En Costa Rica la gente es mayoritariamente omnívora –come “de todo”-, afronta la contracción económica ahorrando en zapatos y restaurantes e intenta seguir ahorrando; piensa en hacer emprendimientos, pero no tiene suficientes medios para lograrlo. Es bailarina, apoya el uso de la píldora del día después y la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano; se fija metas cada año, pero no siempre logra cumplirlas.
Así son los resultados que arroja la “Encuesta de Actualidades 2019”, de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR), presentada esta mañana.
El estudio se basa en entrevistas hechas cara a cara a 1.215 personas mayores de edad y expresa información sobre tendencias alimenticias, restricciones en los hogares ante la crisis económica e intención de emprendimientos en época de crisis. Además, la práctica del baile popular, actitudes hacia los anticonceptivos de emergencia, aspectos relacionados con el envejecimiento de la población, la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano e incluso el consumo de insectos y los populares “propósitos de año nuevo”.
Esta novena encuesta forma parte del trabajo práctico que, en el segundo ciclo lectivo del 2019, realizaron los estudiantes de tercer año en el curso de Diseño de Encuestas por Muestreo de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica, dirigido por el profesor Johnny Madrigal Pana.
Tendencias alimentarias
Los resultados muestran que persiste el arraigo del consumo de carne en el país, por lo cual, prácticas como el vegetarianismo todavía son minoritarias.
Granos básicos, pollo, huevos, frutas, verduras, derivados de leche y carne de res son consumidos por más del 90% de la población, pero los mariscos lo son en el menor porcentaje (43,2%).
Quienes comen granos básicos (85,7%) lo hace todos los días, mientras que los mariscos y el pescado son consumidos menos de una vez a la semana (31,8% y 36,8%, respectivamente).
El tipo de carne más consumido en el país es la “blanca” (99,2% come pollo o pescado), seguida por la carne “roja” (95,6% come res o cerdo) y la procesada (66,5% embutidos).
Solamente el 0,4% de las personas no consume carne, por lo que puede afirmarse que el porcentaje de vegetarianos en el país es sumamente bajo.
El 49,3% respondió “como de todo”, 26,0% se definió “carnívoro” y 20,0% no se autoclasificó. El 4,0% dijo ser “vegetariano” y el 0,3% se identificó como “vegano”.
“Este resultado revela que algunas personas no comprendieron el término “vegetariano”, pues solamente 0,4% no consumía carne. En las entrevistas se corroboró que algunas personas, al escuchar el término “vegetariano”, lo escogieron porque ingieren vegetales y no porque se abstienen de comer carne”, advirtió Madrigal.
Restricciones en los hogares ante la crisis económica
Para determinar el impacto de la crisis se indagó si en el presente año, en el hogar donde se reside, han restringido gastos, los mantienen igual o han aumentado.
Los resultados mostraron que los gastos más restringidos en los hogares son los de ropa y zapatos (38,7%), las comidas fuera del hogar (32,8%) y los de recreación o entretenimiento (28,9%).
Si a estas respuestas se suma la respuesta “no gastan en eso”, los porcentajes aumentan a casi 45% y a 60%, respectivamente.
En el presente año, el número de rubros de gasto restringidos es, en promedio, de 5 (de un total de 10 rubros de gasto) y mientras el 29,7% de los hogares hizo pocas o ninguna restricción de sus gastos, 33,0% lo hizo en un número alto (8 rubros de gasto en promedio).
La valoración de la satisfacción con la economía mostró que, mientras la economía del país es calificada con un promedio de 4,3 (escala de 0 a 10) la del hogar donde se reside es de 6,1.
Los hogares con pocas restricciones presentan una situación económica más favorable y pueden ahorrar (36,3%), mientras que, de los que reportaron un alto número de restricciones solamente el 8,2% puede ahorrar.
Para tratar de enfrentar la crisis en el presente año, además de regular los gastos, en el 50% de los hogares al menos un miembro ha buscado alguna forma de obtener ingresos adicionales para mejorar económicamente. La cifra aumentó a 59,3% en hogares donde hay grandes dificultades con el ingreso familiar y fue de 42,2% en los que pueden ahorrar.
Los resultados también muestran que las personas están “medianamente enteradas” de las medidas que está tomando el gobierno para superar la crisis económica y que “existe una visión más pesimista que optimista del impacto que éstas tendrán”, añadió el académico.
