País Entrevista Eugenia Corrales, viróloga UCR

Mayor contacto con animales silvestres causa aparición de enfermedades como Covid-19

Para la viróloga de la UCR Eugenia Corrales, acciones realizadas por el ser humano son las causantes de que los coronavirus aparezcan con mayor frecuencia. Además, considera que el sistema de salud nacional es robusto y capaz de salir adelante.

Las predicciones del ministro de Salud, Daniel Salas, se hicieron realidad y ahora la nueva y aún desconocida enfermedad Covid-19 llegó a Costa Rica, y ha atacado desde ya a más de una decena de personas. Ahora las autoridades de salud corren con el fIn de contener el virus y mitigarlo.


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Para la viróloga de la Universidad de Costa Rica (UCR) Eugenia Corrales, enfermedades como el Covid-19 están determinadas por acciones de los seres humanos en el mundo, en el medio ambiente y cerca de la vida silvestre, específicamente.

Corrales es enfática en que aún no se puede saber qué tan peligroso es el virus o hasta dónde va a llegar. Además señala que no es posible comparar la mortalidad del virus de países con un sistema de salud robusto, como el costarricense, con el de uno débil, como Irán.

Enseguida un extracto de la entrevista sostenida con Eugenia Corrales, viróloga de la UCR.

¿Por qué las enfermedades como el Covid-19 son cada vez más frecuentes?

 –Eso tiene que ver con diferentes factores. Esos factores se llaman procesos ecológicos primarios o puentes epidemiológicos. En este momento es más frecuente gracias el descontrol poblacional, al haber una mayor población aumenta la necesidad de recursos, aumenta la agricultura y la ganadería descontrolada, y eso invade territorios que normalmente eran de animales silvestres, por lo que estos tienen que cambiar su estilo de vida o entrar en un estrés fisiológico que los puede hacer más propensos a excretar virus.

Otra de las razones es el urbanismo descontrolado, el invadir territorios hasta por turismo. Este conjunto de virus en animales silvestres siempre ha estado, el problema es que ha aumentado el contacto con estos animales. Una de las prácticas que se ve con coronavirus es lo que se llama el uso de animales silvestres para alimentación, que en los países asiáticos se usa mucho. Lo que pasa es que no es el proceso de comerse el animal silvestre, sino que es el proceso de ir a su hábitat natural, cazarlo, meterlo en una jaula, y después meterlo con un montón de animales y seres humanos en un ambiente que no es normal para ellos.

Lo que está claro es que el ser humano es quien genera esto…

–El ser humano es el que causa estos procesos ecológicos primarios por necesidad de alimentación, deseo de una alimentación diferente o por la misma urbanización. Eso pasa también con los mapaches. No es que ellos están invadiendo nuestras zonas urbanizadas, sino que nosotros invadimos el territorio de ellos.

 ¿Qué sugiere usted para variar esta realidad?

–Yo creo que deberíamos cambiar nuestras prácticas relacionadas con la urbanización descontrolada, el aumento de población descontrolado, el capitalismo de recursos en agricultura y ganadería, y también separar lo que es un ambiente silvestre de un ambiente urbano. Para mí algo que debió quedar claro desde el SARS, en el 2002, es que el trasiego de animales silvestres, ya sea para consumo o para cualquier cosa, debería estar absolutamente prohibido. Ese contacto con ese animal silvestre a la hora de cazarlo, someterlo a un ambiente de estrés, destazarlo y venderlo es lo que está causando esos brincos de coronavirus.

 ¿Estamos cerca de tener una vacuna contra el Covid-19?

–Hacer una vacuna es sumamente complejo. La gente cree que es un proceso extremadamente fácil y rápido.

 ¿Qué comprende el proceso?

 –El proceso comprende tener candidatos. La vacuna es una parte del virus, el virus inactivado o el virus modificado para introducirlo en el cuerpo y que se produzca una respuesta inmune. Esta maquinaria de defensa contra la infección tiene que ser duradera o efectiva. El encontrar candidatos es un proceso que se lleva a cabo en un laboratorio de investigación, viendo quién podría ser el mejor candidato.

