País Noveno Informe Estado de la Educación:

Niños y niñas de 10 años de edad muestran incapacidad para leer, escribir y comprender un texto simple

Asimismo, 260 docentes de primer año encuestados señalaron la falta de habilidades en lectoescritura como una de las principales deficiencias en sus estudiantes, pues presentan problemas para reconocer sílabas y palabras, escribir letras y sus propios nombres, así como al identificar sonidos asociados con letras, entre otros.

El país se encuentra en una situación crítica de “pobreza de aprendizajes” producto del grave apagón educativo experimentado entre el 2018 y 2021. Así lo señala el Noveno Informe Estado de la Educación dado a conocer este jueves 31 de agosto.

Se entiende como “pobreza de aprendizajes” la incapacidad mostrada por un niño o niña de 10 años para leer, comprender y escribir un texto simple.

Este hallazgo se obtuvo luego de encuestar a 492 docentes de cuarto año de escuela, con el objetivo de evaluar el impacto del apagón educativo en la pobreza de aprendizajes desde la perspectiva del profesorado.

“La mayoría de las personas docentes encuestadas considera que sus estudiantes poseen competencias en escritura y lectura por debajo de su nivel educativo y edad”, afirmó la investigadora del Informe, Katherine Barquero.

En cuanto a lectura, el 62% de estas personas señaló que la mayoría de sus estudiantes no son capaces de reconocer los temas centrales de un texto ni leer con fluidez; mientras que en escritura, cerca del 70% considera que las deficiencias se presentan tanto en la estructura del texto (inicio, desarrollo y cierre) como en el uso correcto de los signos de puntuación.

Además, un 82% de los docentes indicó que en comparación con generaciones anteriores, sus estudiantes presentan menores conocimientos en ambas competencias; el 9% dijo que tienen mayores conocimientos, y el resto considera que es similar a generaciones previas.

“La población estudiantil presenta dificultades en los procesos básicos para escribir de forma silábica y leer con precisión un texto breve, las cuales son habilidades que deberían ser desarrolladas en primer y segundo año de primaria”, señala el Informe.

Los resultados obtenidos muestran pocas diferencias entre la percepción del profesorado en la Gran Área Metropolitana (GAM) y en las zonas vulnerables fuera de esta.

Niños de primer año con debilidades en lectoescritura 

Pero las debilidades en la lectoescritura también se presentan en otros grados escolares. Así lo reveló una encuesta aplicada a 260 docentes de primer año en la GAM respecto a las habilidades generales para aprender y el nivel de lectoescritura con el que ingresaron sus estudiantes en el 2022.

Al igual que el personal docente de cuarto año, la mayoría de docentes de primer año identifica la falta de habilidades en lectoescritura como una de las principales deficiencias en sus estudiantes, pues presentan problemas para reconocer sílabas y palabras, escribir letras y sus propios nombres, así como al identificar sonidos asociados con letras, entre otros.

“Respecto al proceso inicial de lectura, el 57% del profesorado considera que sus estudiantes no logran ordenar una secuencia de imágenes a partir de textos leídos en clase; un 40% menciona que su grupo no logra responder a preguntas de comprensión lectora a partir de un texto que les dictan y un 39% afirma que sus estudiantes no realizan una adecuada lectura de imágenes”, indicó el investigador del Informe, Dagoberto Murillo.

Murillo destacó también que las debilidades en el proceso de lectura inicial provocan implicaciones significativas en el rendimiento curricular, pues quien no aprende a leer en primero y segundo año de escuela, luego presenta dificultades en la habilidad fundamental de leer para aprender en los grados superiores.

Sobre este tema, el Estado de la Educación advirtió que las deficiencias para leer y escribir descritas por el personal docente, aunadas a la pérdida de aprendizajes que el país arrastra, podrían acentuar dichos rezagos durante la trayectoria escolar del estudiantado.

«Entre las consecuencias a mediano y largo plazo se encuentra el efecto dominó que se desencadena en el desarrollo de otras competencias fundamentales como la matemática y la científica, ya que para resolver un problema el estudiantado debe entenderlo primero», explicó Barquero.

Asimismo, el Informe sugirió a las autoridades del MEP tomar acciones urgentes para mejorar las habilidades de lectura y escritura de la población estudiantil, las cuales repercuten en el desarrollo de otras competencias fundamentales como la comunicativa, la digital y la emocional.

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