País Investigación UNED:

Mujeres con jornadas de 12 horas que cuidan de hijos o padres viven agotamiento extremo físico y emocional

La investigación enfatizó que, además de legalizar una práctica empresarial ilegal, la aprobación de las jornadas 4-3 afectará el derecho al trabajo y el derecho al cuidado, en detrimento de la vida personal y laboral de las personas.

“Yo cuando entré, yo dije, me voy a morir. Yo aquí no duro dos meses, porque yo no dormía. Yo dormía una, dos horas y me iba a trabajar porque el chiquitito ya en ese momento estaba con toda la energía (refiriéndose a su hijo menor). Yo quería que se durmiera y él para nada”. Esta es la historia de Mariana (nombre ficticio), quien trabajaba en un turno nocturno de 12 horas que le dejaba muy poco tiempo para dormir, ya que debía cuidar a sus hijos durante el día y experimentaba un gran agotamiento físico y mental.

Este es uno de cinco testimonios de mujeres trabajadoras en empresas de manufactura tecnificada que, además de su jornada laboral remunerada, desarrollaban labores de cuido de personas en situación de dependencia, como hijos, padres o abuelos. Son parte de la investigación “Flexibilización de las jornadas laborales y la crisis de los cuidados: el impacto en el derecho al trabajo y el derecho al cuidado de las mujeres trabajadoras del sector privado costarricense”, publicada este año por la docente e investigadora de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), Claribel Sánchez Arias.

Fotografía con fines ilustrativos. (Foto: Fabián Hernández Mena)

Actualmente se discute el proyecto de ley “Establecimiento de jornadas laborales excepcionales para casos determinados que sean excepcionales y muy calificados” (Expediente 24.290), que pretende introducir las jornadas de 12 horas diarias de trabajo en el Código de Trabajo, legalizando la práctica de cuatro días de trabajo en jornada de 12 horas y tres días libres (Ver recuadro “Desde 1943”).

La investigación enfatiza que “más que legalizar una práctica empresarial ilegal”, la aprobación de este proyecto de ley “puede afectar el derecho al trabajo y el derecho al cuidado en detrimento de la vida personal y laboral, así como impactar de forma negativa la crisis de los cuidados en Costa Rica”.

El trabajo señaló que el horario de trabajo comprimido de 4-3 de jornadas diarias de

12 horas tiene impactos negativos en el derecho al cuidado y el derecho al trabajo. Si bien las mujeres entrevistadas consideran que tener más días libres es una ventaja para dedicarse al cuidado de sus seres queridos y realizar trámites, también manifestaron que la intensidad de una jornada laboral de 12 horas genera agotamiento físico y mental, falta de sueño, desafío de equilibrar las responsabilidades laborales y de cuidado, y limita su vida familiar y social.

“Las labores de cuidado constante y la falta de tiempo para el autocuidado han tenido un impacto significativo en la salud y el bienestar de las entrevistadas. Muchas de ellas mencionan el agotamiento físico y mental, así como la falta de tiempo para actividades recreativas o de descanso personal”, constató la investigación.

Ya lo hacen

Según refiere el informe, en la práctica, algunas empresas relacionadas con la exportación y el capital transnacional flexibilizan las jornadas de trabajo (ya sea con recorte, prolongación o compresión) en contra de lo establecido en el Código de Trabajo, aunque tienen el respaldo ideológico del Estado y poca supervisión del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

El texto afirma: “Como parte de la labor de investigación se procedió con el rastreo de empresas que, de forma solapada, aplican jornadas excepcionales en contradicción con la legislación laboral costarricense […]”. Asimismo, se indica que “se rastrearon las empresas que trabajaban en la creación de semiconductores, corroborando que algunas de ellas aplican de forma ilegal las jornadas de horario comprimido”.

Para la investigación se identificaron cinco mujeres trabajadoras en empresas desarrolladoras de semiconductores e industria de implementos médicos que aplican jornadas laborales en horario comprimido, para aplicarles los instrumentos de recolección de información (ver testimonios).

Por ejemplo, Lucía (nombre ficticio) experimentó varios inconvenientes al combinar el cuidado de sus hijos con el trabajo remunerado, resalta el informe. Cuando sus hijos eran pequeños, ella trabajaba en un horario nocturno de 7 de la noche a 7 de la mañana, lo que significaba que su esposo debía encargarse de los niños durante la noche. Su esposo trabajaba de 2 de la tarde a 10 de la noche, por lo que los niños pasaban tiempo solos o bajo el cuidado de su abuela paterna.

