País

Miles de estudiantes se estrenan en la UCR, pero Edward no

El único camino del muchacho para empezar una profesión en 2023 se truncó por el atraso de notas del colegio con el sistema automático que dispone el MEP. Pero él no es el único y la Sala Constitucional lo sabe.

En la mañana lunes 13 de marzo, mientras miles de jóvenes como él comenzaban sus carreras universitarias, Edward Alvarado iba a recoger a su hermano de la escuela y volvía a su casa a pasar el tiempo con tareas domésticas, conectándose a ratos a una aplicación de aprendizaje de inglés o un curso que mamá le paga, y esperar que, ojalá, un tío lo llame para que le ayude en una construcción para ganar algo de plata.

Es un día muy distinto al que Edward había imaginado en diciembre, cuando se graduó de bachillerato de secundaria en el Liceo de Moravia, sin imaginar siquiera que existía la posibilidad de que sus notas no se hubieran registrado en el tiempo necesario para que las universidades públicas pudieran incluirlas y proceder a una matrícula como el resto de los jóvenes que este lunes comenzaban su camino profesional.

Víctor Hugo Chaves es director del Liceo de Moravia y asegura que no tiene registro alguno de atraso en la nota de Edward y que ni siquiera conocía ese caso. (Foto: Álvaro Murillo)

Eso fue lo que ocurrió en su caso, según lo que le reportó el miércoles 7 de febrero una funcionaria de la Universidad de Costa Rica (UCR) a la mamá de Edward por teléfono, cuando esta llamó desesperada para avisar que el colegio finalmente había entregado las notas el día anterior. “Me dijeron que ya no había nada que hacer, que ni llevando corriendo los documentos él iba a poder entrar”, contó la madre, Odili Castillo, que con su trabajo como empleada doméstica cría a cuatro hijos en la Trinidad de Moravia.

Odili llamó entonces a Edward para que ya no corriera, que se bajara del bus en que iba al colegio para sacar copia de las notas y llevarlas a la sede universitaria, algo que debía haber ocurrido automáticamente con las bases de datos entre el colegio, el Ministerio de Educación y las universidades, si todo hubiera sido normal. “Ya no vayás, ya no se puede hacer nada”, recuerda que le dijo cuando aún no encontraba explicación al proceso que hizo que su hijo mayor se quedara sin acceso a la universidad en este 2023.

Ahora, pasados dos meses y sabiendo que hoy quizás hubiera entrado su hijo a la carrera de Informática, Castillo se lamenta y da por cierta la explicación que le ofrecieron en la UCR desde diciembre, en un primera llamada de atención: la nota de presentación de Edward es una de las que no se incluyeron en el archivo entregado el 28 de octubre del 2022, una responsabilidad que es del Ministerio de Educación Pública (MEP).

“El archivo con los promedios de educación diversificada fue entregado por parte del MEP, el día 28 de octubre de 2022”, contestó, a este Semanario, Gabriela Regueyra Edelman, directora de la Oficina de Registro e Información (ORI) de la UCR, en una respuesta en la que reiteró la responsabilidad del MEP de “suministrar los promedios de notas de décimo, undécimo o duodécimo año de Educación Diversificada —según corresponda— de la población estudiantil que cursa el último año de secundaria”.

Regueyra añadió que es responsabilidad de los estudiantes verificar que ese procedimiento se cumpliera, lo cual sí ocurrió en el caso de Edward, según cuenta su mamá. “Yo fui desde diciembre al colegio y me dijeron que estaban corriendo con los preparativos de la graduación, pero que no me preocupara, que las notas iban a estar listas”, recuerda la mamá sobre la respuesta que le dieron en el colegio, aunque el director Víctor Hugo Chaves negó haber tenido registro de problema alguno y asegura que todo se atendió sin problemas.

Sin embargo, el aviso no fue solo de la UCR, sino también del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), desde noviembre, en un correo electrónico del que Edward no se había percatado hasta que notó que la UCR no le reportó nota del examen de admisión, pues esta solo se notifica a quienes tienen en orden su nota de presentación.