Intención de emprendimientos en época de crisis
El 28,1% de los hogares ya posee un negocio propio o realiza alguna actividad comercial que genera ingresos, lo cual está asociado con los hogares que reportan grandes dificultades con el ingreso familiar mensual (14,7%) y llega a 43,1% entre quienes pueden ahorrar.
Además, el 35,4% de los hogares desea establecer un negocio propio o realizar alguna actividad comercial en el país, particularmente en el comercio (39,2%) y los servicios (37,2%) y se calcula que el 35,4% de los hogares posee al menos un miembro con intenciones de crear un negocio propio o desarrollar alguna actividad comercial; esto es establecer algún emprendimiento.
Entre los hogares donde algún miembro tiene la intención de emprender, la razón principal por la que no han iniciado es la falta de recursos (62,0%). Además, el 13,9% ha solicitado apoyo a instituciones gubernamentales, pero, de estos, el 27,0% lo recibió y el 54,9% no, pero el 18,2% dijo que su solicitud está pendiente de resolución.
El 38,0% no conoce sobre las políticas públicas que fomentan el desarrollo de las PYMES, 33,6% dijo conocer “poco”, 15,7% respondió “algo” y 5,6% “mucho”.
“Dado el resultado anterior, no es de extrañar que el esfuerzo del gobierno por apoyar a las PYMES en el país sea calificado como malo o muy malo (41,5%) y son menos quienes lo valoran como bueno o muy bueno (25,3%). Entre los hogares con intención de emprender y los que no la tienen las calificaciones tampoco revelan diferencias significativas”, afirmó Madrigal.
Práctica del baile popular en Costa Rica
El 81,0% de la población de 18 años o más dijo haber bailado alguna vez y el 42,6% comenzó a hacerlo entre los 15 y 19 años, a una edad en promedio de 14,4 años, con los amigos (37,5%) y otros familiares que no son el papá ni la mamá (20,3%).
En una escala de 0 a 10 (0 es nada y 10 es mucho), se preguntó cuánto le gusta bailar, el promedio fue de 7,9. Esta respuesta fue mayor en mujeres (8,5) que en hombres (6,9).
El merengue, la salsa y la cumbia son los más gustados para al menos el 30% de la población de 18 años y más. Por el contrario, el reguetón, calypso, socca o boogie fueron los menos gustados (15,6%), según las respuestas que dieron.
Además, los boleros, el swing y la cumbia son más preferidos por personas de 50 años y más, mientras que el reguetón y el reggae son preferidos por personas de 18 a 49 años.
El merengue es favorito en personas de 30 a 49 años si se compara con las de 18 a 29 años y el calypso, socca o boogie son preferidos por las de 30 a 49 años que las de 50 años y más, mientras que la salsa parece tener un gusto más universal en el país.
“Los resultados brindan un panorama reciente de cómo el baile permea la sociedad costarricense, además de contextualizar el baile popular en la actualidad”, comentó el profesor.
Actitudes hacia los anticonceptivos de emergencia
La población costarricense se encuentra de acuerdo o muy de acuerdo con el uso de los anticonceptivos de emergencia si la mujer sufriera una violación (75,5%), si está preocupada por haber tenido relaciones sin protección (60,4%) y si duda de la efectividad del método usado (59,8%).
En un rango de cero a 10, el resultado de 6,4 indicó una actitud “moderadamente favorable” hacia el uso de estos métodos.
Quienes poseen una actitud negativa hacia los anticonceptivos de emergencia son 26,0% y el resto muestra una actitud regular (45,0%) o positiva (29,0%).
El grupo con una actitud negativa está compuesto principalmente por mujeres (67,3%), por personas de 50 años y más (42,9%), con niveles de educación de primaria o menos (41,0%) y practicantes de alguna religión (88,8%). El grupo con una actitud positiva tiene el perfil opuesto.
A los hombres se les consultó si recomendarían el uso de alguno de estos métodos y el 75,9% respondió afirmativamente. A las mujeres se les preguntó si lo usaría en caso de ser necesario y el 56,4% dijo que sí.
La recomendación hacia el uso, en el caso de los hombres, la hacen principalmente quienes tienen de 18 a 29 años (85,6%) y el uso en las mujeres sería mayor entre quienes tienen educación universitaria (63,7%).
Hablando específicamente sobre la Píldora del Día Después (PDD), el 63,8% dijo que ya se había enterado sobre su legalización en el país y el 40,8% estuvo de acuerdo con que esté disponible para todas las personas sin necesidad de una receta médica (el 50,5% está en desacuerdo).
