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Mayoría de medicamentos están más caros, pese a decreto para bajarlos

La contundente promesa del Ejecutivo quedó corta: entre agosto y diciembre, solo 2 de 16 de las categorías de medicamentos del INEC acumularon disminución; investigador asegura que medidas son insuficientes.

La mayoría de los medicamentos están más caros pese al decreto firmado por el presidente Rodrigo Chaves en agosto, con el que aseguró se “destruye los monopolios de importación”.

Así lo reflejan los datos del Índice de Precio del Consumidor (IPC) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.

El decreto eliminó la exclusividad a la importación o producción de medicamentos en territorio nacional, con lo que el mandatario buscaba aumentar la competencia entre empresas y con lo que aseguró que bajarían los precios de los medicamentos.

“No le hicieron ni cosquillas a los oligopolios. Lo advertimos, el problema es mucho más grande y se requieren medidas mucho más fuertes”, Leiner Vargas.

Otro decreto firmado por el presidente Chaves permite la homologación automática de medicamentos que ya han sido autorizados en naciones desarrolladas con mayores credenciales que Costa Rica, como Estados Unidos o los países miembro de la Unión Europea.

A pesar de las medidas, de las 16 categorías de medicamentos que incluye el IPC, solo 2 acumularon una disminución de precios entre agosto y diciembre del 2022: medicamentos para la gastritis (-3,50%) y medicamentos para la tos (-1,81%).

“No le hicieron ni cosquillas a los oligopolios. Lo advertimos, el problema es mucho más grande y se requieren medidas mucho más fuertes, los decretos van en buen camino, pero por mucho son insuficientes para generar un impacto real”, lamentó Leiner Vargas, economista e investigador del mercado de medicamentos en la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA).

Las categorías que más aumentaron en ese periodo fueron los medicamentos para cardiopatías (6,47%), para problemas vasculares (5,25%), para la osteoporosis (4,47%) y las vitaminas (3,93%).

El aumento de precios de los medicamentos en diciembre, en comparación al año anterior (interanual), supera el 10% entre medicamentos que tratan la hipertensión, los problemas vasculares y osteoporosis. Mientras que los que tratan cardiopatías (9,50%) y el colesterol (9,65%) los siguen de cerca.

“El anuncio del decreto fue una estafa ¿Para qué tanta bulla? Le prometimos el oro a los costarricenses golpeando la mesa y lo que tenemos es prácticamente nada. Seguimos con precios de medicamentos por las nubes, que hasta duplican los precios de otros países de la región”, agregó Vargas.

Concentración de mercado

Vargas asegura que los precios de los medicamentos no van a bajar si no se promueven medidas fuertes que balanceen el mercado costarricense, que al ser pequeño es sensible a la concentración.

“Es un mercado que requiere una operación a corazón abierto, medidas más fuertes que incidan en la canasta de medicamentos, los 20 más consumidos por las familias de menores ingresos”, dijo Vargas, quien considera que un control de precios o la venta privada de esta canasta por parte del Estado podrían ser opciones.

En Costa Rica hay 1.167 farmacias o puntos de venta de medicamentos, de los cuales 208 (31%) pertenecen al grupo empresarial Cuestamoras y 83 son de las farmacias Walmart, según datos del MEIC y del Ministerio de Salud.

Además, en el país, tres distribuidoras (GFI, CEFA y Cofasa) controlan el 60% del mercado de importación y distribución de medicamentos. Otros 46 se dividen el 40% restante.

Estos datos fueron compilados por el economista y asesor legislativo Luis Carlos Olivares, para la diputada Melina Ajoy Palma, quien impulsa un proyecto de ley que da seguridad jurídica a lo dispuesto en el decreto y agrega medidas para eliminar el sesgo de marca y la falta de información de precios.

Las distorsiones de mercado, explican Vargas y Olivares, se agravan si tomamos en cuenta que en el país las grandes cadenas negocian contratos de exclusividad con laboratorios y hay droguerías con sus propias farmacias que al mismo tiempo pueden ser distribuidoras. Por ejemplo, Cuestamoras Salud (CMS) incluye tres distribuidoras: CEFA, Farmacias EOS y Cefarma S.A.

La concentración de la cadena, sumado a la falta de transparencia de precios, les facilita mantener prácticas anticompetitivas. Olivares mencionó que el alto costo de los medicamentos puede endurecer en las zonas periféricas, donde en promedio hay menores ingresos porque las farmacias, droguerías, laboratorios y distribuidoras se concentran en la GAM.

Por ejemplo, el 69% de las farmacias (807) están en la Región Central, frente a un 4,80% en la Región Brunca (3), según datos del MEIC del 2018. En estas regiones, la mayoría de farmacias son independientes, por lo que no tienen músculo para negociar precios controlados por las distribuidoras (en ocasiones también farmacias).

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