La pobreza disminuyó en América Latina gracias a una todavía insuficiente mejora de la formalidad en el mercado de trabajo, una mayor capacidad de los sindicatos para defender los derechos laborales y un aumento en la afiliación a los sistemas de pensiones.
Esta es la principal conclusión del estudio “Panorama Social de América Latina 2017”, de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), el cual, sin embargo, advierte sobre la vulnerabilidad en la que todavía se encuentran estos avances (puede consultarse aquí:
http://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/42716/4/S1800002_es.pdf
La investigación, que se realiza sobre una base anual, buscó responder a preguntas sobre tres grandes temas en cuanto a cada país de la región: la desigualdad de ingresos de las personas y los hogares, la evolución de la pobreza y sus determinantes, y los efectos de los sistemas de pensiones en la igualdad y su relación con la dinámica del mercado laboral.
Así, se verificó que la desigualdad de ingresos disminuyó en América Latina entre 2002 y 2016, pero también que el ritmo de esa reducción se volvió más lento en los últimos años. En el caso de Costa Rica, esto repercutió también en una disminución de la pobreza, con la mejor eficiencia lograda por el programa “Estrategia Puente al Desarrollo” (ver: “Los hogares más pobres tienen mayor número de integrantes”).
La baja en la desigualdad se dio porque aumentaron los ingresos en los quintiles de menores recursos en comparación con los quintiles de mayores recursos. Lo anterior se debió a la mejora relativa de los indicadores del mercado de trabajo y también tuvo un efecto en el mayor acceso a los sistemas de pensiones.
“En el periodo comprendido entre 2002 y 2015 se registraron importantes avances en el aumento de la afiliación y la cotización de los sistemas de pensiones, impulsados en buena medida por la disminución del desempleo y el aumento del número y la proporción de trabajadores asalariados sobre el total de la ocupación, así como de las tasas de formalización del empleo. Esta tendencia está especialmente acentuada en el caso de las mujeres”, dice el documento.
Además, resalta que las medidas tomadas por algunos Estados para fomentar la incorporación voluntaria de los trabajadores independientes a los sistemas de pensiones resultaron exitosas.
Aun así, afirma que “se siguen apreciando brechas considerables que afectan a las mujeres, a las personas que pertenecen a los grupos de menores ingresos, las que habitan en zonas rurales, tienen un menor nivel educativo y trabajan en sectores de baja productividad”.
Entre las recomendaciones que plantea la Cepal para mejorar las pensiones se encuentran la necesidad de mejorar las condiciones laborales, especialmente en cuanto a “la posibilidad de construir trayectorias laborales más estables y con menores interrupciones, así como incrementar las remuneraciones”.
Advierte que “de no mediar mecanismos solidarios (contributivos o no contributivos) para compensar las significativas diferencias en las capacidades contributivas de los trabajadores y las trabajadoras, las grandes desigualdades que se generan en el mercado de trabajo se amplificarán en la última etapa del ciclo de vida”, en un contexto de envejecimiento de la población.
“Es crucial seguir avanzando para ampliar la base contributiva de los sistemas de pensiones, promoviendo el aumento de los niveles de participación y ocupación —en especial de las mujeres— de formalización del empleo y de los salarios”, enfatiza.
Además, llama a “fortalecer políticas laborales inclusivas articuladas con las de seguridad social, que apunten al incremento de la formalización, al diálogo social, al fortalecimiento de la organización sindical y de la negociación colectiva para aumentar los ingresos laborales, mejorar las condiciones de trabajo y la protección en el empleo”.
Finalmente, la Cepal considera “central” la necesidad de fortalecer los mecanismos de fiscalización y las instituciones, con el fin de evitar la evasión y la elusión en el pago de las cotizaciones, y pide eliminar los mecanismos que generan discriminación en los sistemas de pensiones “especialmente, avanzar en la igualdad de género”; esto es, para que las mujeres latinoamericanas tengan las mismas oportunidades que los hombres para acceder a los sistemas de pensiones.
