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Migrante nicaragüense: “Yo pasé muchas cosas en el camino que no se lo deseo a nadie”

Partió como parte de un grupo de nueve, pero llegó solo, después de un largo viaje y de haber estado secuestrado por más de diez días en una bodega en Monterrey, México, según contó.

El nicaragüense Ismael Mercado Sandino llegó a Lexington, Kentucky, ubicado en el centro de Estados Unidos, alrededor del 12 de diciembre de 2022. Partió como parte de un grupo de nueve, pero llegó solo, después de un largo viaje y de haber estado secuestrado por más de diez días en una bodega en Monterrey, México, contó.

El hombre de 36 años originario de Diriamba, del departamento de Carazo, había estado 17 años trabajando en Costa Rica en jardinería primero y después en remodelación; pero en diciembre del año pasado emprendió un peligroso viaje hasta Estados Unidos, en busca de un mejor salario.

Primero se fue en bus desde Nicaragua a Guatemala, donde cruzaron la frontera “escondidos” caminando como dos kilómetros. De la frontera de México se trasladaron primero en carro privado y luego en bus hasta Monterrey.

“Yo pasé muchas cosas en el camino que no se lo deseo a nadie, a todos los paisanos, nicaragüenses, cubanos, colombianos, incluso de Guatemala, Honduras cuando pasan. Lo más duro fue en México. Gracias al Señor, él fue el que me guió y me cuidó todo el camino y vea donde me tiene ahorita, estoy bien gracias a él y eso a mí nunca se me va a olvidar”, afirmó.

En Monterrey fue donde se le complicó todo. Ya había pagado el 50% de lo que costaba el viaje al “coyote” que los pasaría. Pero, como este no quería depositar el dinero para que trasladaran a Mercado y sus compañeros de viaje, los retuvieron en una bodega. Los obligaron a llamar a sus familias y pedirles $700 por cada uno. En ese momento, él estaba enfermo y se empezó a desesperar, por lo que pensó en devolverse.

Los familiares enviaron el dinero, menos la de él, porque no tenían posibilidades. “A mí no me podían mandar ese dinero. Yo le pedí al Señor y fue cuando vino el que nos tenía ahí. Habló conmigo y me dijo ‘no te preocupés Ismael, tú te vas a ir con ellos porque no quiero que te quedés aquí solo porque yo no te puedo dar de comer’”, dijo.

Así fue como finalmente los liberaron y los subieron a una microbús, que los llevó hasta la ciudad fronteriza de Piedras Negras (Coahuila). Allí los pasaron a otra bodega hasta que los recogió otro microbús que los llevó hasta el río Bravo.

“Ahí había una multitud de gente. Como a las dos y media de la mañana nos fuimos a pasar el río y ya estábamos en tierra americana. Cruzamos el río, subimos a un monte a donde estaba Migración esperando ahí delante”, relató.

Según Mercado, los oficiales de Migración les tomaron los datos, los montaron en un bus y los llevaron a un edificio donde les quitaron todo y los metieron a un “cuarto frío”. “Ahí uno solo se queda con camisa, pantalón y zapatos. En una bolsita plástica ponen el dinero si es dinero americano, con el teléfono, cargador, pasaporte, cédula, licencia y lo guardan”.

“Ahí dormimos toditos, en un solo cuarto había como 20-25 personas. Es como cuando uno va a una cárcel, pero con comida, manzanas, le daban de comer a uno, le daban una cobija de aluminio para que se cobijara y no tuviera frío. Ahí estuve una noche nada más”, continuó.

Al día siguiente les dieron la bolsita plástica y un celular con GPS (geolocalizador) y en un bus los llevaron hasta Texas. Cuando llegó ya no había vuelos a Kentucky, entonces tomó un autobús que tardaba dos días en llegar a Chicago, así que lo tomó. Al llegar a Chicago se fue al aeropuerto y, como ya no había vuelos, pasó la noche ahí. Al día siguiente, su primo le compró el pasaje de avión y se embarcó hacia Lexington, Kentucky, a donde llegó a las siete de la noche.

“El mismo primo mío tiene dos primos más acá que andan trabajando con un señor en remodelación y así fue que ellos me consiguieron (trabajo). Yo vine un viernes y ‘de una’ entré a trabajar”, dijo.

Mercado tiene una cita el 7 de julio para ver su caso migratorio. Mientras tanto, todos los jueves, de 8 a.m. a 10 a.m., tiene que mandar una foto suya, reportándose con las autoridades, desde el teléfono con GPS que le dio Migración al ingresar.

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