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Nueva viceministra de Transportes: “Ya sabía que me iban a guerrear”

Es la sustituta del controvertido Sebastián Urbina, se llama Liza Castillo y asegura que llegó a ese cargo después de ofrecer su currículo al MOPT

Al  final de la entrevista, la nueva viceministra de Transportes contará que es profesora de yoga y entonces tendrán sentido muchas de sus palabras conciliadoras, de sus frases holísticas, de su discurso hiperoptimista.

Liza Castillo es una figura más bien extraña en la política. Licenciada en arquitectura, paisajista y exconsultora de empresas autobuseras, asume a sus 31 años el cargo que la semana antepasada dejó en medio de una fuerte controversia el ingeniero Sebastián Urbina.

Castillo, oriunda de Palmares, se declara ajena a cualquier fuerza política (“aunque sí voté por el cambio”) llega sin que en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) el rancho haya dejado de arder.

Es más, ella llegó con su discurso integrador, sí, pero su procedencia poco ayuda para apagar el incendio.

“Exconsultora de autobuseros asume viceministerio de Transportes”, fue el título, cierto y correcto, de las noticias sobre su nombramiento. El diario La Nación criticó su nombramiento y el dirigente sindical Albino Vargas corrió a pedir que la sacaran de ahí, que esto es seguir favoreciendo los intereses de los autobuseros opuestos a la modernización del transporte público en beneficio de los usuarios.

No había ni llegado y ya le pedían que se fuera, lamenta Castillo, que reconoce su relación profesional con concesionarios de buses y que incluso participó en varias reuniones, en meses recientes, cuando en las negociaciones la cara del Gobierno era la de Sebastián Urbina.

Ni siquiera le dio tiempo de lanzar sus primeras frases pacificadoras, ni de pedir el beneficio de la duda, como mencionó en entrevista este viernes con UNIVERSIDAD. “Yo sabía que esto se iba a venir. Hay mucha desconfianza, pero abogo por la oportunidad de cambio. Soy esa apuesta que hace el MOPT de una manera más integral sin esos vínculos que existen, sí, como mi experiencia laboral en lo profesional”.

Así habló durante 56 minutos al explicar su trayectoria (ligada desde su universidad al gremio de transportistas), sus formas  y deseos. También los conceptos de la sectorización que se ha convertido en un acertijo por años para el sistema de transporte público urbano en Costa Rica.

Fue ese tema, justamente ese, el que se trajo abajo a Urbina, bajo la conclusión de que el gobierno de Luis Guillermo Solís cedía ante los intereses de los autobuseros.

Ahora con  la joven Liza Castillo al frente del viceministerio, las sospechas tienen servido su alimento.

¿La colocaron empresas autobuseras como un acto más de poder sobre la política? Ya han dicho que no, que jamás. Entonces la pregunta obligatoria: ¿Cómo llegó usted a ser viceministra de Transportes? ¿Quién la recomendó? ¿De dónde  la conocía el presidente o el ministro Carlos Villalta?

La respuesta la da ella sin inmutarse, con gestos suaves de la mano derecha en cuyo dorso lleva el tatuaje de un delfín, símbolo de prosperidad, de una vida mejor. “Yo envié mi currículo”, dice cuidándose de pronunciar bien esta frase difícil de creer de entrada.

“Carlos Villalta y yo tenemos un eje en común: el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, donde tengo una gestión activa en la comisión de jóvenes. Ahí nos conocimos y entablamos conversación. Yo envié mi currículo y mostré unas ganas grandes de aportar y me dieron la oportunidad de una entrevista.

– Un momento, ¿mandó CV para ser viceministra?

– No, no. Mandé para que lo exploraran en este proceso. A don Carlos le hablaron bien de mí.

– ¿Pero lo envió en estas semanas desde que salió don Sebastián?

– Sí, esto fue muy reciente, no era esperada la situación que pasó (la destitución del viceministro por decisión del presidente Solís). Presenté la propuesta y se tomó una decisión.

– Pero la intención del currículo era…

– Me propuse para el cargo de viceministra.

– ¿Si ya conocía a don Carlos del CFIA, por qué no habló con él?

– No, no era que lo conocía. Teníamos un vínculo en el CFIA; no es que tuviéramos una relación de amistad. Nos conocíamos y, diay, yo dije que tenía plena disponibilidad, sé que puedo hacer las cosas y denme la la oportunidad de presentar un planteamiento.

