País IED cae en América Latina, país recibió un volumen similar a 2016

Inversión extranjera directa aumenta en el país

Costa Rica es el segundo país receptor en Centroamérica y el Caribe y el sexto en el nivel regional.

En un contexto en el cual lo único cierto es la incertidumbre, Costa Rica se mantuvo en los primeros lugares como país receptor de Inversión Extranjera Directa (IED), a pesar de que estos flujos de capital disminuyeron por tercer año consecutivo para el conjunto de América Latina y el Caribe.

A diferencia de las inversiones especulativas (capitales golondrinos) o financieras de corto plazo, se llama IED a los capitales extranjeros que son invertidos en proyectos productivos  de largo plazo y que generan empleos locales.

Según el documento informativo “La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2018”, de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), Panamá, Bahamas, Nicaragua, Barbados, Guyana y Costa Rica son los destinos más escogidos por estos capitales en la región durante el presente año.

La posición de Nicaragua, sin embargo, estaría sujeta a la resolución que tenga la crisis política que actualmente afecta a ese país.

En contraste, El Salvador y República Dominicana se perfilan como fuertes competidores por los primeros lugares. El primer país por la exitosa integración de su producción textil y el segundo por el turismo, la manufactura, los servicios de exportación, el sector eléctrico y la minería.

Panamá alcanzó los $6.066 millones en 2017, capital que se concentró en el sector de servicios, particularmente en las operaciones de logística y transporte, el comercio y los servicios financieros.

En cuanto a Costa Rica, el año pasado recibió $2.997 millones, un volumen similar al de 2016. El sector al cual se dirigieron en un mayor monto estas inversiones fue el de manufactura de equipos y dispositivos médicos para exportación, el cual recibió $ 1.422 millones.

En segundo lugar, la IED en Costa Rica se concentró en el sector turístico, que recibió $444 millones, la cifra más alta de los últimos años, explica el documento. También se incluyen inversiones en el comercio, de operadoras telefónicas y en los centros de servicios (de llamadas y de apoyo administrativo).

En contraste, el año pasado las corrientes de IED en el conjunto de América Latina y el Caribe se redujeron por tercer año consecutivo. Registraron un 3,6% menos que en el 2016 y un 20% por debajo de lo que la región recibió en el 2011.

Según el documento de la Cepal, los dos factores que atraen la IED a Centroamérica y el Caribe son los bajos costos laborales en relación con los de sus países de origen y la cercanía con el mercado estadounidense.

A cambio de estas inversiones, el principal beneficio que trae la operación de las empresas de IED es que “ofrecen una gran cantidad de empleo formal, porque todas son muy intensivas en mano de obra”, dice el documento.

A modo de ejemplo, explica que, mientras las inversiones en la industria de alimentos y bebidas generan cuatro empleos por cada millón de dólares invertidos, las dirigidas a la producción de dispositivos médicos generan 14 empleos por cada millón de dólares invertidos y las de confección más de 80 empleos por cada millón de dólares. En el caso de los servicios de apoyo empresarial a distancia (call y contact centers), la proporción supera los 100 empleos por cada millón de dólares de inversión.

En cuanto a los salarios que pagan estas empresas, la Cepal plantea que, si bien las compañías “invierten en estos países buscando salarios bajos, esto no quiere decir que sus trabajadores sean peor pagados que la media nacional; de hecho, las retribuciones suelen estar por encima de esta”.

Por ejemplo, en El Salvador “el salario medio de los operadores de centros de llamadas, que es el segmento inferior de los servicios de exportación, es el doble del salario medio de un administrativo; en Guatemala, es un 69% superior y en Honduras un 36% superior. En Costa Rica, el salario promedio en las zonas francas (equivalente a $1.550 dólares) es igual a 1,8 veces el salario promedio nacional”.

También afirma que los empleos creados por las inversiones de estos capitales aportan al trabajo formal (donde se pagan todas las garantías sociales) y contribuyen a disminuir las brechas por sexo.

