País Venados en la playa, un saíno en la calle y tres manatíes en Limón

Los animales salen mientras las personas se quedan en casa durante pandemia de COVID-19

La fauna silvestre siempre está cerca, aunque no la veamos. En estos días, ante las medidas tomadas por la pandemia, algunos animales se han dejado ver en sitios frecuentados por humanos.

En un país como Costa Rica, donde el 54,2% del territorio está cubierto por árboles, se espera que la fauna silvestre esté cerca e incursione ocasionalmente en sitios frecuentados por el ser humano.

Ese es el caso de tres avistamientos de animales silvestres que ocurrieron en las últimas semanas. Se trata de tres manatíes, por naturaleza tímidos, que se dejaron ver en el centro de Limón, un saíno caminando por una de las calles de La Fortuna de San Carlos y un venado que aprovechó la ausencia de turistas durante el día para acercarse a la playa pública aledaña al Parque Nacional Manuel Antonio.

“No todo se debe a las medidas por COVID-19, pero en algunos casos estas sí deben estar favoreciendo el movimiento de algunos animales”, comentó Grace Wong, directora del Instituto Internacional en Conservación y Manejo de Vida Silvestre (Icomvis) de la Universidad Nacional (UNA).

Wong se refiere a una serie de medidas promovidas por el Gobierno para contener la pandemia por COVID-19, las cuales se enfocan en el distanciamiento social entre personas, ya que el virus SARS-Cov2 se transmite a través de las gotículas respiratorias.

Por esa razón, desde el 11 de marzo se aprobó una directriz sobre teletrabajo. Se cancelaron actividades masivas como conciertos, espectáculos y partidos de fútbol. Se disminuyó el aforo de restaurantes, cafeterías, supermercados y farmacias. También se suspendió la visitación a parques nacionales y sitios de recreación municipales. Asimismo, se promulgó una restricción vehicular mucho más estricta.

En otras palabras, ahora las personas permanecen más dentro de sus casas, las calles están más vacías, hay menos ruido en el ambiente y esto es aprovechado por algunas especies de animales para salir a explorar.

“Hay animales que sí pueden lanzarse a explorar un poco más y, ante las medidas que restringen el movimiento del ser humano, ellos perciben que hay menos ruido y menos actividad, entonces perciben que no hay tanta amenaza como antes y tratan de explorar un poco más en busca de alimento y diversos recursos”, explicó Wong.

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Según la bióloga especializada en interacciones entre personas y fauna, esto puede darse más en sitios cercanos a áreas silvestres protegidas como parques nacionales, refugios de vida silvestre, zonas de protección y reservas, entre otras.

En áreas más urbanas, los animales más probables de observar son mapaches, que se mueven por los ríos y son muy adaptables. También pizotes y zorros grises. Lamentablemente estos últimos han sido víctima de atropellos, ya que -ante la presencia de menos carros- algunos conductores incrementan la velocidad causando accidentes.

Para Wong, al percatarse de estas incursiones de la fauna silvestre a entornos humanos, la gente suele reaccionar por lástima o temor. Ambas conductas pueden ser riesgosas.

Si se reacciona por lástima, se puede presentar una situación en que las personas empiecen a alimentar a los animales. “Y por ahí empiezan los conflictos”, destacó la bióloga, quien agregó: “Si la gente le ofrece alimento, el animal se va a acostumbrar a tenerlo y no va a querer irse. En determinado momento puede agarrar confianza e incluso exigir el recurso, entonces ahí es cuando empiezan los problemas”.

Esta situación se da, sobre todo, con mapaches y pizotes. Por esa razón, se recomienda hacer una adecuada disposición de los residuos, procurar almacenarlos en basureros con una tapa difícil de abrir. También se sugiere no dejar la comida de las mascotas afuera.

 

Asimismo, se aconseja mantener a los animales domésticos en reguardo, tanto mascotas (para evitar enfrentamientos entre perros y mapaches, por ejemplo), como animales de granja (para evitar dejar presas fáciles).

La otra reacción riesgosa es el temor, ya que si la persona siente una amenaza en el animal, puede confrontarlo y lastimarse en el proceso, y también podría matarlo.

“Lo más probable es que el animal esté de paso y si no encuentra razón para quedarse, como recursos alimenticios de fácil acceso, se irá en poco tiempo”, indicó Wong.

Siempre evite el contacto, no se acerque, tampoco lo estrese con la toma de fotografías y, mucho menos, selfies. No lo acorrale.

Reporte el caso al Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), Bomberos o Fuerza Pública.

“Aquí, lo importante de entender es que la presencia de animales silvestres indica que hay una buena salud en el ecosistema”, manifestó Rónald Mora, encargado del Programa de Vida Silvestre de la subregión Heredia del Área de Conservación Central (ACC).

“Los problemas con la vida silvestre vienen cuando los animales ven presas muy fáciles, porque las personas no resguardan sus gallinas o el ganado, pero para eso estamos nosotros, para buscar soluciones de manejo”, continuó Mora.

Para el encargado de vida silvestre, lo importante es aprender a convivir, ser buenos vecinos y disfrutar de la biodiversidad porque esta es un indicador de buena salud ambiental.

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