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Ministra de Hacienda promete reformas: empleo público en 2019 e instituciones en 2020

En su comparecencia con los diputados, Aguilar afirmó que es un objetivo del Gobierno alcanzar reformas estructurales en empleo público e institucionalidad estatal.

Una reforma al empleo público para 2019 y una al aparato estatal en 2020 son la nueva promesa del Gobierno. Así lo aseguró la tarde de este jueves la ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, en su segundo día de comparecencias ante la Asamblea Legislativa.

La excontralora general (2005-2012) fue incisiva sobre la necesidad de impulsar reformas estructurales, una visión que siempre sostuvo, pero que ahora tendrá la oportunidad de gestionar “desde otra función”, como parte del Gobierno.

Sobre estas reformas, afirmó que la idea será dejar una reforma al empleo público para el año 2019 y un rediseño institucional para el 2020, algo que mencionó como el siguiente paso tras la aprobación de soluciones fiscales paliativas, representadas en la contención del gasto y la reforma fiscal (expediente 20.580).

“Ese es el gran reto que tenemos. Costa Rica ha hecho grandes reformas en el plano económico, pero nunca avanzó en una reforma del Estado desde el punto de vista administrativo y es un reto que tenemos (…)  Es algo en lo que yo creo, las reformas estructurales de largo alcance para el país, para las cuales debemos entrar en una discusión muy pronto”, apuntó.

“Se ha trabajado mucho más en la materia de empleo público que en el otro, que ha sido la materia olvidada, pero ese es mi compromiso y posiblemente por eso la vida me dio la oportunidad de volver sobre estas líneas desde otra función”, subrayó.

La ministra Aguilar ha estado los últimos dos días en sesiones extraordinarias de la Asamblea Legislativa, donde ha explicado a los diputados las primeras medidas que tomará el Gobierno para frenar el crecimiento del gasto y empatar el ánimo de los diputados en el apoyo a una reforma fiscal.

El objetivo: paliar el déficit fiscal que apunta a un 7,1% del Producto Interno Bruto (PIB) al finalizar este año y el peso de la deuda, que ya sobrepasa el 50% de la producción y seguirá creciendo a un ritmo todavía más acelerado si no mejoran las calificaciones de riesgo en los mercados internacionales.

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