– ¿Le envió el CV a don Carlos?

– Por ahí hablamos.

– ¿Y quién le habló bien de usted?

– No sé, yo asumo que alguien del CFIA.

– Sería la primera vez, hasta donde sé, que eligen a un viceministro que se ofreció mediante un currículo.

– Es que esto es totalmente nuevo. Por eso le digo que yo sabía que esto iba a pasar. Yo dije: “Yo quiero y voy a demostrar que puedo hacer las cosas”. Ojalá pronto se pueda conocer mi propuesta, que me dieran la oportunidad (…) No tengo nada que esconder; están apostando a un gran cambio, a una persona que tiene ganas y que se comprometió a pesar de que sabía que me iban a guerrear. Es una buena señal de que las cosas pueden caminar diferente.

El currículo de Castillo indica que desde 2010 trabajó como coordinadora de proyectos para el Sistema Integrado de Transportes del Este S.A. y para el Consorcio Operativo del Este S.A. Cuenta que empezó en el sector porque necesitaba un trabajo de tiempo parcial en tiempos universitarios y así entró a capacitar choferes de buses.

¿Conoce bien al gremio?

– Conozco cómo funciona el transporte público, pero no conozco a todo el sector ni diría que apoyo a todo el sector. Ese es un tema en que las generalizaciones son nefastas.

¿Se siente empoderada para enfrentar a ese sector si fuera el caso?

– Para eso está la figura del Ministro y la Presidencia. A Liza Castillo no le toca plantarse, sino integrar. La autoridad es el Ministro y el órgano rector es el CTP. Si llegamos con ánimo de guerra vamos a tener posiciones a la defensiva y el diálogo no será igual. Tenemos que ser muy estratégicos en este proceso.

¿Se vio convertida en una política?

– Yo no soy política; soy integradora de proyectos. Mi experiencia es consolidar grupos, estructurar metodologías de trabajo y llegar a acuerdos. ¡Qué rico una política que no venga solo de mí sino de un entorno externo, promoviendo las integraciones!

Usted no tiene un respaldo político. ¿Cómo va a sustentarse?

– Dejame empezar. Todo lo que diga antes queda en el aire. Dejame actuar. Es un tema de confianza, tenemos que creer en el cambio.

¿Si en un año no avanza nada, seguirá usted aquí?

– Es que dicen los toltecas que uno no debería suponer. Vamos caminando conforme pase el proceso.

¿Cómo le explicaría “sectorización” a un niño?

– Le diría que vamos a poder viajar de norte a sur y de este a oeste por la ciudad de San José en conjunto con más personas, disfrutando una experiencia colectiva y sin pagar con platita, sino con tecnología nueva.

¿Cree que la gente tiene claro qué es la sectorización?

– No lo sé. Es tomar diferentes rutas por el centro de San José en unidades operativas únicas. Implica que si en un sector  determinado hay diez concesionarios, ellos deben consolidarse en una sola empresa o crear un consorcio operativo o un convenio, para que quede la administración en solo un actor, para tener centros de monitoreo uniformes en tiempo real.

¿Y la troncalización?

– Es jerarquizar las rutas mediante estudios de demanda y con matrices de encuestas de necesidades de viajes; se dispone ciertas rutas para ser primarias, que llegarán al centro de San José con prioridad de paso y en carriles exclusivos, quizás con buses de mayor capacidad, con mayor frecuencia. Esas rutas se conectan con las secundarias y terciarias que irán por barrios atendiendo la demanda para conectar con las troncales en un punto que se llama nodo de integración. Si hoy estás en Sabanilla y querés ir a Zapote, tenés que ir al centro de San José, pero con este sistema jerarquizado será posible evitarlo, mediante dos secundarias. Eso implica hacer trasbordos más seguidos y para eso el pago electrónico para integrar esos servicios.

¿Qué ventajas tiene ese pago electrónico?

– Permite al usuario una modalidad de pago acorde a las distancias y los trasbordos. Lo lindo que tiene es que no sirve solo para autobuses. Si los buses no se complementan con el tren, se queda asilado y no podremos atender la demanda. Debemos tener una red metropolitana de movilidad urbana.

¿El pago electrónico será concesionado?

– Eso se va a definir mediante mesas de diálogo inclusivas, pero ya hay un convenio de cooperación con Aresep, MOPT y Banco Central. Lo que ocupamos es un proyecto piloto, porque lo perfecto es enemigo de lo posible.

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