El porcentaje que está de acuerdo resultó significativamente mayor en personas jóvenes (48,7%), con educación universitaria (56,6%) y que no practican alguna religión (51,0%).
Por lo anterior, se concluye que “existe una actitud moderadamente positiva hacia el uso de los anticonceptivos de emergencia, pues tres cuartas partes de las personas con 18 años o más así lo manifestó. No obstante, la mitad de la población está en desacuerdo con que la PDD esté disponible para todas las personas sin necesidad de una receta médica”.
Aspectos relacionados con el envejecimiento de la población
Los resultados mostraron que, en general, las personas en Costa Rica esperan vivir 76,6 años y creen que las personas empiezan a envejecer después de los 50 años. Además, aunque la vejez está presente en sus pensamientos, esto ocurre solo moderadamente y se detectan patrones de comportamiento que buscan un envejecimiento saludable.
De acuerdo con el INEC y el CCP-UCR, el segmento poblacional que más crecerá en el país será el de las personas adultas mayores, pues se triplicará en los próximos 40 años, pasando de 316 mil personas en el 2012 a más de 1 millón en el 2050. “Esto motivó a conocer qué se piensa sobre algunos temas relacionados con el envejecimiento. Las preguntas fueron realizadas a personas que con edades entre 18 y 59 años”, explicó Madrigal.
En general, las personas esperan vivir hasta una edad promedio de 76,6 años y los años adicionales que esperan vivir dependen de la edad: los más jóvenes (18 a 29 años) consideran que vivirán un promedio de 52,1 años más, mientras que las personas más adultas (50 a 59 años) consideran que vivirán 25,3 años más.
Además, la población entre 18 y 59 años se relaciona, en su círculo familiar cercano, con un promedio de 4,1 personas de 65 años o más, cifra que es mayor entre quienes tienen de 50 a 59 años (5,7).
Las personas que piensan en aspectos relacionados con la vejez, lo hacen con más frecuencia sobre la composición de su familia (50,1% lo hace siempre o casi siempre), seguido por las actividades que hará (40,6%), recibir una pensión (40,3%) y enfermedades que puede padecer (39,3%).
Comprar un seguro privado para su vejez es en lo que menos se piensa (21,2%) y recibir una pensión son pensamientos que predominan más entre las personas de 50 a 59 años (51,9% lo piensan siempre o casi siempre), que entre las personas jóvenes (28,4% piensan siempre o casi siempre).
La calificación a la preparación del Estado para que la ciudadanía tenga bienestar en su vejez resultó de 5,3 en promedio (escala de 0 a 10) y la preparación del sector salud para atender el envejecimiento poblacional fue de 5,8.
“Es decir, ambas calificaciones resultaron deficientes y no se encontraron diferencias de acuerdo con las variables sociodemográficas”, dijo Madrigal.
Actitudes hacia el consumo de insectos en Costa Rica
El 86,0% de las personas de 18 años y más sabe que el consumo de insectos es una práctica usual en algunos países del mundo y se ha enterado, principalmente, por los medios de comunicación (81,7%).
Además, 29,0% conoce a alguien que ha consumido insectos o alimentos que los contengan y sabe que los consumió principalmente fuera del país (55,9%).
Al preguntar si ha consumido insectos o alimentos que los contengan, 10,6% respondió afirmativamente, principalmente hombres (14,3%), personas con educación universitaria (20,6%) y con un ingreso subjetivo favorable (19,0%).
Aunque la magnitud que ha consumido es poca, cuando lo hicieron fue principalmente en el país (75,2%) y el tipo de insectos más consumidos fueron saltamontes, chapulines o grillos (43,1%) y fueron preparados principalmente en la casa (27,1%), en una feria (22,1%) o en un restaurante (16,0%).
La disposición a consumir insectos procesados (en pan o galletas elaborados con harina de insecto) alcanzó 31,4% y a comer insectos enteros (cocinados con condimentos o acompañados de otros alimentos) fue de 16,1%.
La disposición general a consumir insectos alcanzó 45,2%, cifra que fue superior en hombres (59,4%), en jóvenes (49,3%) y en personas con nivel universitario (56,2%).
A quienes no mostraron disposición a consumir insectos se les preguntó por qué no los consumiría y la principal respuesta fue el asco o el desagrado (73,6%).
