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Jefa del PUSC sobre Rodolfo Piza: “Su figura ha quedado muy desgastada”

La diputada sancarleña, María Inés Solís, asegura que el PUSC es oposición al gobierno del PAC, al gobierno de Unidad, al gobierno de Piza y cualquier otro que exista. Como quiera que se vea.

María Inés Solís, nueva jefa de fracción del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), es una diputada que habla con intensidad. Hace pocas pausas a la hora de contestar cada pregunta, muestra poco nerviosismo y habla rápido: con su característica voz aguda y acentuada.

La diputada ni siquiera se corta para hablar de Rodolfo Piza, el excandidato presidencial  de su partido y que ahora ocupa la silla del Ministro de la Presidencia en el “Gobierno de Unidad”, esa figura que él instaló con otros socialcristianos junto al presidente Carlos Alvarado y el Partido Acción Ciudadana (PAC), cuando aún se disputaba la segunda ronda.

De Piza dice que “su figura ha quedado desgastada” y que le corresponderá a las bases del partido decidir si le dan o no una nueva oportunidad para candidatearse.

Solís asumió la jefatura de fracción de la Unidad apenas hace diez días. Sin embargo, su discurso ya es claro y habla con más fuerza que su antecesor sobre el papel del PUSC en el Congreso. Son oposición (repite, repite y repite). Del gobierno PAC, del gobierno de Unidad, del gobierno de Piza, del gobierno de varios socialcristianos, y del gobierno que sea.

Tampoco hace pausas para referirse sobre la posición ideológica de su partido, tirado hacia la derecha en lo económico, según asegura en nombre de “la mayoría”.

La diputada sancarleña es hija de Teresita Quirós, una líder socialcristiana: “quizás la más influyente“, según Solís. Quirós buscó ser diputada pero nunca lo consiguió; sin embargo, Solís recuerda aquellos intentos como el camino que le acercó a las filas rojiazules, de las que fue delegada desde los 18 años.

Ahora, 17 años después, Solís es la nueva jefa de la bancada socialcristiana en el Congreso. Eso sí, su designación es parte de un extraño acuerdo de fracción, según el cual ella comandará a su fracción por solo seis meses y luego cederá su puesto a Pedro Muñoz, un sistema de “cojefes” que ellos mismos propusieron.

 

Diputada, usted asume como nueva jefa de fracción en este segundo año del cuatrienio y se percibe en el ambiente un deseo cada vez mayor por parte de la Unidad de desmarcarse del llamado “Gobierno de Unidad”. ¿Por qué se agravó esa postura en las últimas semanas?

— Nosotros desde un principio dejamos clara nuestra oposición. El Partido y la fracción, ambos. Cuando Rodolfo Piza le dio la adhesión a Carlos (Alvarado) nos separamos de la decisión y quedó clarísimo que era una decisión personal suya. Se iba con él a Gobierno quien personalmente quería hacerlo, pero no a nombre del partido. Nosotros quisimos ser más enfáticos y yo sé que nos ha costado más porque somos los que estamos en el ojo público…

Porque son los votos.

— Sí. Exactamente. Nos ha costado un poco más, pero nosotros el trabajo de oposición lo hemos tenido siempre sobre la mesa. Ese fue el trabajo que nos encomendó el pueblo, que no quiso que fuéramos gobierno.

Aunque ciertamente un buen sector votó por Carlos Alvarado en segunda ronda por su alianza con Piza.

— Bueno, pero porque don Rodolfo le dio el apoyo a don Carlos, no porque el pueblo haya votado por don Rodolfo para ser presidente. Votó por don Carlos para ser presidente. No votó por don Rodolfo, al menos en su mayoría. Entonces ahora lo que sentimos es que tuvimos un primer año complicado, un primer año donde la oposición cedió mucho y donde la oposición colaboró lo que tenía que colaborar.

Nosotros fuimos una oposición constructiva o, mejor dicho, somos una oposición constructiva. Tenemos vocación de gobierno y sabemos gobernar y construir. El problema que tenemos ahora es que llevamos cinco años de gobierno de un partido que tiene vocación de oposición y que toda la vida ha sido oposición y que no sabe construir, solo oponerse y obstruir, y por eso Costa Rica no avanza, porque el partido de gobierno no tiene en su ADN esa construcción.

Ahora, durante el  análisis del informe presidencial, usted mencionó avances del gobierno “en carteras dirigidas por personas que no representaban al oficialismo”. ¿Cuáles eran esos avances, a quiénes los atribuyen y a cuáles partidos representaban?

— A nivel de infraestructura hay importantes avances: la ruta en Guanacaste, también en el GAM aunque nos están debiendo en lo rural, pero eso es trabajo de don Rodolfo Méndez Mata, que yo creo que ni siquiera hace falta siquiera decir de dónde viene.

