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Intervención de AyA proyecta reducir déficit hídrico de Coronado un 88% en setiembre

Las medidas -cuya inversión total se estima en ¢658 millones- empezaron a implementarse el pasado viernes y ya devolvió el servicio de agua parcialmente a San Francisco de Coronado, tras dos años críticos que motivaron a la comunidad a hacer presión desde el Comité Pro-Agua

Tras más de 36 años de tener problemas de agua y dos de estar en situación crítica, parte de la comunidad de San Francisco de Coronado volvió a tener agua de forma continua desde el pasado viernes y el Instituto Acueductos y Alcantarillados (AyA) proyecta que para setiembre habrá reducido el déficit de agua en un 88%.

“Sí se perciben mejorías desde el viernes, tenemos agua corrida en el sector que colinda con la finca, la parte oeste han recibido agua menos horas, se supone que los alcance conforme avance el proyecto de conexiones (…) Nos queda esa espinita, ese temor ¿por qué? Ha pasado con diferentes jerarcas anteriores que nos prometían cosas que no se cumplían. Con esta administración por lo menos estamos viendo trabajo de campo, que no lo veíamos anteriormente” comentó Ruth Jara, vecina de la comunidad que forma parte del Comité Pro-Agua de San Francisco de Coronado.

Jara participó en la reunión que el día de hoy sostuvo el AyA con representación del comité, así como con las autoridades municipales y en la que se anunciaron proyectos de obras inmediatas por más de ¢658 millones para atender el faltante de agua en la que calificaron como “la comunidad más afectada de la GAM en suministro de agua”.

“El último año ha sido grave la situación, nosotros como Comité nos organizamos y hemos tocado un montón de puertas, hemos trabajado en estos dos años y creemos que ahorita es donde estamos empezando a ver la luz” celebró Jara.

Alrededor de 5 mil personas fueron afectadas por un déficit hídrico de -79% en el verano y de -36% durante el inverno, según estimaciones del AyA. En total esta población requiere de 1.250.000 litros de agua al día, pero se les abastecía con 265.000 durante el verano y con 445.000 durante el invierno.

Esto significó que la comunidad podía quedarse sin agua hasta 72 horas continuas, seguido de una o dos horas con baja presión y a veces durante la madrugada.

Entre enero y abril la principal medida paliativa impulsada por el AyA fue la repartición del agua por medio de cisnernas, que costó a la institución ¢50,4 millones y que rápidamente se volvió insuficiente al reducir  el déficit hídrico en tan solo un 11%.

También, entre febrero y mayo se instalaron tanques de almacenamiento de agua potable con una inversión de ¢5,6 millones, pero fue hasta la instalación de una nueva interconexión de tubería el pasado viernes -que requirió una inversión de más de ¢130 millones- que parte de la comunidad empezó a percibir cambios sustanciales en el abastecimiento del recurso.

Dos obras más por un costo de más de ¢470 millones serán las que entre mayo y setiembre terminen por reducir el déficit hídrico en un 88%, devolviendo el suministro del agua a toda la comunidad, según estiman las autoridades.

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