País Informe de la Cepal

La migración entre países de América Latina se intensifica

Costa Rica siguió siendo el mayor receptor de personas nacidas en el exterior respecto del total de la población nacional, tanto en la década de 2000 como en la de 2010.

En América Latina se han intensificado las migraciones intrarregionales, pues han pasado de un 24% del total de los migrantes en 1970 al 63% en 2010.

Esta es una de las conclusiones a las que arriba el estudio “Migración internacional 2018”, elaborado por el Observatorio Demográfico de América Latina y el Caribe, de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).

El estudio también encontró que desde mediados de la década del 2000 disminuyeron los flujos de personas migrantes hacia los principales destinos fuera de la región, como ocurrió con la emigración mexicana y con la sudamericana hacia España.

Sin embargo, afirma que esos cambios “parecen reflejar una tendencia coyuntural del breve periodo que se han observado”, pues, con posterioridad, se percibe la recuperación de la emigración mexicana y centroamericana hacia los Estados Unidos.

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La investigación analizó los censos realizados en América Latina en los años 2000 y 2010 –pero incluyó también el censo más reciente, realizado en Chile en el 2017 (ver el recuadro: “La migración de Haití y Venezuela en el censo chileno de 2017-, con el fin de observar los cambios y las continuidades en los patrones migratorios, las características de las personas migrantes (su composición por edad y sexo, años de estudio y condición de actividad, entre otras), y en identificar especificidades subregionales y nacionales, en particular sobre la migración entre países fronterizos y la que está emergiendo como novedad.

Una de estas novedades es que, si bien se mantiene la emigración desde algunos países tradicionalmente emisores, ahora se registran nuevos destinos, como la llegada de haitianos a América del Sur y la emigración venezolana reciente, “que representan una situación nueva para los países”.

Otro hallazgo es que en América Latina el peso de la población inmigrante respecto de la población total no llega a superar el 10%. De los países, Costa Rica siguió siendo el mayor receptor de personas nacidas en el exterior respecto del total de la población del país tanto en la década de 2000 como en la de 2010.

Por otro lado, Bolivia, Chile, Costa Rica y Honduras registraron una disminución del peso relativo de los inmigrantes de los países ubicados en sus fronteras.

Además, Chile, República Dominicana y Panamá son los países que presentaron un mayor incremento del peso de la población inmigrante entre los dos últimos censos, seguidos de Argentina, el Ecuador y México.

Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Honduras, México, Panamá y República Dominicana mostraron un aumento del peso de los inmigrantes recientes (la población que cinco años antes residía en otro país) en relación con el total de la población censada; Costa Rica y la República Bolivariana de Venezuela presentaron una disminución; y en los demás países no se evidenciaron cambios importantes.

En cuanto a la migración de México y Centroamérica hacia a los Estados Unidos, el documento sostiene que, “tras la crisis económica -y posiblemente debido también a factores de endurecimiento de las normativas- la población de los países del Triángulo del Norte Centroamericano residente en los Estados Unidos se redujo casi un 6% entre enero de 2007 y abril de 2009, según los datos de la American Community Survey (ACS) de la Oficina del Censo de los Estados Unidos (2016)”.

Pero, “desde entonces, la migración ha retomado su senda de crecimiento sostenido, de tal modo que hasta junio de 2017, la población de esa zona de Centroamérica residente en ese país había crecido más de un 35% acumulado”.

En cuanto a migración entre países fronterizos destacan México y Paraguay, pues el aumento de inmigrantes procedentes de sus vecinos fue de los más elevados en los dos años considerados, “de alrededor del 80% del total de residentes nacidos en otro país”. A México le sigue Colombia, “que presentó el mayor incremento del peso de los inmigrantes transfronterizos entre los dos censos disponibles”.

Los datos de la década de 2000 también muestran un predominio de mujeres inmigrantes transfronterizas (cerca de 105 mujeres por cada 100 hombres) en 7 de los 17 países cuya información fue estudiada, pero Argentina, Chile y Honduras registraron bajos índices de migración femenina.

Con respecto a las personas que se convirtieron en inmigrantes recientemente, en contraste con los inmigrantes de toda la vida, los datos “ponen en evidencia un cambio importante en el sentido de que el predominio femenino ya no es evidente, sino que más bien se puede decir que el predominio es masculino”.

Además, “en la gran mayoría de los países receptores, los inmigrantes transfronterizos de toda la vida presentan una estructura etaria altamente concentrada en las edades laborales (de 15 a 64 años), lo que se verifica también en el caso del censo de Chile de 2017”, dice el documento.

En la mayoría de los países, más del 60% de las personas migrantes transfronterizas de 15 años y más son económicamente activas, independientemente de que se trate de migración de toda la vida o reciente.

Además, con la excepción de Honduras, la escolaridad de estos migrantes va en aumento, pero cabe resaltar que en Costa Rica, Honduras y Venezuela las personas migrantes que cuentan con un nivel de escolaridad menor a 9 años de estudio representan menos del 50% del total de los migrantes transfronterizos de 15 años y más.

El informe resalta el carácter dinámico de los procesos migratorios y recuerda que la migración intrarregional “puede ofrecer oportunidades para enfrentar situaciones de irregularidad, trata de personas y flujos migratorios mezclados”, por lo que deben mejorarse los esfuerzos gubernamentales para su abordaje adecuado.

En este mismo sentido, la investigadora del fenómeno, María José Chaves, del Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM), de la UCR, consideró que, también en el caso de nuestro país, “existen muy pocas alternativas para que las mujeres migrantes puedan acceder a un permiso de trabajo que no sea en el trabajo doméstico. En términos laborales tampoco consiguen proteger adecuadamente esta labor; por ejemplo, no se pueden hacer inspecciones laborales en el lugar de trabajo y esta ocupación mantiene un salario establecido por debajo del salario mínimo”.

Ella también recalcó que la inmigración enriquece a los países. (Ver: “Costa Rica no es una burbuja”).


La migración de Haití y Venezuela en el censo chileno de 2017

El censo realizado en Chile, en 2017, es el más reciente de América Latina. Del poco más de 746.000 personas nacidas en el exterior que vivían en ese país, más de 57.000 provenían de Haití, de las cuales casi el 99% llegó a Chile después de 2009 y el 73% lo hizo entre 2016 y abril de 2017 (momento del censo).

Casi 80.000 personas provenían de la República Bolivariana de Venezuela, de las cuales el 93% llegó a Chile después de 2009 y el 71% entre 2016 y abril de 2017.

En estos nuevos flujos migratorios prevaleció la migración masculina respecto de la femenina, sobre todo entre los nacidos en Haití (casi 53 mujeres por cada 100 hombres). Entre las personas venezolanas fueron 95 mujeres por cada 100 hombres.

Si se consideran las cifras de personas censadas en Chile y nacidas en Haití y en la República Bolivariana de Venezuela en los últimos cinco censos, Chile es uno de los nuevos destinos en la región para esas personas emigrantes.

Fuente: “Migración internacional 2018”, Cepal.


 

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