País Natalia Morales, del Programa Estado de la Nación:

La CCSS no puede seguirse financiando solo de cotizaciones laborales

El empleo informal y el envejecimiento de la población expresan la necesidad de adaptarse a los cambios en el mercado laboral, afirma.

Para el año 2021 la pobreza no cedió, la desigualdad vio un incremento, mientras el gasto social se estancó. Estas son parte de las preocupaciones que deja el último informe del Programa Estado de la Nación, sobre cuyos resultados en el campo social conversamos con la investigadora Natalia Morales.

En el 2019, según la Cepal, Costa Rica tenía el gasto social más alto de la región. Pero, teniendo un número importante de instituciones, programas y funcionariado al servicio del combate contra la pobreza, esta no baja de un 21% desde hace años. ¿Qué falla?

ーSi se mide la pobreza por insuficiencia de ingresos, esta es la que se ha estancado. Más bien, se incrementó en el contexto de la pandemia y está muy directamente relacionada con el tema del empleo y el ingreso de los hogares.

Ante los problemas que está enfrentando el mercado de trabajo para ofrecer suficientes oportunidades de calidad, eso ha implicado una desmejora en la calidad de esos empleos, una inestabilidad en los ingresos de los hogares y por más que se destine ayuda social o política social de combate a la pobreza, si no se actúa sobre buena parte de las causas, esto es, sobre la generación de ingresos para la población no calificada, para la población fuera del Valle Central, para las mujeres, difícilmente la pobreza por insuficiencia de ingresos se va a lograr reducir.

La Encuesta de Hogares (EH) del 2022 indica que la pobreza multidimensional sí tuvo una reducción importante. Y en esta es donde se puede ver más directamente el efecto de los programas sociales. Pero este año no lo analizamos en el Informe. Eso queda para el próximo.

Entonces, como insuficiencia de ingresos, la pobreza no se ha reducido, especialmente afectada por los problemas de ingreso y de una estructura productiva que es dual: tiene un motor muy dinámico para las personas que son calificadas y se insertan en actividades más vinculadas con el sector externo, el sector exportador y zonas francas; versus el resto de la economía, que enfrenta mayores problemas, sobre todo en la industria más para el mercado interno o los sectores más tradicionales como comercio y agricultura.

Natalia Morales del Estado de la Nación: “Es muy importante tomar en cuenta las limitaciones que tienen estas fuentes de información”. (Foto: Cortesía de Natalia Morales).

Desde el segundo gobierno de Arias la desigualdad aumentó, no tanto porque los pobres se hicieran más pobres, sino por los altos salarios, por ejemplo, en la administración pública. ¿Por qué ocurrió esto?

ーSi medimos la desigualdad de ingresos con las fuentes más tradicionales que tenemos, que son las EH, de las que reportamos el coeficiente de Gini, la serie desde 1987 muestra que en el 2021 este coeficiente alcanzó la cifra más alta, en un contexto donde la mayoría de los ingresos de los hogares apenas se estaban recuperando del primer golpe de la pandemia, que fue en el 2020.

Se recuperaron en mayor proporción los ingresos de los estratos más ricos, versus los ingresos de los estratos más pobres. Entonces, tenemos esa alta desigualdad ーque no es nada nuevoー, en los últimos 20 años: las desigualdades más altas del período.

En el 2022, la EH recientemente publicada muestra una reducción importante en el coeficiente de Gini. No lo analizamos en este Informe porque eso se publicó hace unos 15 días, pero, a grandes rasgos, parece que hubo una contracción generalizada de los ingresos, o sea, un empobrecimiento de la mayoría de hogares, donde los de menores ingresos cayeron menos debido a los programas sociales que reciben.

¿Por qué se sigue sin recoger información sobre una parte importante del ingreso privado?

ーEs muy importante tomar en cuenta las limitaciones que tienen estas fuentes de información. La que utilizamos para monitorear pobreza y desigualdad es la EH, que el INEC realiza en julio de cada año y que no captura ーesto no es nada nuevo y pasa en todos los países del mundoー, le cuesta llegar a los estratos de mayor ingreso.

No capta al 1% de mayor riqueza. Capta ingresos y, sobre todo, ingresos laborales y transferencias, pero no dividendos, intereses e ingresos por concepto de capital. Por eso, cuando usted analiza el quinto quintil o el décimo decil, el 20% o el 10% más rico del país, sale un perfil muy vinculado a trabajadores calificados del sector público y también del sector privado. Sabemos que ese no es el perfil total de riqueza en el país.

Aún con esas limitaciones, el aumento en la desigualdad, en las brechas, indica que, si tuviéramos datos más certeros de ese 1% de mayor riqueza, posiblemente la desigualdad sería más elevada. El estancamiento en los salarios de los empleados públicos y en algunos empleados privados podría ser una de las razones ーno la hemos investigado, eso quedará para el próximo Informeー de que en el 2022 la desigualdad disminuyera. Es decir, no por una mejor distribución de los ingresos y de la riqueza, sino, más bien, por una caída o un estancamiento de los ingresos.

Además, una inflación y aumento en el costo de los alimentos como en el 2022, redujo el poder adquisitivo, por lo tanto, la desigualdad está disminuyendo no por una mejor redistribución, sino porque cayeron los estratos de mayor ingreso que capta la EH.

Casi la mitad de los empleos en el país son informales. ¿Es necesario replantear a fondo cómo se financia el Estado Social, incluidos los seguros sociales?

ーEl Informe ha dado seguimiento a la seguridad social y al Seguro de Salud de la CCSS y allí planteamos los retos que enfrentan: la Caja tiene que irse adaptando para, ojalá, lograr esa sostenibilidad y mantener las fortalezas que tuvo en los últimos 70 años.

La institución es responsable de muchos de los logros en desarrollo humano que tiene el país y de la cohesión social. Entonces, hay que fortalecerla y los retos vienen sobre todo por el lado del envejecimiento de la población y del empleo informal.

¿Un replanteamiento ha de tener en su centro la decisión de dejar de promover el modelo “hombre proveedor/mujer ama de casa sin seguro social” y buscar un modelo individualizado?

ーEl esquema de seguridad social, como usted lo dice, fue diseñado para financiarse de manera tripartita, por los trabajadores, por el empleador y por el Estado. Ante los cambios en la estructura del mercado de trabajo, sobre todo en los años más recientes, los ingresos por contribuciones sociales representan una proporción cada vez menor del gasto total de la seguridad social y de la Caja en específico.

Entonces, sí decimos que hay que ir pensando en mecanismos o en alternativas de financiamiento, que no dependan exclusivamente del empleo, porque, al final, está afectando a ambos. Afecta tanto a la estructura del empleo, pues, ante empleos de tan mala calidad la gente opta por no asegurarse y por eso no está cubierta a lo largo de su vida de los riesgos que implica, pero, además, desfinancia el sistema de la seguridad social, del Fodesaf y de otras instituciones que ayudan en política social y selectiva.

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