País

Las misteriosas y contrastantes salidas de dos ministras de Rodrigo Chaves

La periodista Navarro en Comunicación y la empresaria Bonilla en Agricultura son las primeras bajas del equipo de ministros, al cumplirse cuatro meses, sin que ellas ni el presidente hayan explicado los motivos. Cada una, sin embargo, tiene su propia historia.

¿Por qué fue despedida Patricia Navarro como ministra de Comunicación, un área vital en el gobierno de Rodrigo Chaves? No se dijo. ¿Y cuáles motivos personales (y urgentes) provocaron una semana después la renuncia de efectos inmediatos de la ministra de Agricultura y Ganadería, Laura Bonilla? Tampoco se conoce más que el comunicado de la Presidencia y el reemplazo ese mismo día.

Navarro y Bonilla tenían un peso político distinto y un estilo muy diferente entre ellas, estaban a cargo de sectores muy distantes, pero la opacidad e inmediatez en su salida se convirtió en un punto en común entre ambas, las únicas dos bajas del equipo de ministros que el 8 de mayo comenzaron en el Gobierno con Rodrigo Chaves, aunque son 13 los nombramientos de otros cargos menores que él hizo y ahora no están.

Navarro fue la primera baja, el viernes 2 de septiembre, cuando la Presidencia comunicó que fue despedida y no dio las razones. Después, ella atendió a este Semanario y a otros medios, pero tampoco aclaró cuáles fueron los motivos de su salida, después de casi cuatro meses de tener la responsabilidad formal del área de comunicación, marcados por los enfrentamientos con la prensa y por una apuesta de mensajes, mediante redes sociales, centrados en la figura específica del presidente Chaves.

Encontronazos con la prensa, informaciones sobre un aparente acoso laboral o probables diferencias en asuntos de fondo estuvieron entre las sospechas de la destitución de Navarro, pero nada se confirmó ese día ni después. Incluso el 12 de septiembre, cuando un periodista le consultó las razones, dijo que no tenía que agregar más a lo que decían los comunicados, esos donde no se dieron los motivos. Esta respuesta valía para Navarro, pero también para Bonilla, quien un semana después no reportó más que “motivos personales” para su renuncia irrevocable e inmediata.

Bonilla, sin embargo, fue hasta mayo presidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco), empresaria aventajada del sector agrícola con sus fincas en la zona norte y vocera en movimientos de patronales. Su designación en el Gobierno había causado asombro en sectores afines y adversos, pero en los inicios de la administración tuvo espacios de notoriedad y los sectores fueron acostumbrándose a ver a la ministra Bonilla, aunque no todos se sentían satisfechos.

Un día antes de su renuncia, hubo una noticia que ahora se puede ver como preparatoria. Fue la renuncia del viceministro Édgar Mata, quien presentó una carta de renuncia en la que deslizó discrepancias con el estilo de liderazgo de Bonilla, dijo que no comprendía su forma de gerenciar ni la manera en que estaba atendiendo las necesidades de las personas productoras, “razón de ser de este Ministerio”.

La renuncia de Mata no provocó reacciones públicas ni explicaciones, más que la salida de la propia jerarca Bonilla solo unas horas después. Un miembro de Cadexco consultado por este Semanario dijo que no se sentía sorprendido, que había “bastantes inquietudes”, sin especificar si se relacionan con decisión de empresas piñeras de retirarse de la Cámara después de señalar intervención “política” en la designación de la nueva presidenta, Sianny Villalobos.

Luego tampoco hubo más explicaciones de Presidencia. Ni siquiera cuando la prensa las pidió. “Las razones las pasamos en un comunicado de prensa; no tengo ningún comentario adicional. La señora ministra puso su renuncia y la reemplazamos inmediatamente con Julio Carvajal”, dijo, refiriéndose al sustituto, procedente del cargo de presidente del Consejo Nacional de la Producción (CNP), figura de confianza de Chaves, a quien acompañó en su fugaz paso por el Ministerio de Hacienda, en el primer semestre del 2020.

La persona sustituta de Navarro, en cambio, ni se menciona aún y tampoco es seguro que ocurra. “No tengo planeado qué hacer. Ese es un ministerio sin cartera y ni hay obligación legal de tener ministro o ministra de Comunicaciones. Estoy meditando cuál es la mejor manera de utilizar esos recursos”, dijo perpetuando la incógnita sobre el puesto que se supone lidera la estrategia de comunicación alrededor del mandatario.

La presencia de Navarro era prescindible, deja claro Chaves. En diez días transcurridos desde su despido, no parece haber líneas de acción diferentes en los mensajes de Presidencia y del Gobierno, con espacios limitados de atención de preguntas de periodistas, tiempos inusualmente largos para atender solicitudes de información pública y con la figura de Chaves como centro de la comunicación, apoyado en frecuentes anuncios de interés mediático.

En el MAG sí podría haber cambios, o al menos eso espera Rigoberto Vega, presidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria. “Sí nos tomó con cierta sorpresa, pero ella (Bonilla) tendrá sus razones (…) Es importante reforzar espacios de diálogo y esperemos que con Carvajal sí podamos hacerlo. Queda un gobierno completo por delante; las cosas pueden y deben mejorar mucho”, dijo a UNIVERSIDAD.

“Esperamos, de don Víctor, que defienda las posiciones del sector. Antes no habíamos profundizado en el diálogo que sí esperamos ocurra ahora con don Víctor. Desde la Alianza Nacional Agropecuaria, queremos una audiencia con el nuevo ministro, algo que no tuvimos con doña Laura”, añadió Vega.

Desde la Cadexco, el mensaje es de continuidad y aceptación de sus razones, las que fueran: “agradecemos la gestión de la ministra Laura Bonilla durante este período, frente a un sector como el agropecuario, un sector clave para la oferta exportable del país;  desconocemos sus razones personales y les deseamos éxitos en adelante”.

Para la politólogo Eugenia Aguirre, del Observatorio de la Política Nacional (OPNA) en la Universidad de Costa Rica, la marcha de Navarro y Bonilla puede reforzar la idea de un mandatario con autoridad y ejecutividad, máxime tratándose ambas de personas con quienes Chaves no tenían ningún vínculo previo a la integración del equipo de gobierno.

“El presidente tiene un capital político que no parece dispuesto a ponerlo en riesgo, aunque cada sector puede ofrecer dinámicas y circunstancias que lo exponen a ello”, comentó Aguirre, sin dejar de señalar ambos relevos como unos de los más prematuros en los últimos gobiernos.

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