Creyendo en la potencia colectiva feminista, decenas de mujeres tomaron la Avenida Segunda durante la Marcha del 25N, con la principal consigna de “ni una menos, vivas nos queremos”, para gritar que siguen matando hermanas y para decirle al Estado que no olvidamos los nombres de aquellas que murieron a manos de sus agresores.
Como es tradicional, el punto de reunión fue el Parque Central, donde se hicieron presentes mujeres de todas las edades para participar en la marcha en conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Con un aullido sororo y furioso la marcha tomó la Avenida Segunda pasadas las 5 de la tarde del viernes, encabezada por la manta de la Coordinadora Feminista contra los Femicidios y la Impunidad, y familiares de las mujeres víctimas de femicidio.
“Por eso hoy estamos acá adelante alzando la voz, por todas esas familias que han perdido a una de nosotras”, contó Eugenia Núñez, quien estaba en la primera línea. Ella trabaja en la organización Ceprojoven, que lucha por los derechos de las mujeres y trabajan con poblaciones en vulnerabilidad y estaban acompañando a su compañera Laura Tacsan, hermana de María Tacsan, asesinada el 19 de setiembre de 2020, en San Rafael de Heredia.
Hasta la fecha no se ha condenado a nadie por ese femicidio, pero el principal sospechoso es un médico de apellidos Pérez Hernández -quien era su esposo– y deberá enfrentar juicio próximamente.
Participaron en la marcha mujeres de diversos colectivos como ¡Ya Basta!, Las Rojas, Frente Femininja en Resistencia, Las Hartas, Pan y Rosas, la Red de Mujeres Rurales y Trans Vida. Asimismo, jóvenes de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (Feucr), la Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional (Feuna), Partido de los Trabajadores y los diputados del Frente Amplio Rocío Alfaro, Priscilla Vindas, Ariel Robles, Jonathan Acuña y Antonio Ortega.
La música y las consignas se escucharon a lo largo del recorrido, con la principal “Ni una menos, vivas nos queremos”, “el Estado represor es un macho violador”, “me cuidan mis amigas, no la policía”, “no es no,¿qué parte no entendiste, la N o la O?”, y diferentes versiones de “el que no brinca es ‘paco’, el que no brinca es Chaves y el que no brinca es facho”, así como la conocida “alerta, alerta, alerta que camina, la lucha feminista por América Latina”.
“Libertad, libertad, a las presas por luchar”, era el grito del grupo por la libertad de las mujeres presas políticas secuestradas por la dictadura Ortega-Murillo en Nicaragua, con la Red de Mujeres Migrantes Nicaragüenses y la Articulación de Movimientos Sociales de Nicaragua.
Al llegar a la Plaza de la Democracia, nos encontramos un pequeño altar sobre mantas anaranjadas y negras, en los peldaños de cemento de la plaza, con las fotografías de las mujeres asesinadas, con velas y flores.
Las mujeres que tomaron el micrófono denunciaron que el Estado sigue reproduciendo una justicia patriarcal para las víctimas de femicidios, revictimizándolas, mientras permanece la impunidad en estos casos.
“Todavía son muchas las luchas que nos quedan con este gobierno patriarcal, neoliberal y autoritario”, dijeron, y señalando al enorme bloque de la Asamblea Legislativa señalaron “con esta Asamblea facha”, “este edificio lleno de conservadores”.
Cerrando la marcha iba el colectivo feminista y artivista Las Hartas -con nueve años de trabajar acciones en la marcha del 8M-, que sacaron a las calles a la Santa Luchona, “una santa protectora de la lucha feminista”, explicó Mariela Richmond.
La santa, vestida de boxeadora va dentro de una urna de vidrio, con cintas de colores, lo cual es una revisión de una procesión que se realiza en Cot de Cartago.
Richmond rescató: “Nosotras como feministas sabemos que necesitamos una fuerza, un espíritu mayor que nosotras, que nos proteja, porque hay mucho cansancio, hay mucho machismo, el patriarcado nos tiene al cuello y esta Santa Luchona con sus cintas representa la unión de mujeres, de un tejido mucho más grande”.