A casi tres meses de inaugurar la Terminal de Contenedores de Moín (TCM), la empresa holandesa APM Terminals asegura que ha invertido $800 millones (en la primera fase de la construcción) y ha generado 500 empleos directos.
De acuerdo con datos suministrados por APM Terminals, hasta el momento se han construido 40 hectáreas de la isla artificial (es decir, toda la primera fase); no obstante, aún se encuentran afinando detalles como el adoquinamiento y el acondicionamiento de los edificios para entregar la obra en febrero del 2019.
El contrato de concesión de la Megaterminal de Moín establece que una vez concluido el primer puesto de atraque, se podrá dar su explotación. Por esta razón, desde el pasado 22 de octubre el Consejo Nacional de Concesiones (CNC) autorizó el inicio de operaciones de la TCM.
“La autorización que hoy nos otorga el CNC para comenzar a recibir barcos comerciales representa un cambio en los paradigmas logísticos del manejo de cargas marítimas y, por ende, un salto enorme hacia la mejora en la competitividad nacional”, señaló en ese momento el director general de APM Terminals, Kenneth Waugh.
Waugh destacó también que, con la autorización de la CNC, “dejamos hoy de ser un puerto de barcos pequeños que requieren un trasbordo para llegar a su destino final, a recibir barcos grandes que tienen conexión y travesía directa con el mercado”.
El pasado 27 de octubre, la TCM recibió el arribo al nuevo muelle del barco Capitán Beatrice, que llegó a las 8:30 a.m. y zarpó ocho horas después.
Este buque proveniente de Liberia (África) llegó al Puerto de Moín con 2.500 contenedores refrigerados, de los cuales solo descargó 300 en la Terminal para llenado y exportación.
“Se logró atender de una manera segura y sin eventos. Entrenamos a nuestro personal durante los últimos 90 días y el resultado fue una operación con buena productividad y de manera segura”, comentó Waugh.
Asimismo, este lunes, la Terminal recibió al buque Polar México, que descargó en el muelle de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva) y luego se trasladó al muelle de APM Terminals donde cargó 700 contenedores de piña y banano que se exportaron al norte de Europa.
A finales de esta misma semana, la TCM atenderá al barco Polar Perú, proveniente de Panamá. Este buque descargará en el Megapuerto de Moín 600 contenedores y cargará otros 600 con frutas nacionales para trasladarlas al continente europeo.
Según APM Terminals, por ahora, la megaterminal recibirá un servicio comercial cada semana. Esta cifra irá aumentando conforme se acerque la entrega de la obra en febrero.
“Esperamos ir subiendo paulatinamente el número de barcos y, cerca de la apertura de la terminal, estar atendiendo a unos diez barcos cada semana”, agregó Waugh.
En esta etapa inicial de operaciones de la Terminal, las embarcaciones podrán decidir si atracan en el muelle de Japdeva o en la TCM.
La primera etapa de la Terminal (Fase 2A) cuenta con un muelle de 432 metros y una profundidad de calado de 14,50 metros, seis grúas pórticas tipo Súper Post-Panamax y una dársena (parte que permite a embarcaciones descargar o cargar) de maniobras de 450 metros de diámetro.
De acuerdo con el contrato de concesiones, la tarifa por servicio de carga es de $223 por contenedor.
Durante la construcción, la obra se vio afectada por contratiempos como el clima, la calidad de la arena y la alineación de los pilotes; sin embargo, todos estos inconvenientes ya fueron superados.
Las otras fases
De acuerdo con el contrato de concesión, las próximas fases de la megaterminal se construirán de acuerdo con el crecimiento del volumen que experimente la TCM y se dividirán en etapas de 20 hectáreas cada una, para llegar finalmente a una extensión total de 80 hectáreas.
Según consta en el documento de la concesión, la fase 2B.1 (tercer puesto de atraque) deberá construirse cuando la operacioón alcance un volumen de carga anual de 1,5 millones de TEUS (unidad equivalente a 20 pies de carga), independientemente del año en que se encuentra la concesión.
