Elecciones 2022

Misterio electoral se prolonga con 600.000 indecisos que definirán su voto en última semana

Encuesta CIEP-UCR presenta triple empate técnico por el primer lugar entre Figueres, Saborío y Fabricio, pero la elección presidencial dependerá de decisiones ‘in extremis’, al punto de que uno de cada cuatro indecisos pretende hacerlo el mismo domingo 6 de febrero.

José María Figueres, Lineth Saborío y Fabricio Alvarado están en un empate técnico por el primer lugar en la medición de intención de voto realizada al faltar solo dos semanas para las elecciones del 6 de febrero, pero ese dato podría ser accesorio ante otro que parece aplastante en la última encuesta CIEP-UCR: hay todavía casi un millón de indecisos y dos de cada tres pretenden tomar su decisión en la última semana.

Es decir: la elección presidencial sigue siendo un misterio.

Con un 41% de indecisión en probables votantes y todas las candidaturas con un porcentaje de apoyo de 15% o menos, la incertidumbre permanece en el paisaje electoral para conocer los dos nombres que pasaría a la segunda ronda del 3 de abril, una posibilidad que ha escalado a un adjetivo más contundente: “inevitable”.

La encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR) desarrollada entre miércoles 19 y viernes 21 de enero muestra un escenario muy similar a la medición anterior e incluso a la trasanterior, de diciembre: tres candidaturas a la cabeza seguidas de dos que les siguen de cerca, la de José María Villalta (Frente Amplio) y la de Rodrigo Chaves (Progreso social Democrático).

Sin embargo, a dos semanas de la elección se suma el candidato Eliécer Feinzaig (Partido Liberal Progresista), quien asoma la cabeza al  lograr una intención de voto de 3%, apenas dos décimas arriba del margen de error de la encuesta (2,8 puntos). Lo contrario ocurrió al oficialista Wélmer Ramos (Partido Acción Ciudadana, PAC), que ya perdió el único punto que registraba en las mediciones anteriores.

Todos los movimientos registrados en la última semana, cuando los hubo, se dieron dentro del margen de error de la encuesta, lo que conforma el estado de “congelamiento” de apoyo popular para las candidaturas presidenciales.

Figueres (Partido Liberación Nacional, PLN) bajó dos puntos y queda en 15%, Saborío (Unidad Social Cristiana, PUSC) subió uno y llega a 14% y Alvarado (Nueva República) subió dos hasta 13%, el doble de lo que tenía en agosto, según la encuesta CIEP-UCR de ese momento.

Estas tres candidaturas protagonizan el empate técnico en la cima y, dado que están lejos del 40% mínimo para triunfar en primera vuelta, surge una aparente disputa entre ellas por los dos cupos de acceso a la segunda ronda de abril, aunque la multitud de gente indecisa impide limitar los pronósticos a solo esas tres opciones.

La nube indecisa

El hallazgo principal de la encuesta es que esa nebulosa probablemente se prolongue hasta el propio día de la elección, pues casi un millón de costarricenses (924.000) siguen pensando a quién apoyar y, de estos, alrededor de 671.000 pretenden esperarse hasta la última semana.

Es más, de estas personas que darán largas a su decisión de voto, unos 231.000 (25% de los indecisos) pretenden hacerlo el mismísimo 6 de febrero, solo horas o minutos antes de marcar la papeleta definitiva de su voto. Este grupo es casi igual al que aparece en estos momentos apoyando a Fabricio Alvarado, lo que refleja cuán determinante es el desenlace de esa población dubitativa.

Como se ha identificado ya, la indecisión es mayor en las mujeres y en las personas menores de 34 años, entre quienes el grupo de indecisos representa prácticamente la mitad (48%) y en términos absolutos es también una muchedumbre: son más de 381.000 votos jóvenes vacantes. Entre el grupo de edad de 35-54 años, la indecisión es 38% (alrededor de 320.000 personas)  y en 55 años o más, un 34% (191.000 electores).

La incertidumbre es también mayor en las provincias costeras del país, pues guanacastecos, limonenses y puntarenenses (en ese orden) son los que más indecisión presentan (hasta 44%), en contraste con la provincia Heredia, donde ese valor baja a 34%, según el estudio de CIEP, que en esta ocasión no preguntó por la elección legislativa, donde las personas que ya tienen un partido favorito son aún menos.

“Se puede observar la consolidación de la tendencia de postergación de la decisión del voto hasta días muy cercanos a la elección por parte de la población indecisa. Estas cifras, al igual que lo presentado hace cuatro años, plantea un terreno en el que la posición de cualquiera de las candidaturas puede cambiar en períodos muy cortos de tiempo”, advierte el informe del CIEP, en referencia a acontecimientos como los de los comicios 2014 y 2018.

A diferencia de otros procesos electorales, no ha habido en esta ocasión alteraciones fuertes en el orden de las candidaturas por intención de voto, pues Figueres ha liderado desde agosto, seguido de Saborío y Fabricio Alvarado, con la diferencia de que el liberacionista no ha crecido y otros han achicado distancias. Esto se relaciona con la falta de eventos drásticos o de temas que generen una polarización fuerte y configuren una disputa entre solo dos de las 25 candidaturas presidenciales.

En esta ocasión el electorado da señales de confusión, como lo señala el 29,5% de los indecisos al atribuirla a la abundancia de partidos políticos. Además 25,5% de la población indecisa dice que ninguna opción le resulta agradable o atractiva e incluso un 8% está tratando de identificar cómo votar para intentar evitar que otro candidato específico logre el triunfo. El 26% de los indecisos dice que está considerando posibilidades determinadas y un 11% ni siquiera sabe  por qué no se ha decidido, o no responde.


La certeza tampoco cunde entre electores decididos

Las personas que indican que sí votarán y que manifiestan tener un candidato favorito son el 44% de la muestra total de la encuesta. El resto son ciudadanos que no votarían (casi 30%) o que sí quieren hacerlo pero siguen pensando a quién beneficiar con su voto, pero las duda son han sido exclusivas de estos.

Una cuarta parte (24%) de quienes ya tienen claro su voto revelan que su opción actual no es la misma que tuvieron en un principio. Es decir, que en algún momento de la campaña apoyaban a un candidato y luego cambiaron de preferencia porque se convencieron de otra opción, se desilusionaron de la que tenían, personas cercanas influyeron para simpatizar con un nuevo nombre o simplemente por un motivo no identificado.

Pero aún hay tiempo de movimientos adicionales y lo saben los decididos a votar, pues uno de cada cinco ve posible nuevos virajes en las dos semanas restantes para la elección. Esto incluye los que siempre han estado con una sola bandera (10% dice que no es seguro que siga con ella) o a quienes ya han pasado por otras candidaturas antes (la mitad dice que la búsqueda no ha concluido aún).

Sin embargo, el riesgo de perder adeptos no es igual para todas las candidaturas presidenciales que aparecen con un mayor puntaje en la encuesta. Más apoyos fuertes tienen José María Figueres y Fabricio Alvarado (86% cada uno), mientras Lineth Saborío es la que tiene menos (77,5%). Esto indica que casi uno de cada cuatro seguidores de la socialcristiana deja abierta la posibilidad de migrar a otra bandera en los días restantes.

 

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