País

Juzgado rechaza solicitud de Administración por Intervención de Aldesa

Empresa aseguró que presentará un recurso de revocatoria

El Juzgado Concursal del Primer Circuito Judicial, rechazó este lunes 11 de noviembre la solicitud de Administración por Intervención Judicial solicitado por Aldesa, debido a que la corporación no cumplió con la solicitud de aportar los libros contables de la sociedad Infinito Versol S.A., la lista de activos de doce sociedades y la lista de pasivos de otras doce sociedades.
Según la resolución del juzgado, la empresa no cumplió a cabalidad con los requisitos solicitados, por lo tanto, “no queda más remedio que rechazar de plano la solicitud de apertura del régimen de Administración y Reorganización con Intervención Judicial, realizada por las promoventes en fecha 12 de agosto de 2019. Una vez firme esta resolución archívese el expediente electrónico”.
Con esta resolución podría estar a las puertas de Aldesa una declaración de quiebra, lo que implicaría para los diferentes inversionistas y acreedores iniciar una pugna por ver quién recuperaría sus dineros.
Sin embargo, UNIVERSIDAD consultó a la empresa, a través de su oficina de comunicación, donde fueron enfáticos que no se trata de un rechazo definitivo, pues sus abogados están preparando un recurso de revocatoria con apelación en subsidio, el cual presentará dentro del plazo que define la ley.
“Los motivos que justifican la resolución son la no presentación de libros contables y listas de activos y pasivos de sociedades no operativas o desinscritas y que así se le había indicado al Juzgado; algunos de los requerimientos sí fueron presentados, pero por alguna razón el Juzgado no los ubicó dentro del expediente. En otros se trata de documentos que no se había solicitado por parte del tribunal, por lo que una vez más, vamos a proceder a aclarar cada punto, a través de nuestros abogados”, indicó Aldesa en su respuesta.
Este procedimiento de Administración por Invención, fue solicitado por Javier Cháves, presidente de Aldesa en dos ocasiones, -la primera ya había sido rechazada- con la inclusión de un plan de salvamento de varios de sus proyectos, fondos y fideicomisos que administraba la empresa, a través de diversas sociedades, algunas supervisadas por la Superintendencia General de Valores (Sugeval) y otras de índole privado.
Además, el plan de salvamento establecía que Aldesa podría dejar de pagar a los acreedores e inversionistas por un período de cinco años para recuperarse de la crisis económica que atraviesa.
Pese a esta solicitud, Aldesa ha motivado la búsqueda de acuerdos con los inversionistas y acreedores, como la entrega del edificio de la corporación a un grupo pequeño de inversionistas, la entrega de un terreno en la zona de Coyol y la negociación para que un nuevo desarrollador invierta en el proyecto inmobiliario Terra Verbena, ubicado en Alajuelita.
No obstante, la mayoría de los acuerdos son un trago amargo para los inversionistas que han aceptado, en una buena parte, recibir entre un 30% y un 50% de las inversiones realizadas.
Aldesa emitió hace unas semanas un comunicado a los inversionistas, en el cual afirmó que estaban llegando a arreglos de pago por $54 millones, correspondientes a los proyectos Conde Montecristo ubicado en Puntarenas, SRL 3-102-662437 en Curridabat y Altos de la Verbena en Alajuelita, pero ninguno sería en efectivo, sino mediante flujos que vayan generando los propios proyectos.
Y más recientemente notificó a los inversionistas que arrancarían de nuevo la construcción de viviendas en el proyecto inmobiliario Terra Verbena, con nuevos socios.

¿Qué pasó con la Aldesa sólida?
La historia de Aldesa es larga y dolorosa de contar, pues hay miles de personas que confiaron sus dineros a una corporación con cincuenta años de trayectoria, muchos de ellos pensando que lo hacían en fondos supervisados por el Estado y otros, aunque sabían que era de forma privada, confiaban en la solidez de la empresa, en los apellidos que estaban detrás de ellas y en la promesa de recibir buenas ganancias.
Hay muchas historias de personas que pusieron los ahorros de su vida a invertir, que vendieron una propiedad o recibieron una herencia; incluso de asociaciones solidaristas, cooperativas, asilos de ancianos y orfanatos que apostaron por un conglomerado empresarial que se presentaba como el más seguro del país.
Aldesa funcionó primero con su Puesto de Bolsa, pero en años recientes fue diversificando sus servicios, creando una estructura paralela, conformada por 41 empresas distintas. En una parte se ubican sus empresas reguladas por el Estado y en la otra las compañías que no tienen ningún control por parte de las entidades gubernamentales.
La corporación sólo tiene cinco, que son Aldesa Fideicomisos, Aldesa Puesto de Bolsa, Aldesa Sociedad de Fondos de Inversión, Aldesa Sociedad Titularizadora y Grupo Bursátil Aldesa. Todas las demás, pertenecen al ámbito de lo privado, lo cual no es un delito, ni representa ninguna irregular, pero lo que sí da de qué pensar es la forma en que se manejaron las sociedades.
Hubo, en apariencia, manejos poco transparentes, incurrieron en actuaciones que confundían a los inversionistas, utilizaban a los mismos corredores de bolsa para trasladar las inversiones del mercado regulado al no regulado, además de que se usaba la misma terminología, lenguaje, elementos de marca, correos electrónicos, teléfonos e incluso el mismo edificio de Aldesa.
Esto dio como resultado una falta de liquidez, la consiguiente solicitud de Administración y Reorganización con Intervención Judicial, y una enorme cantidad de inversionistas sin poder recuperar sus dineros.

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