La agrupación feminista Mujeres en Acción lanzó este martes un llamado a las agrupaciones de feministas, activistas y mujeres en general a mantenerse “vigilantes frente a las acciones del futuro gobierno para impedir retrocesos en nuestras conquistas y ataques a nuestros derechos”, independientemente de quien llegue a la presidencia tras la segunda ronda electoral.
Según el análisis de la organización, las pasadas elecciones se dieron en un contexto de desempleo, desesperanza y desigualdad social, especialmente por la recrudización de la desigualdad que se dio durante la pandemia.
“Esto no es producto del azar, sino de las decisiones de las administraciones de las últimas dos décadas que han gobernado para el beneficio de las élites y no para la inmensa mayoría que vive del trabajo, y cuyos ingresos apenas les permiten sobrevivir. La pandemia hizo aún más visible la desigualdad social y fue la excusa del gobierno, en alianza con los sectores económicos más poderosos, para despojar a la población costarricense de los derechos sociales y económicos históricamente alcanzados”, aseguran en un comunicado.
A pesar de que en la actualidad la economía nacional está en proceso de recuperación, continuán los problemas de calidad del empleo, trabajo informal y el desempleo, que afectan más a las mujeres. “Además de ser las más afectadas por el desempleo y por las políticas de confinamiento, también incrementó nuestra carga de trabajo doméstico no pago y el trabajo de cuidados”, analizan.
Para las activistas, los dos candidatos que irán a segunda ronda “pertenecen a sectores políticos responsables de la crisis actual y su intención no es resolverla para su propio beneficio, quieren profundizarla”.
Esto, para ellas, no es novedad y aseguran que el 40% de abstencionismo del 6 de febrero demuestra justamente la falta de credibilidad hacia la clase política. “Tanto Figueres como Chaves fueron elegidos por una minoría del padrón electoral: uno por el 16,3%, el otro por el 9,9%. Tres cuartas partes del electorado no acudieron a las urnas o no votaron por ellos. Uno de los dos ganará las elecciones del 3 de abril, pero ninguno representa la voluntad de la mayoría de la población y, mucho menos, la de las mujeres”, reza el documento.
Ana Rosa Ruiz, vocera de la agrupación explicó que los grupos de mujeres y feministas siempre procuramos hacer una lista de demandas para las candidaturas pero que en este caso decidieron no hacerlo pues “no hay garantía de que las candidaturas cumplan sus compromisos”.
“Analizamos que modelo económico que se ha venido implementando desde hace dos décadas, mantiene altas tasas de desempleo y tenemos una proporción muy, muy alta de mujeres fuera de la fuerza de trabajo. A pesar de que las mujeres entramos a una ocupación, vemos desigualdad de salarios y la labor de trabajo no remunerado y el cuidado siguen siendo nuestra responsabilidad. Todo esto se agrava con la pandemia y se toman medidas que perjudican aún más a las mujeres. Hemos estado ante un modelo económico y un manejo de la pandemia que ha empeorado la situación de las mujeres”, indicó.
De esa forma, concluyeron que “jamás” podrían llamar a votar por algún candidato y decidieron más bien colocarse como “movimientos de vigilancia”. “Esa fue una discusión que tuvimos en un encuentro en el que hubo muchas posiciones, pero el consenso final es que no no hay garantía de que si salimos a apoyar alguna candidatura nuestras demandas vayan a ser atendidas porque históricamente no ha sido así”, consideró.
La agrupación de esta forma concluye que “ninguno de los dos tiene la autoridad moral ni la trayectoria política para presentarse como abanderado de nuestros derechos. No son suficientes la firma de cartas de compromiso ni el discurso vacío. La historia ya nos ha demostrado que los candidatos firman acuerdos frente a las mujeres para luego, como presidentes, irrespetarlos descaradamente”, por lo que hacen un llamado a estar en alerta permanente, gane quien gane.