Sin embargo, los flujos de IED están condicionados por los cambios tecnológicos –la robotización eliminará trabajos en el sector de servicios de llamadas y de apoyo empresarial–, la presión competitiva de Asia –particularmente de China– y los cambios en los tratados comerciales con los Estados Unidos.

Al respecto, consultamos a Vanessa Gibson, gerenta de Clima de Inversión de Cinde, quien explicó que la principal competencia del país en cuanto a la atracción de estos capitales no son los países de Centroamérica y el Caribe, sino los europeos, asiáticos y algunos latinoamericanos.

Ella también se refirió a las fortalezas comparativas del país, a las nuevas áreas estratégicas para las que Cinde busca inversiones, así como a los factores que deben fortalecerse con miras al futuro (ver: “Tecnologías digitales es una nueva área estratégica en el país”).


                                                            Vanessa Gibson, de Cinde: “El país tiene una trayectoria comprobada”.

Vanessa Gibson, gerenta de Clima de Inversión de Cinde: “Tecnologías digitales son una nueva área estratégica en el país”

Afirma que Costa Rica no necesariamente ofrece costos bajos, pero sí un alto valor agregado en lo que hace.

María Flórez-Estrada Pimentel

[email protected]

Vanessa Gibson, Gerenta de Clima de Inversión de Cinde, respondió a nuestras preguntas sobre el futuro de la IED en Costa Rica, dados los factores de incertidumbre.

Desde el punto de vista de Cinde, ¿cuáles son las áreas de atracción de IED en Costa Rica que seguirán siendo atractivas en el mediano plazo y en cuáles es necesario innovar o desarrollar?

–Costa Rica es un destino de inversión muy posicionado a nivel mundial gracias a su propuesta de valor, la cual se basa en una trayectoria comprobada, talento humano calificado, localización estratégica, excelente clima de negocios, una robusta infraestructura y calidad de vida.

El país es reconocido como un destino estratégico para inversiones tipo greenfield (nuevos emprendimientos que incluyen desde la construcción de las plantas de producción, etc.) en sectores como: servicios corporativos, ciencias de la vida, manufactura avanzada, manufactura liviana e industria alimentaria. Incluso, Cinde ha visualizado recientemente potencial para atraer inversión en nuevas industrias, como lo son: salud y bienestar, cuidado personal, empaques inteligentes, almacenamiento de energía y energías limpias, e-health, arquitectura y diseño.

Hoy en día agregamos un nuevo sector estratégico llamado tecnologías digitales, bajo el cual se busca inversión en áreas de analítica e informática, animación, gaming, filmes, televisión y video.

¿Los salarios que pagan las empresas de IED en el país siguen siendo atractivos, comparativamente hablando, con respecto a otros sectores nacionales?

–Nos posicionamos como país de alta calidad y productividad, no necesariamente de costos bajos, pero sí de alto valor agregado en lo que hacemos. Para seguir compitiendo a nivel internacional necesitamos seguir mejorando nuestras condiciones de competitividad.

 Mencione tres aspectos estratégicos que el país debe fortalecer en cuanto a la formación y capacitación laboral, para aumentar o estabilizar el flujo de la IED.

–La competitividad país depende de varios factores en los cuales hay áreas de mejora para seguir manteniendo el atractivo como nación receptora de IED.

Hablamos de reforzar la educación del talento humano en carreras de mayor demanda, trabajar en aumentar el número de la población bilingüe, mejorar los costos de la electricidad, mantener la estabilidad jurídica del régimen de Zona Franca y seguir mejorando la infraestructura.

Recordemos que Costa Rica no compite con sus homólogos centroamericanos en materia de IED, sino que sus principales competidores son países europeos, asiáticos y algunos latinoamericanos, y por ello es crucial seguir mejorando nuestra competitividad interna y no quedarnos atrás frente a otros competidores que vienen haciendo las cosas bien.


 

 

 

 

 

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