El Banco Central de Costa Rica (BCCR) tuvo que bajar en 0,7 puntos porcentuales (p.p.) su proyección de crecimiento económico para el 2023, presentada en abril, debido a “un entorno internacional más adverso para la economía costarricense” debido a las presiones inflacionarias externas, dijo su presidente, Roger Madrigal, al presentar su Informe de Política Monetaria correspondiente a mediados del 2022.
Sin embargo, mantuvo su cálculo, también dado a conocer en abril, de que la economía nacional crecerá un 3,4% en el presente año.
El ajuste fue realizado como consecuencia del hecho que el Fondo Monetario Internacional (FMI), a su vez, prevé un crecimiento para la economía mundial de 3,2% en el 2022 y 2,9% en el 2023, cifras que son menores en 0,4 p.p. y 0,7 p.p., respectivamente, a lo estimado en abril pasado por ese organismo.
En un entorno internacional difícil, Madrigal expuso que la economía costarricense ha tenido resultados macroeconómicos mixtos.
Por un lado, para el segundo trimestre del presente año muestran se prevé que la recuperación de la actividad económica se mantenga, pero, pero a un ritmo que tiende a desacelerarse.
En cuanto al mercado laboral, continuó recuperándose e, incluso, en mayo las tasas de desempleo y de subempleo fueron menores que antes de la pandemia.
Sin embargo, la tasa de participación neta se muestra estancada alrededor del 60% y del mismo modo que la tasa de ocupación, todavía no alcanzan los niveles previos a la pandemia.
Igualmente, Madrigal afirmó que los salarios reales se recuperaron, pero que actualmente la inflación, que alcanzó 10,1% en junio, los está erosionando.
En cuanto a las cuentas externas, Madrigal afirmó que, al aumentar los precios especialmente de los combustibles y de los alimentos, también se deterioran los términos de intercambio; es decir, que el país debe pagar más caros los dólares de sus importaciones.
Por eso, el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos aumentó en el primer semestre del año, a pesar del buen desempeño de las exportaciones de bienes y servicios, especialmente debido a la recuperación del turismo.
Además indicó que, si bien hubo un incremento en los flujos financieros netos hacia el país, debido a la Inversión Directa (ID) y a prestamos externos, estos fueron insuficientes para financiar la el déficit de la cuenta corriente, por lo cual el saldo de reservas internacionales disminuyó en US $584 millones con respecto a su valor en diciembre del año anterior.
Sin embargo, el BCCR espera que los activos de reservas aumentarán a US $11,9 este año, debido a la ID sin contar otros ingresos externos esperados como el préstamo del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), por US$ 1.000 millones que el BCCR negocia activamente, dijo Madrigal.
El funcionario recordó que el alza en los precios de los combustibles y en las materias primas-potenciada por la guerra en Ucrania-, generó una mayor demanda de divisas, principalmente para pagar la factura petrolera que, en conjunto con la demanda de las operadoras de pensiones, llevó al alza el tipo de cambio.
No obstante, el funcionario afirmó que este se ajustó nuevamente a la baja gracias a las medidas de política monetaria adoptadas por el BCCR, como los aumentos en la Tasa de Política Monetaria, la reducción del horario de operación del MONEX, del BCCR y la venta de bobos de estabilización monetaria, entre otras.
Madrigal reiteró que “el principal problema y reto del BCCR es la inflación” y que el banco continuará actuando para contenerla y disminuirla, lo que se estima ocurrirá hacia el final del próximo año.
El BCCR tuvo que presentar su Informe sin las cifras actualizadas de las finanzas públicas debido que, según explicó el funcionario”, el Ministerio de Hacienda aún no ha podido recuperar plenamente sus sistemas debido al ataque del que fue objeto por el grupo Conti, en el primer semestre del año.
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