País Índice subió de 28,3 a 34,8 puntos porcentuales

Mejora la confianza de las personas consumidoras en los últimos tres meses

Si bien sigue siendo baja, pues registró 34,8 en una escala de cero a 100, la confianza de las personas consumidoras mejoró luego de cumplirse nueve meses de la emergencia sanitaria por la Covid-19.

Este es el principal resultado que registra la encuesta número 68 sobre la “Confianza del Consumidor”, correspondiente a noviembre del presente año, que realiza la Escuela de Estadística de la UCR.

El aumento 6,5 puntos porcentuales(pp) del Índice de Confianza del Consumidor (ICC), es significativo, pues pasó de 28,3 en agosto a 34,8 puntos, hoy.

“Esto significa que, aunque actualmente los consumidores perciben pesimismo en la economía nacional, lo cierto es que este sentimiento era más acentuado tres meses atrás. Esta valoración desfavorable hacia la economía nacional caracterizó todo el año 2020 y está presente, con altibajos, desde agosto del 2018”, dice el documento de la encuesta.

En cuanto a las causas de la disminución del pesimismo, “pueden estar contribuyendo varios factores y es de esperar que las medidas tomadas por el gobierno, desde inicios de setiembre, para retornar al funcionamiento habitual del país en diferentes áreas, estén teniendo un efecto positivo”, agrega.

La reapertura controlada y regulada de la economía y el suavizamiento de la restricción vehicular sanitaria serían las causas, según la Escuela de Estadística de la UCR.

Se trata de “la reapertura controlada y regulada de una buena parte de los establecimientos comerciales, de las fronteras aéreas y terrestres, el fomento del turismo nacional e internacional, el suavizamiento de la restricción vehicular sanitaria y la promoción del acceso al crédito para las pymes, entre otras medidas”.

“Es factible asumir que, aún bajo un contexto de pesimismo, estas acciones están impactando positivamente una actitud más positiva hacia la esperada reactivación económica del país, fortaleciendo la producción, el empleo, el intercambio comercial, etc. Se sabe, pese a esto, que para alcanzar una situación económica favorable, el país también debe superar a la brevedad posible una situación fiscal que es adversa”, agrega.

Lo anterior estaría generando expectativas más positivas sobre la situación económica personal, ya que la percepción de recibir ingresos familiares menores a los del año pasado disminuyó de 35,4% a 27,8%; la previsión de ver mermada la capacidad de compra bajó de 45,4% a 37,0% y al menos no crecieron más las expectativas de aumentos en los precios de los combustibles y del tipo de cambio.

El aumento de la confianza en los últimos tres meses también se refleja en que las personas pesimistas bajaron de 47,4% a 34,6% (-12,8 pp) y las personas optimistas subieron de 5,4% a 8,6% (3,2 pp), lo cual significa que, actualmente, por cada consumidor optimista existen casi 4 pesimistas, cifra que hace tres meses era casi de 9.

Además, el aumento de la confianza se dio en personas de todos los grupos de edad y niveles de educación indistintamente de su sexo y de los diferentes niveles de ingreso familiar, tanto en quienes tienen capacidad de realizar gastos discrecionales o no y en quienes admiten estar experimentando diferentes situaciones con el ingreso mensual familiar que reciben (ingreso subjetivo).

“Este resultado evidencia que el crecimiento de la confianza en el país es generalizado o, en otras palabras, es similar en diferentes estratos poblacionales”, afirma el documento.

Tanto el Índice de Condiciones Económicas Actuales (ICEA) como el Índice de Expectativas Económicas (IEE) -es decir, los dos componentes del ICC-, mostraron mejoras. El primero valora la confianza de quienes consumen en la situación económica presente, mientras que el segundo lo hace con respecto al futuro económico del país.

En los últimos tres meses, ambos índices aumentaron significativamente. El ICEA creció de 15,2 a 20,3 (5 pp), mientras que el IEE lo hizo de 37,0 a 44,5 (7,5 pp).

Por otro lado, según las tres  últimas encuestas, la magnitud del IEE es más del doble que la registrada por el ICEA, lo cual significa que, siempre en un contexto de pesimismo, las personas consumidoras han tenido más confianza en el futuro económico del país que en las condiciones económicas actuales.

“Esta situación también se ha presentado en otros períodos, pero es en el 2020 donde lo hace de una manera más definida”, dice el documento.

En el ICEA, disminuyeron de 64,3% a 58,3% quienes dijeron que la situación económica es peor que hace un año (-6,1 pp) y bajaron de 85,6% a 70,0% (-9,6 pp) quienes afirmaron que es un mal momento para comprar artículos para el hogar.

En el IEE se redujeron de 36,4% a 28,3% (-8,1 pp) quienes esperan un deterioro de la situación económica familiar y descendieron de 60,6% a 42,8% (-17,8 pp) quienes piensan que las empresas correrán la misma suerte.

Además, disminuyeron de 53,4% a 45,8% quienes esperan períodos de crisis en el país en los próximos 5 años (-7,5 pp), de modo que estos resultados también revelan que las valoraciones del momento económico actual y del futuro económico apuntan hacia una leve mejoría.

Otros resultados de la encuesta indican que las personas esperan que las tasas de interés de los préstamos aumenten, (creció de 54,4% a 58,1% en los últimos tres meses); quienes esperan recibir ingresos menores que los del año pasado disminuyeron de 35,4% a 27,8%; quienes esperan una pérdida en su capacidad de compra bajaron de 45,4% a 37,0%.

También un72,6% de las personas afirmó que son malos tiempos para comprar casa, mientras que tres meses atrás esa cifra era 79,2% (-6,6 pp); un 82,3% opinó que son malos tiempos para comprar un automóvil, mientras que tres meses pensaba así el 90,4% (-8,1 pp); esto, a pesar de que las magnitudes todavía revelan una disposición muy negativa hacia la compra de bienes duraderos.

Por otro lado, los hogares que dijeron poseer la capacidad de realizar gastos discrecionales bajaron de 33,6% en febrero pasado a 26,1% en mayo y a 21,3% en agosto. Sin embargo, ese indicador indicador dejó de descender y subió a 28,8%.

Además, quienes tienen problemas con el ingreso familiar que reciben había aumentado de 41,6% a 47,9% (6,3 pp) entre mayo y agosto, pero en la presente encuesta esa cifra bajó a 47,5%.

También mejoraron las expectativas ante el precio de los combustibles y del tipo de cambio. Actualmente, el 66,9% de las personas consumidoras espera aumentos en ambos precios en los próximos 12 meses.

A pesar de lo anterior, la calificación dada a la política económica del gobierno se deterioró en los últimos tres meses. Quienes opinan que se está haciendo un trabajo bueno bajó de 15,9% a 5,1% (-10,8 pp) y quienes consideran que se está haciendo un trabajo pobre aumentó de 50,4% a 69,9% (19,5 pp).

Esto revierte la tendencia mostrada de febrero a mayo del presente año, cuando la calificación positiva de la política económica aumentó de 11,0% a 23,5% (12,6 pp) y la calificación negativa disminuyó de 60,5% a 37,1% (-23,4 pp).

Sin embargo, quienes esperan aumentos en el desempleo bajaron de 68,0% a 57,9% (-10,1 pp) en los últimos tres meses y en el caso de la pobreza las magnitudes disminuyeron de 76,4% a 66,9% (-9,4 pp).

“Estos resultados muestran que existe un deterioro en la valoración de la política económica, aunque también se espera que en los próximos 12 meses disminuyan la pobreza y el desempleo”, concluye la Escuela de Estadística.

 

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