El químico Roberto Urcuyo Solórzano, investigador del Centro de Investigación en Electroquímica y Energía Química (Celeq) de la Universidad de Costa Rica (UCR), explicó cómo se generó la estrategia de muestreo, las consideraciones que debieron tomar en cuenta al analizar un sistema dinámico como lo es un río y la técnica que se utilizó para separar las distintas sustancias, todo lo cual permitió responder a la pregunta de qué era lo que había contaminado el agua de Moravia, Tibás y Guadalupe.
El pasado viernes 26 de enero, los centros de investigación de la UCR fueron llamados a apoyar al Ministerio de Salud y a Acueductos y Alcantarillados (AyA) con la emergencia del agua contaminada con un hidrocarburo que en ese momento no estaba identificado.
La Planta Potabilizadora de Guadalupe, del AyA, que abastece a los cantones de Tibás, Moravia y Goicoechea, se nutre de tres tomas de aguas superficiales: Quebrada Honda 1, Quebrada Honda 2 y Quebrada La Lupe.
El martes, los centros de investigación informaron que la fuente de contaminación había sido identificada en una fuente superficial ubicada antes de la planta y descartaron la presencia de gasolina o de diésel en el agua. El miércoles se dio a conocer que se trataba de Quebrada Honda 2, una de las tomas de agua cruda del AyA, ubicada en San Jerónimo de Moravia. Y el jueves en la noche precisaron que el hidrocarburo contaminante es una mezcla de disolventes denominados xilenos (específicamente se encontró el meta-xileno, el orto-xileno y el para-xileno).
Urcuyo conversó con UNIVERSIDAD para explicar la estrategia de muestreo y todo el proceso de investigación, que permitió contar con información precisa y comprobada, para que las autoridades pudieran tomar decisiones lo más pronto posible.
-¿Cómo fue el proceso por medio del cual pudieron identificar el punto de la contaminación?, ¿Cómo lo hicieron?
“Cuando primero nos reunimos con el Ministerio de Salud, Recope y AyA, una de las cosas que sugeríamos era hacer una estrategia de muestreo; eso significa empezar a descartar los puntos más cercanos a las posibles fuentes. Como hay un sistema de distribución, un plantel de distribución, lo primero que teníamos que tomar era una muestra fuera del plantel de distribución y otra muestra entrando al plantel de distribución para saber si la muestra que está entrando al plantel de distribución está limpia y la muestra que está afuera del plantel de distribución tiene algún tipo de contaminante, entonces se sabría que el plantel de distribución es el problema. Al tener las dos muestras contaminadas, teníamos la hipótesis de que no era el plantel porque ambas están contaminadas: sin embargo, para poder hacer una conclusión de esas teníamos que tomar muchas muestras, en muchos días y a muchas horas para estar seguros del resultado. Eso es lo que empezamos haciendo el fin de semana. Pero además, al tener la hipótesis de que el plantel no era la fuente de contaminación, empezamos a ir a todos los puntos más arriba que fueran críticos, como las fuentes de donde se toman el agua y todas esas fuentes se unían en lo que se llama un desarenador. Entonces los siguientes puntos para tomas de muestras fueron las tres fuentes y el desarenador. Una vez que encontramos que la fuente de La Lupe estaba limpia, empezamos a sospechar que venía de las otras dos fuentes y se hizo lo mismo que se hizo con el plantel. De hecho esas muestras se estuvieron tomando durante tres días para tener certeza de que realmente no fue una cuestión casual o esporádica porque si uno tiene una alta concentración puede ser o que hay un continuo de alta concentración o que hubo un evento que levantó la concentración del contaminante y que nosotros simplemente tomamos ese evento. Con la medición día a día podemos ver cómo va disminuyendo esa concentración, lo que nos hacía pensar que el flujo de la contaminación ya había mermado.
Al nosotros encontrar que había una de las fuentes contaminada lo que se hizo fue cortar en el desarenador para evitar que esta siguiera llegando al plantel contaminación y el Ministerio de Salud tomó una decisión, que yo creo muy correcta, de evitar seguir trabajando con estas fuentes contaminadas hasta no saber qué era la contaminación y hacer un desvío de otras fuentes, para poder dar el recurso a la población”.
-¿Cómo fue posible precisar con exactitud la sustancia o las sustancias de los xilenos?
“Lo primero que hay que decir es que nosotros realizamos los muestreos el sábado. Eso ocurre casi cinco días después que se reportó el evento. ¿Por qué es importante decir eso? Porque cuando uno está hablando de determinar contaminantes sobre todo en un sistema dinámico como es un río. Cuando uno está hablando de un recurso que es dinámico, el tiempo es, sin lugar a dudas, importante, sobre todo porque hay sustancias que son volátiles, que van a desaparecer con los primeros días de toma de muestras. Partiendo de ese hecho, que ya tenemos concentraciones mucho más bajas de las que probablemente hubo en las primeras tomas, empezamos a descartar las sustancias que fueran más comunes. Lo primero fueron las gasolinas y el diésel, porque las personas reportaban un olor a gasolina. Todos los resultados que estábamos teniendo se comparan contra patrones que tenemos, estándares, de gasolina y diésel. Al no tener esos resultados comparables, lo siguiente que se hace es buscar cuáles son las sustancias de mayor uso común en la industria, en la comunidad, en general, y se empiezan a descartar. De hecho la sustancia que se encontró, el xileno, es una sustancia de uso muy, muy común en la industria por eso fue una de las sustancias elegidas para descartar y las señales que nosotros vemos son iguales o muy parecidas y podemos decir con confianza que tenemos esa sustancia identificada.
Inicialmente lo que se hace es poner la muestra en una especie de cama que absorba los hidrocarburos y luego esa cama se pone en un equipo que lo que hace es evaporar esas presencias de sustancias que se tengan y pasa por una columna, que es muy larga y delgadita, como agarrar un pelo de 30 metros y enrollarlo. La analogía sería un túnel muy, muy largo. La que nosotros usamos era de 30 metros y en ese túnel hay como diferentes estaciones. Las sustancias más volátiles van a pasar mucho más rápido todas esas estaciones y las sustancias menos volátiles o más pesadas les va a costar un poco avanzar a través de esa columna. Eso nos permite que al final de la columna, el detector nos vaya diciendo ‘a este tiempo encontré una sustancia’ y eso nos separa las diferentes sustancias en la mezcla. Tenemos sustancias patrón, que nosotros sabemos qué son, las comparamos, por eso toma su tiempo, porque hay que hacer todas esas mediciones para las muestras y para los patrones. Comparamos el patrón y decimos ‘al patrón le tomó tanto tiempo salir de la columna’. ¿Es el mismo tiempo? ¿Es un tiempo parecido? Una vez que tengamos identificados qué patrones eran posibles, con los diferentes centros de investigación y otras técnicas más, empezamos a darles los patrones de las sustancias que nosotros pensábamos que eran las que teníamos y se comparaban contra las muestras. Al tener ya suficientes resultados confirmatorios, pudimos dar la indicación de que tenemos xileno. Eso no descarta que no haya algunas otras sustancias que no pudimos detectar por una cuestión de o tiempo, o de concentración porque ya la concentración baja”.
-¿Anteriormente habían realizado alguna investigación como esta en el Celeq?
“Lo primero que hicimos antes de empezar a hacer mediciones fue hacer una revisión bibliográfica de qué había, qué teníamos, cuáles eran las posibles sustancias, y lo conversamos con Recope, el AyA, el Ministerio de Salud. Nos comentaron que la técnica que utilizamos para hacer esto en algún momento se usó porque en algún momento se le vendía el servicio al AyA y revisando los informes parece ser que se dio en un momento una contaminación de hidrocarburos en agua y se generó la técnica para poder hacer estos análisis”.
-¿En este proceso enfrentaron algún obstáculo, alguna barrera?
“Ninguna, de hecho yo estoy muy agradecido con todo el equipo de trabajo, tanto de la Universidad de Costa Rica, donde las autoridades universitarias nos dieron luz verde para los tiempos de trabajo, cualquier cosa que necesitáramos, así como también la facilidad con la que se coordinó con el Ministerio de Salud. El Ministerio nos dio luz verde para hacer las tomas de muestras que nosotros quisiéramos, coordinaron con el AyA para que siempre estuvieran disponibles para lo que nosotros necesitáramos desde la parte técnica, inclusive nos dejaron tener nosotros la cadena de custodia, lo cual nos permitía que el CICA tomara las muestras bajo las condiciones que nosotros podíamos controlar.
Urcuyo tiene una maestría en Ciencias por la UCR y un doctorado en Ciencia e Ingeniería de los Materiales de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) y el Instituto Max Planck (Alemania), donde realizó trabajos sobre dispositivos a base de grafeno, principalmente dispositivos que generaran electricidad a partir de luz. Es docente en la Escuela de Química e investigador del Celeq, en la UCR”.
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El Ministerio de Salud indicó que se tomó la decisión debido a que los niveles de xileno -el disolvente detectado en el agua – detectados en las pruebas están dentro de los límites seguros.
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Los xilenos son los hidrocarburos descubiertos en la toma de agua de Quebrada Honda 2, en San Jerónimo de Moravia, que abastecía a la Planta Potabilizadora de Guadalupe de AyA.
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El nuevo presidente del AyA, Juan Manuel Quesada, precisó que de las cuatro fuentes de agua que abastecían a la Planta Potabilizadora de Guadalupe, “una es la que está generando un problema”.
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