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Nueva denuncia por violación de una menor de edad pesa sobre el “Pastor de los ricos”

Carlos Manuel Chavarría, alias El Ungido, fue condenado en agosto a 39 años de cárcel por tres delitos de violación y cinco de abuso sexual en contra de feligresas de la iglesia Generación 3:16

Una nueva denuncia, esta vez por violación de una niña de diez años, se interpuso el pasado 8 de marzo contra Carlos Manuel Chavarría, conocido como el Pastor de los Ricos.

La denuncia fue interpuesta por el padre y la madre de la menor contra el expastor de la iglesia Generación 3:16, de la que formaron parte.

El padre de la joven conversó con UNIVERSIDAD sobre el caso, que desea que se haga de conocimiento público y que su “testimonio sirva para enseñarles a otras familias la importancia de creerle a sus hijas y a sospechar de iglesias que les enseñen lo contrario”.

“Yo entregué a mi hija a una escuela para que le enseñaran principios bíblicos y estuviera en un ambiente sano, ahora me doy cuenta de que le entregué a mi chiquita a un pedófilo”, Víctor, padre de la víctima.

En este reportaje le identificaremos como Víctor, para proteger su identidad y, por ende, la de su hija, que siendo aún una persona menor de edad debe recibir protecciones especiales conforme lo establece el Código de la Niñez y la Adolescencia.

Víctor relató que años atrás, él y su familia fueron parte de la iglesia Generación 3:16, una comunidad cristiana atípica que evangeliza mediante discipulado persona a persona, en lugar de sostener reuniones masivas.

G316 (como se hacen llamar) tiene “misiones” en Argentina, Chile, El Salvador, Estados Unidos, Francia, Israel, México, Panamá, Portugal y Costa Rica, donde según este medio ha podido indagar (pues operan en absoluto secretismo) tiene unos 2.300 miembros, nueve pastores y al menos tres centros educativos privados, uno de los cuales es donde, según la denuncia, ocurrió el abuso.

G3:16 y su líder, Carlos Chavarría, se dieron a conocer luego de su participación en la campaña política de Fabricio Alvarado en 2018.

Victor cuenta que, siendo miembros de la comunidad religiosa, a él y su esposa los convencieron de que la mejor alternativa para educar a su hija era la metodología que usan en las escuelas de la iglesia: la Educación Cristiana Acelerada (ACE, por sus siglas en inglés).

Siguiendo este consejo y creyendo que era bueno para su hija que todo en su educación se vinculara (iglesia, escuela y hogar), la ingresaron en Abba Christian School, en La Uruca.

Tal y como reveló UNIVERSIDAD en 2019, G316 cuenta con al menos dos escuelas más, una homónima en Pavas y la Bethany Christian Academy, en Tres Ríos (ver reportaje Estudiantes de escuelas ligadas a iglesia viven calvario para continuar estudios en el país, en la edición del 6 de agosto de 2019).

Durante el tiempo que la niña estuvo en esa escuela, un amiguito dijo (a modo de chiste, según Víctor) que ella era su novia y que se besaban. “En el mundo cristiano, aquello fue una conmoción y nos llamaron a una reunión de emergencia”, comentó.

En dicha reunión no estuvo Chavarría, director general de las escuelas, sino solo Carolina Malavassi, subdirectora del centro (y exmilitante del Partido Acción Ciudadana) y dos docentes.

Aunque la niña negó todo, “insistieron en que, como padres, no siempre había que creer en lo que (nombre de la niña) nos decía, y debíamos confiar en “el instinto” de la directora y supervisora, porque ellas jamás se equivocaban, basándose en que los hijos e hijas eran manipuladores”, reza la denuncia.

“No le van a creer”

Le aplicaron una suspensión de un mes y volvió a clases “en período de prueba”. Justo el día que regresó, la llamaron a una reunión privada con el director de la escuela (Chavarría), sobre lo sucedido.

