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Las mujeres realizan el 76,2% de todo el trabajo de cuidado no remunerado en el mundo

La 112° Conferencia Internacional del Trabajo reafirmó que el empleo remunerado y no remunerado del cuidado no es una mercancía y que es responsabilidad de los Estados proveer soluciones.

Es bien conocido que la responsabilidad del cuidado no remunerado recae sobre los hombros de las mujeres, pero conocer la magnitud da una mirada distinta, ya que el 76,2% de todo el trabajo del cuido a nivel mundial es responsabilidad femenina, según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Esto significa que unas 606 millones de mujeres en edad en edad de trabajar, el 21,7% realiza trabajos de cuidado no remunerados a tiempo completo, frente a solamente 41 millones de hombres, y cuando se piensa en alcanzar una equiparación de tiempo dedicado a estas tareas de cuido, se calcula que la brecha no cerrará hasta el año 2228, de no impulsarse medidas que cambien los patrones.

Para el caso de América Latina, las mujeres dedican entre 6,3 y 29,5 horas semanales más que los hombres a realizar trabajos de cuidado no remunerados revelan datos de la CEPAL, es decir unas 8.417 millones de horas semanales dedicadas al trabajo de cuidado no remunerado para la familia.

La estimación es que serían necesarios unos 199 millones de puestos de trabajo a tiempo completo para cubrir el trabajo no remunerado que se realiza en los hogares en el mundo, con cifras al 2022, y pese a que los hombres han empezado lentamente a asumir mayores responsabilidades en los cuidados queda mucho camino por recorrer.

Precisamente, uno de los principales temas que fueron discutidos en la más reciente Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) fue la economía del cuidado, donde hubo discusiones encontradas entre el sector empleador y trabajadores, y con una participación de los gobiernos poco proactiva.

Como conclusiones de la Comisión sobre el trabajo decente y la economía de los cuidados se estableció que era urgente avanzar hacia un plan de acción en esta materia y que es necesario aplicar políticas y sistemas de cuidados integrados que impulsen el trabajo decente y la igualdad de género, para acabar con la subvaloración de quienes se dedican a estas labores.

La Federación Sindical Internacional de Servicios Públicos, de la mano con todas las organizaciones sindicales del mundo que participaron en la CIT, se mantuvo firme en buscar el reconocimiento de la responsabilidad de los Estados en la prestación del cuidado y que el trabajo del cuidado no es una mercancía.

Señalaron que era positivo lograr el reconocimiento por parte de la OIT de que el trabajo en la economía del cuidado -como en todas partes- no es una mercancía, pero enfatizaron en que no se puede dejar de ver como una responsabilidad pública, donde el Estado sea el principal proveedor de servicios del cuidado, a fin de garantizar una atención de calidad y un trabajo decente para todas las personas cuidadoras y que no se convierta en instrumento de lucro de asociaciones público-privadas.

La Comisión Internacional también declaró que una economía del cuidado que funciona bien y es robusta juega un papel crítico en la construcción de resiliencia ante crisis, así como en el desarrollo social y económico, y reafirmó el papel de liderazgo global de la OIT en el avance del trabajo decente en el sector a nivel global, regional y nacional.

La OIT entiende por economía del cuidado realidades diversas, como las del cuidado infantil, de personas mayores, de personas con necesidades especiales de larga duración, tareas domésticas, educación, atención de la salud, entre otras.

Según el informe “El trabajo decente y la economía del cuidado” el conjunto de los trabajos de cuidados, remunerados y no remunerados, representa casi el 18% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial; siendo que el trabajo remunerado en los cuidados es el 8,7% del PIB; y el no remunerado el 9%.

 

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