Luego, la reforma fiscal se la echaron al hombro, la trabajaron y la negociaron las figuras que salieron del PUSC a trabajar en el Gobierno. No el PUSC, pero sí las figuras de la Unidad, como Agustín Castro, Rodolfo Piza, Edna Camacho.

También se puede hablar bien de la incoporación de Costa Rica a OCDE. Irónicamente las piedras en el camino las ha puesto el PAC, y eso lo lidera doña Edna junto con doña Dyalá (Jiménez), que no viene del PUSC pero tampoco del PAC.

Pasado un año de las elecciones, ¿entonces qué significa para ustedes, los diputados, el acuerdo entre Rodolfo Piza y Carlos Alvarado? Hace un año Erwen Masís, el exjefe de fracción, me decía que estaba al mismo nivel que el Acuerdo Nacional y que la Carta Ideológica del Partido. ¿Era tan así?

— Nuestra carta ideológica es nuestra Biblia partidaria, estamos llamados a trabajar en función de esa carta. A mí me parece que el tema del acuerdo Piza-Alvarado ellos deberían ponerlo al mismo nivel que el plan de gobierno de Carlos Alvarado. No es algo en lo que nosotros tengamos absolutamente nada que ver.

¿Ellos quiénes?

— Piza y Alvarado, o ellos gobierno, digamos. Fue la propuesta que le hicieron a los costarricenses para que votaran por Carlos Alvarado en esa segunda ronda. Para nosotros es una forma de pedir cuentas, que es parte de nuestro trabajo como diputados de oposición.

Oposición al Gobierno “de Unidad”…

— Exactamente. Nosotros somos oposición del Gobierno como le quieran llamar. Del gobierno PAC, del gobierno de Unidad. Somos fracción de oposición.

¿Son oposición de Rodolfo Piza, de Edna Camacho y demás figuras?

— De todos. Pero también colaboramos cuando nos toca que colaborar y eso ha quedado clarísimo. Eso se ve en Plenario y creo que también se ha visto en nuestro trabajo, que ha sido de construcción.

Por eso hicimos una propuesta de reactivación económica en la que usamos de insumo nuestra carta ideológica y el acuerdo Piza-Alvarado para no estar pidiendo “tonterías”, para no decir que estábamos pidiendo cosas que se iban a salir absolutamente de cualquier ideología que ellos pudieran tener, pero aquí estamos todavía esperando respuestas, esperando acciones.

¿De doña Edna Camacho (ministra coordinadora del sector económico)?

— Del Gobierno en general. Pero sí, también de doña Edna y de don Rodolfo Méndez Mata, y de don Rodolfo Piza. Estamos esperando acciones de todos.

Hace unos días don Juan Carlos Hidalgo, quien recientemente se adhirió al PUSC, decía que Rodolfo Piza “sepultó” su candidatura para 2022 yéndose al Gobierno. ¿Usted lo ve así?

— Yo visito las comunidades, yo me reúno con las bases socialcristianas y el descontento es fuerte, el descontento es grande, pero como nuestro partido no es un partido de dueños sino un partido democrático que lleva procesos. Si él quiere ser candidato a la Presidencia nuevamente y si quiere serlo en el PUSC —porque tampoco sabemos en qué partido él quiera serlo y yo tampoco soy quién para decidirlo— tiene que hacer el proceso.

Si él gana, así lo habrá decidido la mayoría de los socialcristianos, pero sí me parece que su figura dentro de las bases socialcristianas ha quedado muy desgastada.

Cuando termine el Gobierno, ¿serán bien recibidos don Rodolfo, doña Edna y compañía a lo interno del Partido?

— Nosotros somos un partido de puertas abiertas. Somos un partido de sumar. Yo no creería que se le vaya a decir a alguien que no puede regresar. Sería una actitud regresiva en lugar de lo positivo y creciente que es nuestro partido en este momento.

Y ahora que habla de sumar, y también aprovechando que mencionábamos a Juan Carlos Hidalgo, ¿A usted le gustaría verlo en algún puesto de elección popular?

— Claro. ¿A quién no?

¿Incluso la Presidencia, por ejemplo?

— No sabemos. Primero hay que ver qué quiere él. Una cosa es lo que yo quiera y otra la que él quiera.

¿Entonces lo que él quiera?

— Diay sí, también. Si hace los procesos como corresponde también tiene derecho a lo que él quiera, yo creo que es parte de la democracia que tiene nuestro partido, del acceso a la participación.

Ahora bien, hablamos de don Rodolfo Piza y de Juan Carlos Hidalgo, dos figuras que venían de corrientes liberales, ¿el PUSC en este momento qué es? ¿Ideológicamente qué representa?

— El PUSC es centro. Y tiene hacia un ladito algún tipo de gente y hacia otro lado otra gente, pero eso es lo lindo que tiene el PUSC, que tiene de todo.

¿Aunque las figuras que están surgiendo últimamente apuntan más a la derecha del espectro, más liberales?