Regueyra reconoció que fueron varios los casos de estudiantes cuyas notas no reportó el MEP, institución que al cierre de esta edición no había contestado consultas sobre el tema. “Ante consultas de algunos estudiantes en relación con su nota de admisión, se dio respuesta indicando la imposibilidad de brindarla por cuanto el MEP no la había reportado en el periodo definido por la UCR, y la certificación que remitió el Colegio no se podía recibir por cuanto no se remitió desde el ente oficial”.

Incluso, el 22 de diciembre Castillo acudió al colegio a pedir la nota y la respuesta fue similar de parte de las personas asistentes de la Dirección: no las tenían listas y no se preocupe, que igual las universidades podrían acceder a ellas a tiempo, afirma.

Aún el 23 de diciembre, durante el receso de la Universidad, un correo electrónico del MEP, firmado por el funcionario Marvin Tenorio, suministraba la entrega de 11 promedios de calificaciones de estudiantes que se egresaron en 2022, informó Regueyra. Sin embargó, esa gestión era ya extemporánea y, de cualquier manera, Odili Castillo asume que ahí tampoco iba la nota de su hijo, pues no fue hasta la primera semana de enero cuando el Liceo finalmente se la entregó, después de que ella amenazara con ir a poner una denuncia en la Dirección Regional del MEP, asegura.

“Fui en dos ocasiones a buscar al director (Chaves) en enero y me dijeron que no estaba. El martes 7 de febrero fui otra vez, me pidieron de nuevo el número de teléfono, pero yo me enojé y dije que iba a ir a la Regional. Al día siguiente, a las 7 de la mañana me llamaron para decirme que las notas ya estaban listas, que fuera a recogerlas impresas. Yo pregunté que qué pasaba con la U y ella dijo que para ellos eso era un tema. También, les pregunté si eso había pasado solo con Edward y me dijeron que no, que había varios así. Pero ya no había tiempo de nada”.

Edward reaccionó con resignación. “Se siente feo. Puede ser un error, pero legalmente yo tenía ganas de entrar a la UCR o al TEC, cualquiera. Me siento como que todo lo que hice el año lo hubieran echado la basura. Es una gran desilusión”, se lamentaba en su casa, aunque rápido advierte que su meta es entrar “sí o sí” en el 2024. Cumple la mayoría de edad en abril y eso le podría facilitar encontrar un trabajo, mientras tanto, pero el objetivo es estudiar alguna carrera relacionada a informática.

El director Chaves niega que haya ocurrido ese problema con Edward. En los registros del subdirector, Erick Arguedas, hay tres casos de estudiantes que sufrieron ese atraso, pero no el de él. “Es imposible que no lo hayamos atendido, pero le digo que muchas veces lo que ocurre es que hay un alto desinterés de los muchachos”, dijo el 27 de febrero, cuando atendió a este Semanario.

Al menos dos casos similares al de Edward registrados en este año llegaron a la Sala Constitucional como recursos de amparo, por tratarse de un obstáculo al derecho a la educación, y en uno de ellos (resuelto el 10 de febrero) los magistrados señalaron que no se puede atribuir la responsabilidad total al estudiante. “Es evidente que el origen del problema no se encuentra en la falta de respuesta del correo electrónico enviado el 2 de noviembre de 2022 (primer mensaje a la estudiante sobre la falta de reporte de notas), o el proceder de la tutelada en general, sino en la mala y descoordinada gestión administrativa”, dice el fallo Nº 03084 – 2023, que no distingue responsabilidades entre el colegio señalado (en ese caso el Colegio Técnico Profesional de Atenas), el MEP o la UCR, por lo cual se ordenaba darle acceso a matrícula en este mismo curso 2023.

Al final, la Universidad autorizó calificar la prueba de admisión de la joven, pero la nota no era suficiente para la carrera que ella pretendía y decidió no matricular, informó la UCR.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido