Costa Rica es mencionada en el último informe de la Cepal como un país destacado en las medidas para ayudar económicamente a la gente mediante el Bono Proteger. ¿Qué es lo novedoso de este bono tanto para nuestro país como para América Latina y el Caribe?
—En el informe de la Cepal “El desafío social en tiempos del COVID-19” se señala que, al 11 de abril, 14 países habían implementado transferencias monetarias para mitigar la caída de los ingresos de los trabajadores informales, así como de otros trabajadores vulnerables. La Cepal considera este mecanismo como “una innovación en la protección social de la región” y pone como ejemplo el Bono Proteger de Costa Rica.
En términos generales, según mi opinión, lo más novedoso de estos programas recién implementados es la población específica a la que van dirigidos, que incluye concretamente a los trabajadores informales y otros trabajadores afectados. Vale destacar también la rapidez con que estos programas han sido diseñados y puestos en marcha.
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Para el caso de Costa Rica, resalta el informe de la Cepal, el monto de la ayuda mensual (equivalente a $200) y el número de meses por el que se otorga el beneficio (tres meses), lo que lo convierte en el monto total más elevado entre todos los países considerados.
Es igualmente importante la amplia gama de población a atender, como lo establece el decreto de creación del bono, según orden de prioridad: despedido; contrato laboral suspendido; informal; independiente; jornada laboral reducida en más de un 50%; y jornada laboral reducida en un 50% o menos.
¿Qué opina del sistema de información desarrollado a propósito de entregar este bono? ¿Complementará a futuro los sistemas para abordar otros problemas sociales como la pobreza?
—Me parece que es un sistema bien diseñado para atender la emergencia y que proporcionará una experiencia importante en lo que se refiere a la aplicación digital a los programas sociales selectivos, así como la utilización de las declaraciones juradas, pero no considero que llegue a ser complementario a los sistemas que están en proceso de consolidación.
A partir de su experiencia como investigador de estos problemas, ¿tiene alguna proyección sobre el impacto social que tendrá esta pandemia y el tiempo que puede tomar alcanzar los niveles prepandemia?
—No tengo proyecciones propias. En todo caso, las proyecciones hasta ahora publicadas del impacto en la producción, ingresos, empleo y pobreza (Banco Central de Costa Rica, Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica y otras organizaciones) son bastante coincidentes entre sí en la magnitud del impacto de la pandemia: caídas en la producción, el empleo, los ingresos y aumentos en la pobreza y la desigualdad.
Si bien esas proyecciones parten de que la peor parte de la crisis abarcará unos pocos meses, lamentablemente, el día a día va demostrando que podrían ser más meses de los inicialmente previstos.