Fue entonces que el pastor, echando mano no solo su posición como líder religioso, sino de su fuerza física, habría abusado de la pequeña que entonces tenía 10 años, según relata su padre.

En acuerdo con la familia, UNIVERSIDAD ha decidido no revelar ningún detalle del abuso, por respeto a la víctima y previendo el proceso penal que se avecina.

Tras el traumático episodio, el líder religioso le habría dicho a la niña “que no dijera nada, porque igual nadie le iba a creer”.

“Así como no le habíamos creído, ni la habíamos apoyado con el asunto del beso. Ese fue mi error como papá, Carlos aprovechó eso para amenazarla y que ella no dijera nada. Yo me arrepiento, y por eso estamos haciendo la denuncia; yo quiero mostrarle a mi hija que le creo, la apoyo y que no importa lo que pase, voy a estar con ella”, dijo Víctor con la voz quebrada.

La joven continuó en Abba hasta 2019, cuando se dieron a conocer las denuncias de varias mujeres por crímenes sexuales contra Chavarría, que concluyeron en una condena a 39 años de cárcel en agosto pasado.

“Cuando nos enteramos de las demandas, todo el mundo les decía a las mujeres que estaban denunciando que mejor perdonar, que era mejor callar. Y yo pensé, yo tengo hijas, si el día de mañana el ungido o el hijo del ungido decide meterse con una de mis hijas, le van a decir que tiene que callarse. No, jamás, y nos fuimos”, relata.

Tras su salida de la iglesia y, por ende, de la escuela, otro centro educativo recibió a la joven, pero las secuelas del abuso continuaron.

Según Víctor, su hija ha padecido depresión y ansiedad a causa de lo ocurrido, e incluso en una ocasión trató de quitarse la vida. “Hubo muchas cosas que nosotros no entendíamos, y luego, en diciembre, cuando finalmente ella pudo volver a confiar en nosotros y nos contó, entendimos todo”, cuenta.

Violencia espiritual

La violencia espiritual es un tipo de abuso que ejerce quien goza de autoridad religiosa, y la usa para manipular, culpabilizar, someter o maltratar a otras personas. Esa es la técnica que habría utilizado Carlos Chavarría para perpetrar este tipo de delitos sexuales contra feligresas de la congregación, al amparo de la confianza en su liderazgo (ver reportaje Violencia espiritual: un peligro que acecha a las comunidades religiosas del 23 de junio de 2021).

“Yo entregué a mi hija a una escuela para que le enseñaran principios bíblicos y estuviera en un ambiente sano, ahora me doy cuenta de que le entregué a mi chiquita a un pedófilo. Es sumamente doloroso”, dice Víctor.

Hoy, con el apoyo de su familia y de un equipo profesional, la joven está cursando niveles avanzados de secundaria y, según dice su papá, esperan que el proceso penal que están iniciando le ayude a sanar.

“Yo lo que quiero es rescatar el corazón de mi chiquita, que ella sepa que es valorada por su familia, que le creemos y que nunca más vamos a tomar la opinión de alguien más por encima de la de ella, sea un líder religioso, un político o lo que sea, como familia nunca más vamos a dejar que la ninguneen a ella”, dijo.

Además, la familia desea dar a conocer su historia para que otras puedan aprovechar su experiencia y “aprender a escuchar y a creerle a sus hijas”.

“Es necesario que la gente entienda que través de algo que es verdad, como Dios y la Biblia, más de un vivazo puede aprovecharse para montar una estructura totalmente tiránica y aprovecharse, torciendo las escrituras pueden intentar convencer y justificar comportamientos totalmente antibíblicos”, concluyó.

Si usted o alguna persona en su entorno es sobreviviente de abuso y desea ser escuchada, o bien, denunciar, llame al 9-1-1, donde el personal del Centro Operativo de Atención a la Violencia Intrafamiliar le atenderá.

Si usted o alguna persona en su entorno está considerando acabar con su vida, no dude en buscar apoyo, llamando a la línea Aquí estoy del Colegio de Profesionales en Psicología al 2272-3774.

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