Hay una fase preclínica y otra clínica. La vacuna más rápida que se produjo duró 30 años. Pretender que en uno o dos años va a estar lista una vacuna es completamente utópico. Uno de los problemas que se tiene con este tipo de brotes es que se invierte mucho en tratar de hacer una vacuna y después el brote pasa. Con este coronavirus a mí lo que me preocupa es que los cuatro coronavirus respiratorios, que circulan normalmente en la población, infectan a la persona, quien produce una respuesta inmune, pero esa respuesta inmune baja al año o dos años, entonces uno se puede reinfectar con esos coronavirus.

¿Cuánto se ha avanzado con la vacuna para combatir esta enfermedad?

 –Hay un grupo, creo que está en Estados Unidos, que está bastante avanzado en la parte preclínica, que ya tiene un candidato, y creen que va a tener respuesta inmune efectiva; pero escalar primero eso a una clínica y luego ver si sirve escalar a una producción masiva no va a ser pronto. Lo mejor es, entonces, las medidas que cada uno puede hacer y no esperar a que salga la vacuna.

 Hablando un poco acerca de esta pandemia. ¿Hay manera de prevenirlas antes de que surjan?

 –Hay un grupo muy fuerte que se llama EcoHealth Alliance. Ellos tenían un proyecto que se llamaba Predict. Ellos abogan porque es mejor invertir dinero y esfuerzo en tratar de encontrar estos posibles virus que vayan a brincar al ser humano y romper la barrera o el fenómeno que haga ese brinco. Ellos mismos promueven esta idea diciendo que es más fácil prevenir que reaccionar a un brote como el que estamos teniendo ahora. Obviamente es más claro reaccionar, no solo económicamente sino también en vidas. Hay maneras de tratar de buscar esos virus, como la investigación que nosotros hicimos en el 2012 y 2013. ¿Cómo saber que uno de esos o varios vayan a ser los que brinquen al ser humano? A pesar de que es buena idea estar preparado y estar buscando antes en ese conjunto global de virus, en pragmatismo es muy complicado.

 Este es un virus que sigue siendo nuevo y desconocido. No es tan letal como otros como el SARS y el MERS. ¿Cómo se puede valorar ahora? ¿Hasta dónde podría llegar?

–Esa es la pregunta más importante. ¿Cómo se puede valorar qué tan peligroso es este virus y hasta dónde va a llegar? En este momento le puedo decir que no lo sabemos. Podemos decir que el virus está llegando a una población casi mundialmente susceptible y sensible. Nadie había estado en contacto con este virus antes. ¿Cómo se comporta? Lo hemos estado viendo en el camino. Se dice que el virus es muy mortal, pero dependiendo de la edad y características individuales, enfermedades subyacentes y el sistema de salud donde se encuentre, así va a ser la mortalidad. No es lo mismo comparar la mortalidad de Irán en este momento a una mortalidad donde va a haber un sistema de salud efectivo y competente cuando se presenten los casos positivos. Hasta no saber cuánta gente tiene esta enfermedad leve o hasta inaparente, no podemos saber realmente qué tan letal es.

Finalmente, ahora ud hacía una comparación entre los sistemas de salud del mundo. ¿Qué se puede esperar para Costa Rica?

 –Costa Rica tiene uno de los sistemas de salud más robustos de Latinoamérica y casi que del mundo. Además lo hace característico que es universal, cualquiera tiene acceso al servicio de salud. Yo le doy un ejemplo con dengue. La tasa de mortalidad del dengue es un 20%. ¿Cuánta gente se ha muerto en Costa Rica por dengue? Desde el 97 se han muerto solo 23 personas. ¿Es porque Costa Rica está protegido naturalmente contra el dengue? No. Es porque el sistema de salud es efectivo y cercano. Van a entrar un poco en crisis porque tienen que acomodarse. No es lo mismo tener de 10 a 300 personas en cuidados intensivos. El sistema de salud se va a poner a prueba, pero yo estoy confiada en que va a salir bien.

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