De lo anterior, se concluye que, si bien la experiencia con el consumo es baja, la disposición a convertirlos en parte de la dieta regular es positiva.
Además, se apoya su regulación, existe preocupación por los aspectos éticos de la crianza y matanza de insectos para consumo humano, y existe consenso de que en el futuro el consumo de insectos aumentará en el país.
Vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH)
Los resultados reflejaron que la mayoría de la población en Costa Rica ha leído o ha escuchado hablar de la vacuna en contra el VPH, principalmente por la televisión y la radio. Sin embargo, esto no se traduce en un alto grado de conocimiento acerca de los beneficios de la vacuna y, por el contrario, se detecta que existe la necesidad de informar y educar más sobre el tema.
“Dado que existe una valoración bastante positiva del esfuerzo ya realizado por las autoridades en el país, es de esperar que se aproveche la coyuntura para transmitir más conocimiento y mejorar las actitudes para beneficio de toda la población”, dijo Madrigal.
Así, solo el 15,4% no ha leído ni escuchado hablar sobre la vacuna contra el VPH y el resto (84,6%) lo ha hecho con diferentes intensidades (26,0% lo ha hecho poco, 22,8% algo y 35,8% mucho).
El porcentaje que de alguna manera está enterado de la vacuna es mayor en mujeres (92,1%) y en personas con educación universitaria (95,4%). Los medios por los que más se han informado sobre la vacuna son la televisión y la radio.
Por otra parte, la mayoría está de acuerdo con que la vacuna debe ser obligatoria para todas las niñas (67,1%), una magnitud similar no sabe o está de acuerdo con que la vacuna posee efectos adversos (64,3%) y la mitad (51,2%) reconoce que la vacuna no incentiva el inicio de la vida sexual en las niñas.
Sin embargo, el 30,2% cree que la vacuna puede incentivar el inicio de la vida sexual, principalmente entre personas con primaria o menos (40,1%).
La opinión sobre el esfuerzo realizado por el gobierno en relación con la vacuna contra el VPH muestra un resultado positivo, pues 81,0% respondió favorablemente (21,9% respondió que el esfuerzo es muy bueno y 59,1% que es bueno).
Metas de año nuevo en Costa Rica
Entre las personas que se plantearon metas de año nuevo a inicio del 2019, la mayoría lo hizo en el campo laboral, económico o de estudios (79,5%), seguido por el ámbito físico o estética (52,6%), la salud mental (40,4%), metas pendientes (34,7%) y las relaciones amorosas y sociales (27,3%).
En el campo laboral, económico o de estudios, las metas académicas (estudiar, obtener un título) fueron las más frecuentes (32,6%).
Entre las de salud física o estética las principales metas fueron bajar de peso (34,1%) o hacer ejercicio (33,2%).
En el campo de la salud mental la meta principal fue mejorar ese aspecto (25,2%) y en las relaciones sociales y amorosas fue llevarse mejor con la familia y amigos (26,9%).
Entre las metas pendientes más frecuentes que se replantearon a inicios del 2019 está la compra de vivienda o vehículo (21,1%)
¿Quiénes diseñaron las encuestas?
Tendencias alimenticias: Julio Madrigal Sanabria, Dayana Gómez Quesada y Andrea Vargas Montero.
Restricciones en los hogares ante la crisis económica: Katherine Fernández Quirós, Chau Lung Liu Li y Josué Ruiz Barquero.
Intención de emprendimientos en época de crisis: Sury Chavarría Gutiérrez, Daniely Hernández Orama y Juan José Jaikel Jiménez.
Práctica del baile popular: Jose Pablo Aguilar Umaña, Joshua Salazar Obando y Raúl Salazar Soto.
Actitudes hacia los anticonceptivos de emergencia: Daniela Gamboa Borbón, Iván León González y Nancy García Ureña.
Aspectos relacionados con el envejecimiento de la población: Fernando Alvarado Prado, Nelson Torres Chávez y Maripaz Venegas González.
Actitudes hacia el consumo de insectos: Gustavo Murillo Murillo, Mónica Quirós Arroyo y David Venegas Rojas.
Vacuna contra el Virus del Papiloma Humano: Amram Aragon Ramírez, Josue Baltodano Leiva y Lindey Carvajal Acuña.
Metas de año nuevo: Andrea Alfaro Picado, Alcides Arroyo Arroyo y Manuel Suárez Gómez.
Fuente: Escuela de Estadística de la UCR.