— Sí, sí… Y está bien. También creo que el PUSC es el partido que está sumando hacia ese lado, porque los demás siguen sumando hacia la izquierda. Los otros dos partidos grandes, el PAC y el PLN, son socialdemócratas los dos, siguen la misma propuesta.

Y ustedes son socialcristianos.

— Somos demócratas cristianos. Nuestra ideología es parte de la democracia cristiana.

¿La parte social quedó en el nombre?

— ¿Es que qué es social? Lo que pasa es que la gente lo confunde con socialismo.

¿En qué es más de derecha y en qué es más de izquierda el PUSC?

— Nuestro partido tiene de todo. En temas económicos yo creo que la mayoría tiramos más hacia la derecha. En temas de empleo tenemos las dos. Más aún cuando se trata de empleo público, por ejemplo, tenemos de todo a lo interno y ya vas a ver cuando se venga eso. Están quienes defienden el empleo público con sus beneficios y quienes queremos que el asunto sea más justo y disminuir el tamaño del Estado, que sea más eficiente, con menos gasto público.

Hace pocos días conversábamos en Twitter y alguien me escribió que no era lo mismo (o que no pensaba que tuviera el mismo peso) lo que dice un jefe o una jefa de fracción que lo que dice un acuerdo o un comunicado. Entonces me queda ahora la pregunta: ¿Usted representa al PUSC?

— Yo siempre intento aclarar esto. Hay preguntas aquí que han sido de percepción, sobre si don Rodolfo Piza puede volver a ser candidato y todo esto son percepciones de María Inés Solís. No son comunicados ni declaraciones, son temas que van en mi percepción personal.

¿Y en la parte ideológica? ¿La visión que tiene María Inés Solís es la que tiene la mayoría del Partido?

— Sí, yo creo que sí.

Pregunto porque a veces a uno le queda la impresión de que en el PUSC —y la mayoría de los partidos grandes de este país— tienen una crisis de identidad. Se ven varios partidos dentro del mismo partido.

— Sí. Y para ser parte del partido y para entenderlo hay que tener cierta dosis de tolerancia y de flexibilidad. A fin de cuentas es eso y la política es muy complicada. En el PLN vemos, por ejemplo, posiciones muy distintas en temas tan sonados como los impuestos a las cooperativas, algunos apoyan el tema del impuesto y otros son los principales opositores.

Esto lo encontramos en todos los partidos y en todas las fracciones. En el PAC uno puede ir y preguntar si todos están de acuerdo con la eutanasia y no, no todos van a estar de acuerdo. Es un asunto que uno se va a encontrar en todas las fracciones. La única en que actualmente no tiene ese problema es la del Frente Amplio (unitaria).

Para redondear la conversación, es cierto que este año inician con una postura más fuerte de oposición. Usted me dice que “les ha costado separarse”, pero ¿qué podemos esperar que cambie en la dinámica legislativa este 2019-2020?

— El primer año fue un año de mucho aprendizaje, donde nos tocó un arranque mucho más fuerte de lo que le ha tocado a los diputados de las anteriores 16 legislaturas, por decir un número.

Nosotros llegamos aquí y dos meses después ya teníamos la discusión de la reforma fiscal encima. Luego la reforma al reglamento legislativo. Dos cosas históricas que habían intentado muchísimas Asambleas y que nosotros concretamos. Fue un año de consensos importantes para avanzar en esa línea, si nosotros no nos hubiéramos apuntado en esos dos proyectos se habrían caído los dos. Fuimos la bisagra de ambos proyectos. Ahora el Ejecutivo tiene que devolvernos sus compromisos.

La diferencia es que ahora ya tenemos que ver al Gobierno ejecutando sus compromisos, bajando los márgenes de intermediación financiera de los bancos para que el crédito sea otra vez accesible para los inversionistas y para los costarricenses en general, mover Banca para el Desarrollo de modo que llegue a quien realmente lo necesita. Tenemos que ver al Gobierno moviendo al ICE para que la energía baje de precio y viendo qué hacen con Recope, que no sea ponerle etanol a la gasolina. Ver al Gobierno generando desarrollo para las zonas rurales, incentivando la inversión extranjera, apoyando y avanzando en la disminución de trámites.

Y ya para terminar, usted me dice que fueron “la bisagra” de varios proyectos en la legislatura pasada. ¿De qué podemos esperar que sean la bisgra de nuevo y de qué no van piensan serlo?

— Sería prematuro hablar de temas. Todo esta en construcción. Falta conocer cuál será el resultado final.

¿Son una oposición en construcción?

— No. Solo no somos una oposición antojadiza. No somos el PAC. Nosotros revisamos a fondo, construimos y generamos.

¿Tema por tema?

— Tema por tema. Por supuesto. El que nosotros seamos oposición no significa que le cerramos la puerta a nadie para negociar. Nos necesitan y los necesitamos. Pretender cerrar negociaciones de ellos con nosotros y de nosotros con ellos me parece que sería una actitud completamente regresiva.

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