Esta madre trabajadora reconoció que la jornada de 12 horas es agotadora y que, en ocasiones, tuvo que negociar su horario para poder atender emergencias familiares. También mencionó que, a pesar de estar enferma, seguía trabajando y realizando las labores domésticas, ya que no había nadie más que asumiera esas responsabilidades, señaló el informe.

Reducir la jornada laboral

Una de las conclusiones de la investigación es que las jornadas laborales de 12 horas implican la flexibilización del derecho del trabajo y del derecho al cuidado, ya que el tiempo del que se dispone para trabajar repercute en el tiempo que se puede dedicar a las labores de cuidado.

También apunta que el Estado debería respetar su compromiso de considerar el cuidado como un trabajo y, por lo tanto, no motivar la aprobación de proyectos de ley como el de “Jornadas 4×3”, hasta no avanzar hacia la universalización del sistema de cuidados y políticas públicas que apoyen a las mujeres trabajadoras, como la ampliación de la Red de Cuido.

Otra conclusión que se destaca es que la política pública en materia de legislación laboral, considerando la perspectiva de género “y las pocas o nulas ventajas que da la prolongación de las jornadas laborales en horarios extensos en términos de productividad”, debe avanzar hacia la reducción de la jornada laboral costarricense.

Asimismo, la investigación evidencia que es importante avanzar hacia un Sistema Integral de Cuidados, con un presupuesto transversal financiado por el Estado con aportes impositivos y progresivos al sector empresarial privado; y que el Estado impulse que la empresa privada establezca guarderías y centros de cuidado infantil dentro o cerca del lugar de trabajo para facilitar el acceso al cuidado de los hijos durante la jornada laboral.

Es necesario, además, que la legislación laboral avance hacia la creación y ampliación de permisos remunerados —en el sector público y privado— para hacer frente a emergencias de cuidado familiares, como enfermedades de los hijos o de otros familiares en situación de dependencia, añade el informe.

Cabe mencionar que el artículo 2 del proyecto de ley que se discute en la Asamblea Legislativa dice que la persona trabajadora podrá solicitar un ajuste en su jornada si demuestra su condición de cuidador de menores, adultos mayores, personas con discapacidad, con enfermedades terminales o que por alguna condición médica dependen del cuido de la persona trabajadora y no cuenten con una posibilidad de solución. En estos casos, el salario será calculado de forma proporcional a las horas laboradas.

La autora del informe cuestiona que el proyecto de ley “sigue recargando la labor de cuidados de forma individual sobre la persona y la familia, dejando en evidencia que no coincide el trabajo de cuidados […]”.

“Yo cuando entré, yo dije, me voy a morir”

Mariana experimentó falta de sueño y agotamiento, ya que trabajaba en un turno nocturno de 12 horas, pero tenía que cuidar a sus hijos durante el día, lo que le dejaba muy poco tiempo para dormir. Esto le causaba un gran agotamiento físico y mental. Durante el primer año de trabajar en horario comprimido, apenas dormía y se sentía extremadamente agotada, señala el informe.

«Yo cuando entré, yo dije, me voy a morir. Yo aquí no duro dos meses porque yo no dormía. Yo dormía una, dos horas y me iba a trabajar porque el chiquitito (refiriéndose a su hijo menor), ya en ese momento estaba pero con toda la energía, ¿verdad? Yo quería que se durmiera y él para nada.», dijo la madre soltera en entrevista para el informe en octubre de 2024.

Por su horario laboral, a menudo no podía ir a reuniones escolares o actividades extracurriculares de sus hijos, teniendo que pedir a sus padres que la representaran. A pesar de trabajar largas horas, Mariana también se encargaba de las tareas domésticas y de preparar la comida para sus hijos, lo que aumentaba su carga de trabajo y estrés. Aunque trabajaba muchas horas, su salario no siempre era suficiente para cubrir todas las necesidades, lo que la obligaba a trabajar horas extras y a buscar apoyo económico adicional. Aunque logró inscribir a su hijo en la Dirección Nacional de Centros de Educación y Nutrición y Centros Infantiles de Atención Integral (Cen-Cinai), tuvo que adaptarse a los horarios de este centro de cuidado, lo que implicaba una logística adicional para coordinar la recogida y el cuidado de sus hijos. Durante muchos años dejó de lado su propio cuidado para priorizar las necesidades de sus hijos y combinarlas en el trabajo remunerado, sostuvo el informe.

