Un diálogo abierto, inclusivo, paritario y con resultados vinculantes es lo que pidieron más de 100 mujeres de unas 20 organizaciones feministas, comunitarias, académicas, civiles y otras, a través de un pronunciamiento emitido luego de una reunión de colectivos.
Las mujeres fueron enfáticas en que existe una amplia coincidencia entre actores sociales y de la ciudadanía en la urgencia que tiene el país para arrancar un diálogo nacional, pero éste deberá basarse en las lecciones más recientes y no reproducir los mismos errores.
En este sentido, señalaron que el gobierno debe entender que no es posible ignorar un movimiento o protesta nacional para arrancar los procesos de diálogo; tampoco reprimir, criminalizar o judicializar a las personas que se oponen a la línea oficialista y ejercen su derecho a la protesta social.
“No es posible definir la legitimidad a priori de las representaciones sectoriales, excluir sectores o no reconocer su autonomía en la elección de sus representantes, eso pasa por no excluir a las mujeres, al movimiento feminista y mucho menos impulsar un diálogo sin asegurar la paridad de género”, indicaron en el pronunciamiento.
De acuerdo con Ana Hidalgo, vocera de este grupo de mujeres y miembro de la organización Mujeres en Acción la idea este documento se dio luego en el marco de un análisis de varias organizaciones de mujeres y feministas sobre la situación de la coyuntura nacional y la necesidad de emitir valoraciones sobre lo que viene sucediendo.
“Entendemos que estamos en una crisis de legitimidad de las autoridades de Gobierno y de una sociedad muy dividida. Estamos convencidas de que debe impulsarse una negociación efectiva, no se trata solo de conversación de café, sino que haya posibilidades de incluir a la mesa, elementos como la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el endeudamiento” señaló Hidalgo.
El pronunciamiento incluye también que la agenda legislativa sea parte del debate, sobre todo aquellos proyectos que afectan programas sociales como salud, educación, cultura y recursos naturales, pues consideran inaceptable arrancar un proceso de diálogo y que de forma paralela se impulsen y tomen decisiones que profundizarán la crisis.
Para Hidalgo este diálogo social no puede reducirse al tema fiscal, sino que se debe establecerse una negociación del direccionamiento de la inversión hacia la reducción de brechas de desigualdad, pobreza y exclusión, mediante la redistribución de la riqueza. Y definitivamente el diálogo deberá ser vinculante, es decir que se abra el espacio no sol para intercambiar opiniones, sin para alcanzar una verdadera negociación.
Desde su perspectiva, uno de los puntos que ha hecho fracasar otros intentos de diálogo es que no había suficiente representatividad; por ello se requiere una mayor amplitud de sectores, así como la paridad de género, entendiendo que las mujeres no son un sector, sino que están presentes en todos los ámbitos de la sociedad.
“Somos activas y propositivas en la ciencia, agricultura, cultura, empresa privada, academia y demás espacios, de allí que urge la paridad para integrar la voz de las mujeres; quienes han sido uno de los grupos más golpeados, en los niveles pobreza, desempleo, sobrecarga de labores domésticas y laborales, producto del teletrabajo y las clases virtuales”, señaló.
Recordó la experta, que las mujeres también tienen una fuerte afectación por los recortes de programas sociales que están vinculados con el sostén de sus vidas, como la Red de Cuido, comedores escolares, entre otros.
Desde la organización Mujeres en Acción han presentado una serie de propuestas dirigidas a encontrar soluciones al tema fiscal y social que enfrenta el país, las cuales incluyen la disminución de brechas de desigualdad, evasión o elusión, algo que no se habla en el acuerdo con el FMI.