Vender el Banco de Costa Rica (BCR) sigue siendo uno de los focos de la Administración actual para reducir la deuda pública y el ministro de Hacienda, Nogui Acosta, aseguró que usarán todos los mecanismos que prevé la legislación para lograr este objetivo.
El jerarca aseguró que el proyecto anterior incorporaba una serie de pasos que generaron dudas sobre la transparencia del proceso, además que presentaba una dificultad sobre quiénes eran los dueños tangibles. “Lo cierto es que los bancos del Estado no tienen dueños, el Consejo de Gobierno es la asamblea de accionistas y a éste le toca tomar la decisión, por lo que buscaremos un esquema más sencillo donde la venta sea más transparente y competitiva”, dijo este martes en conferencia de prensa.
El proyecto anterior fue desconvocado por el gobierno en noviembre pasado, pues había perdido su viabilidad debido a que requería mayoría calificada (38 votos) en el Plenario Legislativo y ya las fracciones del PUSC, FA y la mayor parte -10 legisladores- del PLN, habían anunciado su oposición.
Sobre su oposición, muchos diputados sostuvieron que vender el BCR no representa ni un 3% de la deuda, que causaría despidos masivos y que había falta de transparencia en la forma en que se planteó el proyecto pues no permitía que se establecieran esquemas de control, ni de supervisión que generarían inseguridad jurídica.
Acosta añadió que con la venta del BCR podrían invertir más en becas del programa Avancemos o desarrollar nueva obra pública como carreteras, puentes, infraestructura educativa, entre otros.
“Hay que entender que la regla fiscal es un límite al crecimiento, ya tenemos esta herramienta, generamos superávit primario, y si seguimos buscando más superávit estaríamos limitando la posibilidad de hacer transferencias a sectores vulnerables y otros programas sociales y en este sentido requerimos un equilibrio, por eso es tan importante la venta de activos”, añadió Acosta.
El tema de la venta del BCR ha generado mucha controversia, pues hay sectores que plantean que los aportes del BCR no son solamente mediante los servicios que brinda a sus clientes sino al Estado mismo, a través de contribuciones parafiscales y extraordinarias, que siendo un banco privado no tendría que realizar en la misma proporción.
Además, miles dejarían de tener acceso a la banca a causa de que se cerrarían oficinas ubicadas en zonas remotas y los clientes tendrían no solamente que trasladarse, sino gastar dinero en hacerlo.