Por otra parte, la fase 2B.2, consiste en un adelanto de las obras correspondientes a la fase 3, mediante la pavimentación e iluminación del área que se rellenó en exceso a lo requerido en la etapa 2B.1.
Solo la fase 2B consta de 20 hectáreas de construcción.
Finalmente, la fase 3 (otras 20 hectáreas) deberá ser construida en un plazo máximo de 24 meses, pues debe estar concluida y en operación al menos seis meses antes de la terminación de la concesión. La construcción de esta fase podrá ser ejecutada de forma adelantada, cuando la Terminal de Contenedores alcance un volumen de carga anual de 2,5 millones de TEUS.
El costo por construcción y equipamiento de la TCM asciende a $1 billón ($1.000 millones).
Con la construcción de la Terminal de Contenedores de Moín, el país pretende disminuir los costos en el envío de productos costarricenses al extranjero, y con esto aumentar el volumen en las exportaciones.
“Representa una oportunidad para aumentar el volumen en las exportaciones que traería consigo una mayor necesidad de mano de obra y de personal para servicios asociados de transporte y logística. Habrá una mayor activación económica y una mejor posición en cuanto a competitividad, pues las empresas que quieren invertir en esta región verán a Costa Rica como una mejor opción”, aseguró APM Terminals.
De acuerdo con el Estudio de Impacto Socioeconómico avalado por la Academia de Centroamérica, la reducción en los costos de la cadena logística representará alrededor de $2.900 millones adicionales de valor agregado de la producción.
Generación de empleo
Según datos de la Encuesta Continua de Empleo del II trimestre del 2018 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la tasa de desempleo a nivel nacional se ubica en 8,7%; es decir, 205.141 personas tienen insatisfechas sus necesidades de empleo.
De acuerdo con la encuesta, la Región Huetar Caribe tiene una tasa de desempleo del 9,3%; muy por debajo de otras regiones como Brunca, Pacífico Central y Chorotega que se ubican en 13,6%, 12,7% y 12%, respectivamente.
En cuanto a la generación de empleo en la megaterminal, los representantes de APM Terminals explicaron que, hasta el momento, se han generado más de 500 empleos directos en la provincia de Limón.
“Del personal contratado hasta ahora, el 75% es limonense. Sin embargo, cabe resaltar que el mayor potencial para la generación de fuentes de trabajo corresponde a las oportunidades de empleo indirecto que se podrían generar a partir del canon de $20 millones anuales que APM Terminals pagará a Japdeva”, señaló la empresa holandesa.
Según estimaciones de APM Terminals, con el inicio de operaciones de la TCM, se espera una reducción en la tasa de desempleo de un 1,1%.
“El proyecto de la TCM puede generar casi 15.000 empleos directos e indirectos en Limón en los próximos diez años, de acuerdo con el Estudio de Impacto Socioeconómico. Si Limón aprovecha todas las oportunidades derivadas de la actividad propia del nuevo muelle y los efectos de una mayor actividad económica, en diez años llegaría a lo que se considera una situación de pleno empleo”, externó la firma transnacional.
Millones a Japdeva
El contrato de concesión de obra pública también indica que APM Terminals deberá pagar a Japdeva un canon del 7,5% de los ingresos brutos; es decir, $20 millones anuales que deberían destinarse a proyectos de desarrollo regional.
Este canon se empezó a cobrar a partir de la orden de inicio de la operación del primer puesto de atraque de la fase 2A, el pasado 22 de octubre.
Con la entrada en funciones de la megaterminal, la firma APM Terminals se encargará de la atención de barcos conocidos como full container ships (de gran capacidad de carga); mientras que Japdeva atenderá los buques convencionales.
La Junta aún debe informar cuál será el plan para liquidar a los 900 de funcionarios que deberán dejar la entidad luego de la apertura del megapuerto en Moín.
Por otra parte, en cuanto a la contratación de los trabajadores de Japdeva, el contrato de concesión establece que APM Terminals debe contratar al 3% (42 empleados) de los trabajadores fijos de Japdeva al momento de la firma del contrato.
