, pero al menos tiene un pie ahí dentro y puede decir que no perdió del todo la primera negociación… pudiendo haberla perdido.

Con solo 10 diputados a favor y 47 en contra, Chaves empieza funciones en Gobierno frente a una Asamblea Legislativa con 47 opositores que, sin embargo, lanzan de manera mayoritaria un mensaje de apertura y disposición a cooperar con el Ejecutivo. Se prueba en el gesto de incorporar al PPSD al Directorio, pero se comprueba con el discurso de Rodrigo Arias al asumir la presidencia: “servir como generador de consensos y acuerdos; esa va a ser mi función principal (…) La esencia de la democracia es buscar coincidencias”.

Con ese mensaje de apertura deja la mano dispuesta para el gobierno de Chaves, que tras el triunfo electoral del 3 de abril también ha tenido que dejar atrás el discurso incendiario contra la clase política tradicional, al saberse en minoría legislativa y haber recibido el voto de tres de cada 10 electores. Esa misma política tradicional está más que representada en Rodrigo Arias, electo diputado en 1986, nieto de diputado, hijo de diputado, hermano del dos veces presidente Óscar Arias y ministro de la Presidencia en los dos gobiernos suyos, además de numerosas veces interviniente en asuntos de gobiernos ajenos a los que ha prestado colaboración como un conocedor de los tejes y manejes políticos.

Rodrigo Arias podría verse como un contrapeso experimentado ante el impulso reformista de Rodrigo Chaves, pero los gestos abundantes durante el domingo 1° de mayo y días cercanos los colocan más en fase de complementariedad que de rivalidad, al menos de momento. Parece asomarse un plazo de beneficio para la duda, sabiendo el oficialismo que no conviene enojar a los opositores y sabiendo los opositores que tampoco les conviene dejar al Gobierno atado de manos y con un argumento válido para decirse atacado. La opinión pública también podría pasar pronta factura al obstruccionismo.

De esta manera, Frente Amplio (FA) fue la única de las seis fracciones que quedó fuera del Directorio, pero todos parecen complacidos con ello. Los frenteamplistas se posicionan como la oposición más clara ante el gobierno de Chaves, cuyos trazos conservadores en lo social y liberales en lo económico se han ido confirmando con la escogencia del gabinete. No obstante, el jefe de fracción del FA, Jonathan Acuña, también dejó espacio en el discurso para manifestar disposición a diálogos y acuerdos.

De la jornada queda la interrogante sobre la duración de las buenas maneras y también sobre los autores de los votos que en la votación secreta salieron de los acuerdos explícitos. Un diputado o diputada de PLN, PUSC, NR, PLP o PPSD (que juntos suman 51 curules) prefirió zafarse de apoyar a Rodrigo Arias, pero fueron más los que evitaron votar en bloque al momento de elegir a la vicepresidenta Gloria Navas (NR), a la primera secretaria Melina Ajoy (PUSC), a la oficialista Luz Mary Alízar en la segunda secretaría, al primer prosecretario Cambios (PLP) o a la segunda prosecretaria Rosaura Méndez (PLN). ¿Quién fue el ‘traidor´? ¿Es un indicio de posible división dentro de alguna bancada? Esas son preguntas que se hacían los periodistas y analistas, pero sin respuesta certera.

Falta, sin embargo, lo sustancial. Pasar de los “ejes de acción” a los proyectos concretos, a una agenda que no se conoció de manera previa y tampoco durante la primera jornada legislativa. Mucho dependerá de lo que planteen Chaves y su ministra de la Presidencia designada, Natalia Díaz, a quien Rodrigo Arias le aconsejó estar cerca de todas las bancadas y procurar consensos, pero, sobre todo, ejerciendo un poder propio de su cargo, para poder negociar y tomar decisiones por su cuenta; como lo hacía él, quizás pensó sin decirlo.

 

 

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