Edna Camacho, ministra coordinadora del Área Económica, aceptó ser parte del gobierno de Unidad del presidente Carlos Alvarado con el acuerdo de trabajar en una agenda compartida y enfocada en la búsqueda de estabilidad económica.
El cargo se lo ofreció el presidente, Carlos Alvarado, de cara a la segunda ronda electoral, pues durante la primera ronda de elecciones fue la candidata a la vicepresidencia del actual ministro de Presidencia, Rodolfo Piza, con el partido Unidad Social Cristiana (PUSC).
Camacho, quien es licenciada en economía por la Universidad de Costa Rica y tiene una Maestría en la misma disciplina por la Universidad Estatal de Ohio, EE.UU., anunció el pasado 16 de mayo que dejaría el gabinete para asumir como la representante de Costa Rica ante Banco Interamericano de Desarrollo Humano (BID), con sede en Washington, a partir del próximo 1 julio.
Una vez que se concrete el nombramiento de la jerarca ante el BID, la coordinación del equipo económico la ocupará la ministra de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplan), Pilar Garrido, mientras que el ministro de Enlace con el Sector Económico, André Garnier, se hará cargo de los temas de reactivación económica.
La ministra saliente respondió a nuestras preguntas sobre la experiencia de participar en un gobierno de “unidad nacional”, la reactivación económica esperada, el papel de los “eurobonos” y los problemas estructurales que incentivan el desempleo.
¿Ha sido difícil ejercer su cargo en una fórmula de gobierno “de unidad nacional”?
-Las dificultades del cargo son producto de algo que es usual cuando se promueven reformas importantes. Me refiero a las resistencias de grupos de interés, así como a la dinámica de las distintas fuerzas en la Asamblea Legislativa.
A esto le agregaría el pesimismo y desconfianza prevalecientes en la sociedad en general. No son dificultades atribuibles al gobierno de unidad nacional.
¿Qué beneficios ha traído esta fórmula para el país? ¿Piensa que debe repetirse?
-Los acuerdos políticos son cada vez más necesarios en el país dada la enorme fragmentación del sistema de partidos. Cualquier fórmula que busque estos acuerdos es beneficiosa para el país.
En particular, la fórmula de gobierno de unidad nacional ha permitido traer un balance que el país parece requerir frente a una gran polarización de la población en diversos temas y ha contribuido a tranquilizar -al menos relativamente- los ánimos de distintos grupos.
El país y los partidos políticos, en particular, podrían valorar esta y otras fórmulas para gobernar en el futuro teniendo como meta el desarrollo económico y social del país, así como el fortalecimiento de la democracia.
Si en la Asamblea Legislativa solo se aprobara una parte de los “eurobonos”, ¿cómo repercutiría esto en la reactivación de la economía?
-El grado de reactivación depende de cuánto se logre impactar las tasas de interés con la colocación de los eurobonos.
A manera de ilustración, en el Programa Macroeconómico presentado por el Banco Central se estimó que en el 2019 la economía crecería 1 punto porcentual menos (2,1 en vez de 3,1 por ciento) si no se colocan los $1500 millones de eurobonos.
Si se coloca esa parte de los eurobonos, se logra ese mayor crecimiento, pero la reducción en las tasas de interés y su impacto en el crecimiento podría ser mayor si la autorización fuera por el monto propuesto en varios años, pues los inversionistas -locales e internacionales- verían menor riesgo en invertir en bonos del Gobierno.
Además del problema del déficit fiscal hay otros que aletargan la reactivación, como la inestabilidad internacional por “guerras comerciales” o por crisis políticas. ¿Es posible que a pesar de los factores externos la economía nacional pueda crecer más? ¿Cuánto se puede esperar, suponiendo que internamente se dieran los pasos necesarios?
-En efecto, el entorno internacional es determinante -para bien o para mal- en el desempeño económico del país, pero también es cierto que hay muchas políticas y medidas internas que pueden contribuir a un mayor crecimiento de la producción.
Entre otros, hay varios factores que pueden impulsar ese crecimiento: (a) la autorización para el financiamiento externo reduciría la presión del Gobierno en el mercado financiero local y en las tasas de interés, (b) mayor inversión pública, (c) reducir y/o eliminar trámites engorrosos que hoy dificultan la inversión privada, (d) mayor competencia y eficiencia del sistema financiero, pues también contribuiría a bajar las tasas de interés de los préstamos, (e) un sistema educativo más alineado con las necesidades del mercado laboral pues permitiría a las empresas crecer y a la fuerza laboral, encontrar empleo.
En particular, el Programa Macroeconómico presentado en enero por el Banco Central estima un mayor crecimiento en el 2019 y 2020 producto de medidas de corto plazo como el financiamiento externo de la deuda del Gobierno y el impulso a la inversión pública, entre otros.
Si bien se detuvo la pérdida de confianza en la economía costarricense que estaba motivada por la crisis fiscal, ahora existe otro tipo de incertidumbre debida al impacto que tendrá la aplicación del IVA sobre todo para los negocios más pequeños y para los hogares menos pudientes. ¿Cómo estima que la aplicación de este impuesto afecte la reactivación de la economía?
-El Banco Central estimó en el Programa Macroeconómico que el ajuste fiscal tendrá un impacto de -0,11 y -0,03 en el crecimiento económico durante el 2019 y 2020, respectivamente.
En cuanto al problema del alto desempleo, hay factores importantes que influyen como el cambio demográfico, la baja escolaridad de la población y el cambio tecnológico. ¿Es realista esperar una reducción importante del desempleo en el corto o mediano plazo?
-El alto desempleo está asociado a causas coyunturales y estructurales. El problema fiscal y sus efectos en la disponibilidad de crédito, las tasas de interés, la incertidumbre y la baja calidad del gasto son causas coyunturales cuya rápida solución contribuye a un menor desempleo en el corto plazo.
Los problemas estructurales, en contraposición, requieren soluciones más complejas y su impacto sobre el desempleo es de mediano plazo. Me refiero, por ejemplo, a la falta de pertinencia y débil calidad de la educación, el alto costo relativo del recurso humano poco calificado, las debilidades del sistema financiero, la ineficiente gestión pública, la complejidad de regulaciones y trámites, entre otros.
Estos problemas requieren soluciones de mayor plazo para impactar el crecimiento y la creación de mayores fuentes de empleo.
A partir de su experiencia en este gobierno y pensando en las teorías y modelos económicos, ¿se considera más ortodoxa o más pragmática?
-No soy propensa a etiquetar. Le puedo responder que valoro los problemas y las posibles soluciones con base en la observación de la realidad y los datos disponibles, en los análisis de las mismas circunstancias de otros países y en buenas prácticas que han funcionado en nuestro propio país, así como en otros.
¿Cómo describiría el actual modelo costarricense?
-En Costa Rica conviven políticas públicas de diferentes modelos o visiones de desarrollo. En particular, conviven políticas de mercado con políticas de intervención del Estado, con distintos niveles de intensidad en diversos sectores.
¿Ha sostenido reuniones con los empresarios para la transición del cargo y cuáles han sido las inquietudes que ellos le han manifestado?
-Interactúo regularmente con distintos grupos, incluido el sector empresarial y su mayor preocupación es la reactivación económica.
Algunas cámaras han hecho planteamientos constructivos que, en algunos casos, refuerzan lo que hemos venido haciendo en el Gobierno; y, en otros, requieren una valoración y así lo haremos tanto yo como quienes me sustituyen en mis funciones.