“Todavía arrastro cansancios, mentales, físicos, y las secuelas”

“Todavía arrastro cansancios, mentales, físicos, y las secuelas, de estar dos años trabajando cuatro días, doce horas, y luego los otros tres día;, enfocada con mi mamá sin poder casi salir […]. Hubo momentos, sí, que los sentí pesados, principalmente cuando mi mamá se me enfermaba mucho […]. Los dos últimos meses, antes de que mami muriera, fueron muy críticos para mí», explicó Yanancy (nombre ficticio).

Yanancy tuvo inconvenientes en combinar su trabajo remunerado de cuatro días con jornada de 12 horas y luego tres días libres, con la labor de cuidados de su madre. Durante los últimos años en que la cuidó —antes de que falleciera— tuvo muy poco tiempo para el autocuidado y la recreación personal y eso también afectó su salud física y mental, expuso el informe.

Asumió la mayor parte de los costos relacionados con el cuidado de su madre, lo que afectó su situación económica. Tuvo que pelear para que le ayudaran, ya que su hermano mayor no veía por su madre y su hermana solo iba a cuidarla un rato los viernes. Tuvo que crear una red de cuidado con la ayuda de su cuñado y una señora que cuidaba a su madre.

 “Aquí se lo cortan a uno todo, porque siempre va a trabajar o sábado o domingo»

«El tiempo en familia. Tiempo de uno mismo. Porque, por ejemplo, sabemos que todo mundo trabaja prácticamente de lunes a viernes. Sábado y domingo son los días, ya sea para que usted salga con sus amigos, para que estudie, para tener mi tiempo en mi casa, para ordenarla, para limpiar, para actividades de lo que usted quiera. Aquí se lo están cortando a uno todo, todo, porque siempre va a trabajar o un sábado o un domingo», dijo Gabriela (nombre ficticio) en una entrevista en diciembre de 2024.

Gabriela trabaja en manufactura de semiconductores en una empresa transnacional, según el informe. Ha experimentado inconvenientes al combinar su trabajo remunerado con una jornada laboral comprimida con el cuido de su abuela. Ha tenido problemas para mantener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, además de que enfrentó la falta de apoyo significativo de su pareja y otros familiares, lo que aumentó su carga y estrés.

En la empresa se hacen cambios en los horarios, según los niveles de producción y las dinámicas en el mercado internacional, lo cual ha generado inconformidad entre los trabajadores, ya que afecta su tiempo en familia y su tiempo personal. En su caso, siente que su derecho a los días de descanso ha sido violentado debido a estos cambios; y expresó que la empresa no ha respetado adecuadamente el derecho a una jornada laboral establecida en el contrato, lo cual ha generado un ambiente laboral estresante y pesado, se lee en el informe.

También comentó que no tiene opción de oponerse a hacer horas extras, al menos en su área, y que, muchas veces, cuando nadie acepta trabajar más horas o días adicionales, se les asigna mediante rifa.

Desde 1943

-27 agosto 1943: Poder Ejecutivo presenta primer proyecto de ley “Reforma de los artículos 142, 144, 205 e inciso b) del artículo 274 y adición del artículo 145 bis a la ley 2, Código de Trabajo, para actualizar las jornadas de trabajo excepcionales y resguardar los derechos de las personas trabajadoras”.

-19 de diciembre de 2018: Catorce diputados del PLN presentan proyecto de “Ley para actualizar las jornadas de trabajo excepcionales y resguardar los derechos de las personas trabajadoras” (Expediente 21.182). Fue aprobado por la Comisión de Asuntos Hacendarios, a la que no le corresponde conocer este tipo de materias, por lo que la Sala Constitucional falló en contra del proyecto alegando una falta de procedimiento.

-Abril 2024: En esta administración se reformula el proyecto y un grupo de diputados de la fracción oficialista, Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Nueva República y Liberal Progresista presenta proyecto de ley “Establecimiento de jornadas laborales excepcionales para casos determinados que sean excepcionales y muy calificados” (Expediente 24.290). La iniciativa es dictaminada por la Comisión de Asuntos Jurídicos el 22 de enero de 2025.

-19 de mayo 2025: Diputados rechazan dar vía rápida al proyecto. Ejecutivo desconvoca proyecto de la corriente legislativa para negociar los votos. Las diputadas Daniela Rojas (PUSC) y la oficialista Pilar Cisneros informaron que la moción para tramitar por vía rápida este proyecto se votaría en la segunda semana de junio.


 

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