Mientras la Asamblea Legislativa rechaza a golpe de tambor y sin discusión alguna cualquier modificación al proyecto de ley que legalizaría jornadas laborales de 12 horas sin pago de horas extra y se niega a realizar consultas a sectores sobre el expediente (21.182), un reciente estudio de la firma WTW demuestra que el 83% de la fuerza laboral latinoamericana sufre en la actualidad de estrés y agotamiento.
La Encuesta de Diagnóstico de Bienestar realizada por la aseguradora fue respondida por un millón de empleados y 410 empleadores con operaciones en Centroamérica, El Caribe, México, Argentina, Colombia, Chile y Brasil, y se dio a conocer en el marco de la 2da Edición de Expo Bienestar (organizada por la consultora).
Entre los principales hallazgos que arroja el documento se destaca que el 83% de las personas trabajadoras sufre de estrés y agotamiento, un 77% está preocupado por su salud mental, 66% siente que no realiza suficiente ejercicio, 64% indica que el alto costo de la vida impacta su bienestar financiero y 37% considera que su bienestar social no es óptimo a falta de conexiones (sufren de soledad).
Si bien la encuesta no se circunscribe al contexto costarricense o tomó en cuenta los proyectos que discute nuestra Asamblea Legislativa, el estudio sí permite dar contexto a la posible aprobación de las jornadas ampliadas —conocidas como 3×4— y pinta un panorama difícil, que empeoraría aún más de aprobarse el proyecto, coinciden especialistas costarricenses y extranjeros (ver nota: Bióloga española asevera que jornadas laborales extenuantes “son un ataque a la salud”).
Mónica Gúzman, gerenta general de WTW, indicó que los resultados del estudio son importantes para las organizaciones que buscan el bienestar integral tanto de las empresas como de su personal y que aborda el bienestar integral en cuatro dimensiones: bienestar físico, bienestar emocional, bienestar financiero y bienestar social.
Entre otras medidas, Guzmán dijo que debe buscarse un “balance vida – trabajo”, pues las personas trabajadoras son seres integrales y las empresas deben tener esto en cuenta.
Según las estadísticas de la Superintendencia General de Seguros sobre accidentes laborales y enfermedades del trabajo, la mayor incidencia reportada sobre la salud de las personas trabajadoras es de lesiones de menisco “consecutivas a períodos prolongados de trabajo en posición de rodillas o en cuclillas”.
Le siguen enfermedades causadas por vibraciones que afectan músculos, tendones, huesos, articulaciones, vasos sanguíneos y nervios; tenosinovitis crónica de la mano y la muñeca “debida a movimientos repetitivos, esfuerzos intensos y posturas extremas de la muñeca”; epicondilitis (codo de tenista) “debida a trabajo intenso y repetitivo”; y, finalmente, trastornos mentales o del comportamiento.
Bióloga española asegura que jornadas laborales extenuantes “son un ataque a la salud”
Emilia Gómez afirma que el ejercicio es fundamental para la salud y que “no basta con una hora de gimnasio”, pues el cuerpo está hecho para moverse constantemente, pero las largas jornadas de trabajo imposibilitan eso.
Largas jornadas deterioran la salud
Como se puede inferir de las mismas descripciones de estos padecimientos, todas estas enfermedades se derivan del tiempo en el trabajo y se agravarían en caso de que las personas se ven forzadas a trabajar 12 horas por día, en vez de las 8 horas que establece actualmente la legislación.
Especialistas consultados por UNIVERSIDAD dijeron que, si con las condiciones actuales la fuerza laboral está agotada y estresada, una ampliación de jornada empeoraría su ya deteriorada calidad de vida, lo que pone en riesgo no solamente la salud y la vida de esas personas, sino incluso la productividad que puedan ofrecerle a una empresa.
Osvaldo Bolaños, médico del trabajo, dijo que trabajar en jornadas que excedan las 8 horas es perjudicial para la salud física y emocional, pero que además afecta la vida social de las personas, lo que genera efectos adicionales sobre la salud.
Las jornadas extenuantes de trabajo, agregó Bolaños, generan inicialmente en las personas problemas de ansiedad, insomnio y depresión que pueden agravarse muchísimo. “Es como una espiral de factores”, dijo, que pueden culminar en el padecimiento del síndrome de burnout o «del trabajador quemado», que genera que la persona pierda su motivación, le cueste concentrarse para hacer las tareas usuales y afecta también la vida familiar o de pareja.
Para el médico, la justificación que se ha esgrimido de que paralelo a la ampliación de jornadas los empleados tendrían un día libre adicional semanal no compensa el daño físico. “En mi experiencia y conocimiento, quienes se benefician con esta medida son los patronos, que logran ahorrarse el dinero del pago de extras y pueden tener una planilla menos amplia, para poder cumplir todos los horarios”.
“Yo no podía decir que al 100% de la gente no le funcione, pero sí a una gran mayoría no le funciona y le afectaría la salud”, indicó.
La tendencia, agregó Osvaldo Bolaños, en otros países más bien es hacia la disminución de la cantidad de horas que se laboran semanalmente, lo que beneficia la salud del personal y, por ende, su productividad en el trabajo.
Por su parte, Jaime Caravaca, profesor e investigador de la Escuela de Enfermería y quien suma varias especialidades en el área de Salud Colectiva con énfasis en Justicia Social, explicó que la salud es multifactorial y que debe contemplarse tanto el bienestar físico como el material, emocional y laboral de las personas, lo que incluye los entornos, períodos y condiciones en que trabajan.
“La salud es un derecho humano fundamental y se deben garantizar definitivamente las condiciones que permitan disfrutar de ese derecho”, dijo.
El especialista, quien también es integrante del Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica, dijo que hay evidencia significativa de que las jornadas extenuantes y la sobrecarga laboral producen en las personas enfermedades crónicas —aún sin tener antecedentes o factores de riesgo— como cardiopatías, altos grado de obesidad, trastornos depresivos o ansiosos y más.
“Cada una de estas enfermedades pueden llegar a ser prevenibles y eso lo vemos manifiesto principalmente en aquellos trabajadores que tienen jornadas laborales exhaustivas o que laboran dos empleos o más”, indicó.
Estudios como el mencionado al principio de este reportaje, declaró Caravaca, evidencian un problema grave y apuntan a que como sociedad deberíamos exigir que los estados garanticen “trabajo digno, con jornadas laborales dignas para los seres humanos y cambiar la perspectiva o el paradigma de visión del trabajo entre un modelo capitalista por un modelo centrado en el bienestar del ser humano”.
La jornada laboral de ocho horas tal y como está establecida en el Código de Trabajo, coincidieron ambos especialistas, tiene así un asidero científico en la protección de la salud.

